29/2/08

Párate un momento y piensa

Es curioso pensar, pararte a pensar, ya que muchas veces el empuje de la vida hace olvidar que debemos parar… Decía que es curioso pararte a pensar cómo va cambiando nuestra vida sin darnos cuenta. En realidad, a simple vista, sigo haciendo lo mismo que siempre: me levanto temprano, desayuno fruta, me ducho y me visto, me voy a trabajar, vuelvo por la tarde, dedico tiempo a mis recados, escribo, leo, dibujo, pinto, cocino y salgo con las poquísimas, más bien escasas, amistades que tengo. No he cambiado nada de mi vida desde hace unos años y, sin embargo, miro hacia atrás y nada se parece a ayer; la forma de hacer las cosas, la energía que empleo para hacerlas, el sentimiento que me crean, nada es igual que ayer. Y esto me confunde y me reconforta. Me reconforta porque a estas alturas tengo claro que todo en la vida pasa y que el dolor, ese dolor que suele venir con maletas y sin planes para instalarse en mi vida, acaba yéndose, desaparece en el momento en que decido no prepararle la comida ni lavarle más la ropa. Y por otro lado, me confunde, porque en momentos en los que creo que ya he llegado a conseguir esa estabilidad y ese equilibrio tan buscado por el ser humano, descubro con ojos de impotencia como se van difuminando y cómo son de efímeros. Entonces me muevo dentro de la perplejidad y del objetivo perdido.

La vida son momentos; acumulación de ellos; sumatorio de momentos… Y descubrir esa “tontería”, que cualquier filosofía barata sabe, ha comportado un cambio en mi manera de vivir y de mirar la vida. Si en vez de tener pastilleros la gente tuviera momenteros (lugar especial para guardar momentos) la gente viviría y dejaría de sobrevivir, estoy convencida. Pero esta visión de la vida, como todo, tiene su Lado Oscuro, su Reverso Tenbroso, la cota que barema la belleza del momento. Fácil es pensar que un ser debe vivir almacenando recuerdos, para una vez entrada en la edad donde la energía deja paso a la parsimonia se pueda vivir de ellos. El Señor de las Tinieblas de los momentos es Don Alzheimer, ese demoledor personaje que acaba con el disfrute de lo acumulado. Nadie me puede negar, entonces, que tomar consciencia de esto hace, irremediablemente, que la forma de vivir cambie.

Estupor y temblores

Realmente me ha gustado el libro. Me ha arrancado más de una carcajada. Se lee de un tirón y creo que vale la pena hacerlo. No voy a comentarlo porque ya lo comentó Pulgacroft en su blog.

Harry Potter y las Reliquias de la Muerte

La última aventura. Nos prometió siete y siete tenemos. La verdad es que durante todos estos años he comprado cada libro el día que salía a la venta. He participado de la ilusión y el misterio de cada nueva entrega. No me he dejado explicar, por aquellos que dominan el inglés, nada de nada. Y me he perdido en el mundo mágico de Potter cada vez que un nuevo libro ha caído en mis manos. ¿Qué tengo que comentar sobre ello? Me parecen unas novelas, dejando el tema a parte que puede gustar o no, muy bien escritas. Las estructuras están bien construidas, los personajes son redondos, los saltos cualitativos bien puestos en su sitio y sobretodo, sobretodo, la planificación de los siete libros desde el principio permite que toda la información esté bien distribuida a lo largo de los siete ejemplares. Me atrevería a afirmar, desde mi más humilde conocimiento, que este séptimo libro, Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, sería como el climax y desenlace de todos los otros que le preceden.

Me lo he leído del tirón y he disfrutado como una vaca en los pastos. No lo recomiendo a nadie que no haya leído los otros seis con disfrute de ellos. Tampoco lo recomiendo a quien no quiera estudiar como funciona una buena estructura de novela.

27/2/08

Queso, jamón, vino y preferencias...

Cuando la copa de vino toca tus labios y los moja con su néctar, en mi corazón nace la rabia por no ser el noble caldo que en este momento te besa.

Cuando la luz incide sobre el inmenso azul de tus ojos, en mi fuero interno nace el odio por no ser ese rayo que, cómplice, ilumina y toca tu torso.

Cuando acercas con tus dedos ese queso curado a tu boca, burbujean mis deseos de poseerte como una loca.

Cuando me miras y sonríes, inocente y en la inopia, me controlo y disimulo, sirviéndote, de vino, otra copa.

Cuando por fin reúno fuerzas y te abro mi corazón, resulta que tu prefieres, en vez de loncha, un buen taco de jamón.

26/2/08

Recién levantadas

Con la pesadumbre que comporta una introspección minuciosa de secretos no confesados, te has levantado de la cama y te has estirado en el sofá, creando entre nosotras un dilatado silencio que, benévolo, evita el dolor de las palabras. No quiero socavar en ti, por eso también callo, a pesar de la obstinación creciente que siento en mi interior de gritarte: ”Lo sé todo”. Y empezar con ello un vómito de exabruptos que provocaría tus lágrimas; siempre es ácido lo que no se quiere oír.

Has sido la cacique de mis sentimientos, a ellos has recurrido en tus horas bajas y con ellos has contado en todas tus inseguridades. Y descubro por tu mirada y por tu inquietud que me has mezclado en la promiscuidad de tus pensamientos y de tus proteicos actos. ¡Qué desesperación más hilarante descubrir que amas a otra! No porque la ames, si no porque no has sido capaz de decirme que ya no me amas a mí. Y callas porque te crees dueña absoluta de mi destino y piensas que me derrumbaré sin tu amor. Me exacerba la consideración en la que me tienes. Líbrate de tus terrores, habla y te librarás de mí. Someterme a la ignorancia es aún más ofensivo que las palabras que puedas decirme.

Noto tu mirada clavada en mi nuca mientras escribo en el ordenador. Esta vez, no te dejaré leer mi texto, ni pienso acercarme al sofá, me voy a quedar aquí; no voy a solucionarte el problema, esta vez no. Eres tú la que lo ha creado, serás tú la que te enfrentes a él. Mientras espero que juntes el valor suficiente para hablarme, seguiré luchando para morar en el Parnaso.

24/2/08

Necesito

Necesito que el deslumbre del día no sea fugaz sino una perenne luz tras la que ocultar la oscura niebla de lo cotidiano. Estoy harta de arrojar al mar del cumplimiento mi tiempo en pedacitos pequeños mientras contemplo como se va flotando mi vida. Y por más que aprieto con fuerza mis sentimientos, estos también se alejan a la deriva junto con aquellos pensamientos de que siempre me amarías, pensamientos de inasible certeza.

Necesito la absoluta intensidad viva, ese instante que rescata todas esas horas de tránsito perecedero, días y días que se salvan por una sonrisa cómplice, por una caricia, por una mirada, por un beso. Estar viva ese instante que destila lo perfecto y ver cómo la luz del sol golpea tu cuerpo.

Necesito por fin que mi horizonte no sea incierto, descifrar el jeroglífico de tu sexo y obtener el perfume que destilan tus pétalos perfectos. Gozar del momento inexplorado que me ofreces sin transfigurar el instante que le sigue. Vivir cada minuto sin saber cuál de ellos es el más vivo y no echar vista atrás, ahí dónde el olvido reina nuestro tiempo.

Necesito que me controles mis noches con el clepsidra del deseo, aquel que entre sábanas me indica que no estoy perdiendo mi tiempo.

22/2/08

Confesión

No mires atrás, da igual si existió una sola causa para la derrota. No busques el justo momento en que todo empezó a fallar, en que empezaste a intuir la pérdida. Deja de querer encontrar, deja ya de buscar y buscar. Se partió tu vida en dos y ahora debes continuar siendo mitad y arrastrando el dolor que, con toda seguridad, desaparecerá con el tiempo y el roce de arrastrarlo. Deja de buscar el azar, tu buena suerte depende de la tierra que abones con el sustrato de tu vida.

Si no puedes andar por ti misma, flota de las insistencias de lo ajeno, de las mías. Sal de tu cuarto en tinieblas y ven a descansar en los rumores en los que aún te sientes libre. En momentos así debiérasenos permitir abandonar nuestro cuerpo y vernos desde fuera. Eres música dormitando sobre el instrumento en espera de encontrar quien escriba tu partitura y no sabes que quien nada espera acabará encontrando porque en el quehacer de este no buscar es dónde se halla la magia de encontrar.

No ves que te amo, que impediré que te toque la aurora si en ella vas a sentir frío, que velaré tus agrias palabras y punzantes silencios custodiándote con mi deseo, cogeré tu mano depositando mis labios sobre ella y secaré tus ojos húmedos con mi sigiloso aliento.

Tú no lo sabes, pero guardo siempre una distancia microscópica de ti, porque te amo, te he amado incluso estando ella y aunque puedas pensar que ahora que se ha ido me aprovecho, te equivocarás, porque esta confesión sobre lo que siento, al leerla, tú nunca pensarás que es para ti.

20/2/08

Comuniquémonos

Pequeños crímenes conyugales

Es una obra de teatro de sólo dos personajes, un hombre y una mujer que en principio son matrimonio. La escena, única, se desarrolla en la salita de su apartamento, justo después de regresar del hospital. El tiempo real coincide con el escénico y la historia que narra es actual, aunque muy bien podría pertenecer también al siglo pasado.

Ayer, me metí en la cama con este libro. Me llevé una sorpresa porque al abrir la primera página para leerlo me di cuenta que era una obra de teatro, eso me indicaba que lo tenía en la librería equivocada ya que las obras de teatro ocupan una estantería diferente en otra habitación de casa. La ventaja de leer teatro es que te acabas el libro en en menos de una hora y media; y así fue, lo concluí antes de que el sueño empezara a acariciarme. Pensé que era una buena obra para dirigir: trabajar sólo con dos actores simplifica muchas cosas. Pero luego, el misterio que contiene la obra se va haciendo del todo previsible y aparecieron mis dudas sobre el guión.

Esta mañana con el descanso a cuestas, me ha vuelto a parecer una obra estupenda si la dirección se basa en mostrar la relación de ellos dos por encima de la historia. Se tendría que desarrollar un buen discurso de dirección.

19/2/08

Los juegos de Mastropiero

Si te gustan los juegos con las palabras es imprescindible leer estos dos libros. A mí, personalmente me han inducido a tener un par de ideas que, apuntadas en mi libreta, no sé si algún día verán la luz. Ahí queda la semillita.

Autorretrato del momento

Esta noche me he dedicado a escribir tus silencios porque me han dicho que valen más que mil palabras. Y entre ellos me he encontrado yo, deseando que me cambien el cielo y me den más aire para respirar tranquila, sin preocuparme de que pueda acabarse con las prisas por vivir. No creo en las hadas, ni en los milagros, ni en la magia, porque tengo bien atadas mis creencias y me impido pensar si no noto mi peso sobre la tierra. Mis platos de anoche, todavía están por fregar, así como mi infancia, aquella en que me encuentro cada vez que pierdo los motivos para defenderme. Estoy harta de batallas por sobrevivir, harta de justificarme. Si soy así, soy así. Estoy harta de plantar y plantar y descubrir que no soy jardinera, desconozco el tema y se me muere todo lo que con tanto amor quise que creciera en mi huerto. Y la hartura lleva al cansancio y el cansancio conduce a las manos caídas. En este momento estoy yo. Quiero mi soledad, mi silencio y el tuyo, quiero poder aparcar los condicionamientos a los que nos lleva el vivir. Quiero naturalidad; si me levanto mal, no tener que quitarme el pijama en todo el día y si, por el contrario, me levanto bien, salir desnuda a la vida.

18/2/08

Cantando

Hace tiempo, con un amigo, hicimos una adaptación al catalán de la canción What I did for love, del musical A Chorus Line. Esta mañana, ha sido una de las canciones que he cantado y mientras lo hacía un pensamiento se apropiaba de mi interpretación: “es el momento por el que estoy pasando”. En realidad, no me ocurre exactamente lo que dice la canción, pero me hallo en un sentimiento cercano.

http://es.youtube.com/watch?v=T4fPmdDQYdE&feature=related


Hem de continuar

Un petó i adéu,
l’amor no dura sempre.
Cada històia té final,
no el podem triar.
Hem de continuar.
Hem de continuar.

Crec que no em sap greu
saber que ho pots entendre.
Ara veig que ens hem fet mal.
No sabem triar,
hem de continuar.
Hem de continuar.

Tot ho he fet per amor.
Tot ho he fet pels dos.
Ara, vull anar-me’n.

Un petó i adéu.
Avui es trenca el cercle.
Ara ja sabem volar.
Separem-nos, marxem!
Hem de continuar.
Hem de continuar. (Bis)

La traducción es literal, no concuerda con la múscia.


Hemos de continuar

Un beso y adiós,
el amor no dura siempre.
Cada historia tiene final,
no lo podemos elegir.
Hemos de continuar.
Hemos de continuar.

Creo que no me sabe mal
saber que lo puedes entender.
Ahora he visto que nos hemos hecho daño.
No sabemos elegir,
hemos de continuar.
Hemos de continuar.

Todo lo he hecho por amor.
Todo lo he hecho por los dos.
Ahora, quiero irme.

Un beso y adiós.
Hoy se rompe el círculo.
Ahora ya sabemos volar.
¡Separémonos, marchémos!
Hemos de continuar.
Hemos de continuar. (Bis).

El cuento número trece

Al más viejo estilo dickensiano o wilkicollinsiano, Diane Setterfield monta una historia, en el fondo rocambolesca, que atrae en la primera línea de lectura. El encadenamiento del drama humano y el conocimiento por parte del lector de que existe una información oculta que sólo se nos revelará si llegamos al punto del desenlace, convierte la lectura en un misterio para desentramar. ¿Los datos? En su mayoría nos son dados, sutilmente. Se necesita una mente capaz de archivarlos para llegar a la conclusión a la que llega la protagonista, desvelando así el misterio. Realmente, si en el momento que Margaret, la protagonista, relee todas sus notas, nosotros, los lectores, volviéramos a releer el libro con los datos en la mente desde el principio, creo que algunos podrían llegar a la conclusión que llega Margaret por si mismos. Eso es lo que me gusta de una buena historia, que los datos estén dados con la proporción y el equilibrio que toca al ritmo de la historia y que el propio lector sea capaz de hacer sus inferencias para llegar a las mismas conclusiones que el protagonista, aquel con el que, de alguna manera, empalizamos.

No diré que ha sido un buen libro, no soy experta en el tema, pero sí que he disfrutado mucho con su lectura, de aquella forma infantil en que no encuentras nunca el momento de dejarla para irte a dormir, y que si tu madre viniera a apagarte la luz porque ya “era hora”, hubieras seguido leyendo con una linterna, bajo las sábanas.

17/2/08

Lid

Cuando nuestro inquieto deseo desata la necesidad y nos trenza el alma para acercar nuestros cuerpos, cuando se nos incluye en el mismo perfil, siendo dos y mis pliegues junto a los tuyos emiten esa melódica ternura que me incita a moverme buscando la caricia de la otra piel, cuando los sentidos abren sus puertas para recibir la visita de los tuyos, tengo la sensación de que el mundo se ha hecho habitable por fin.

Como un marinero que ha llegado a su puerto, descargo en ti el amor que contengo y me aprendo tu cuerpo para recordarlo en todos aquellos momentos en que anhelo estar en tus brazos. Con mis caricias, despierto en ti el deseo de poseerme y empieza un fiero combate en este cuadrilátero de amores donde dos contrincantes, tú y yo, compiten por dominar los instintos de la otra. Nuestros cuerpos, imantados por el roce de la batalla, buscan complementarse y saciarse y saciar. Ebrios de sentidos y desatando la pasión desvarían en este acto que es hacer el amor, dejando todas las inseguridades esparcidas a los pies de la cama.

Te amo.

15/2/08

Muerte

He contemplado la muerte, largo rato, en silencio.
Dos minutos antes, efímera vida, ahora, eterna muerte.

13/2/08

La Más-cara

Uno de mis juegos preferidos es escribir usurpando el puesto de alguna persona. Muchas veces, cuando alguien me explica un problema o una historia que le ha pasado, me intento meter en su piel o en la piel de otra de las personas que lo ha vivido. Con ello consigo escribir textos que de alguna manera, por mí misma, nunca lograría escribir. Porque, no me quiero engañar, ni os quiero engañar, mi mundo es limitado y en cierta manera monótono. Así que no me queda otro remedio que nutrirme de todo lo que ocurre a mi alrededor. Siempre he dicho que no soy más que una embaucadora lingüística, que hurto vivencias y sentimientos, que me dedico al contrabando de emociones y que miento al lector para conseguir, con ello, que me siga leyendo.

La Más-cara

Con qué tranquila impudicia cuelgas tu nick en el chat y permaneces alerta a ver si la gente aún se acuerda de ti mientras sigues buscando la víctima propicia que te aguante el resto de tu vida. Y si alguna cae en tu red, te dura apenas unos meses, porque en el fondo, no te pueden aguantar si tú no te aguantas ni a ti misma. Eres demasiado cerril y orgullosa para bajar del podio en el que has subido. Nunca imaginaste que serías tú la principal sufridora de las historias de amor que te inventas. Y aquí estás, enmascarada en el chat, dispuesta a que nadie te olvide aunque sea para insultarte.

Un viejo proverbio chino dice: “los días se arrastran y los años vuelan”. Y te está pasando el tiempo. Te haces mayor y la soledad cincela cada una de las arrugas de tu fruncido ceño, con la pesadez que te marca el metrónomo de tu corazón. Pierdes las facultades del engatusamiento y cada vez te cuesta más que nos creamos tus sibilinas historias. Siembras oscurantismos y recoges almas flageladas por la vida. Pero, en eso, como todo el mundo, si supiéramos lo que recogemos por adelantado ¿quién sembraría su campo?

Y es que toda tu vida has sido una amargada, una persona que ha querido ser y no ha sido, y ha ido mutando por la rabia de lo no conseguido, hasta el ser que eres ahora, en el que te has convertido. Tus parejas, ya se han redimido de tus zarpas a base de esfuerzo y paciencia, pero tú continúas inmersa en tu lodo y lo vendes como espuma de baño. Vives sola en un mundo fantástico que te creaste y que se desmorona a cada uno de tus pasos. Implantas tu propia calma como máscara chatera y aunque te cubres con una capa de infinita imperturbabilidad, vives azotada por una sorda inquietud, la de ser tu misma, la de vivir contigo. De ti no puedes huir.

Sacado de entre los lloros de una amiga tras la ruptura de una relación tormentosa y llena de dolor. Aquello que nunca se atreverá a decir, pero piensa, y que le reconcome el estómago mientras digiere el sentimiento de fracaso, de amor frustrado y descubrimiento de la verdad.

12/2/08

Calçots


No hay como comer los productos de temporada. Sin más.

En fin...

Estas cosas sólo pasan aquí. No hace apenas un año que estrenaron el asunto este del bicing y ya podemos ver algunas gamberradas. Siempre nos estamos quejando de todo pero no cuidamos las cosas que tenemos. Además, creo que la gente se indigna poco. No hace mucho me dijeron que la vida ha cambiado tanto que es imposible decir lo que realmente pensamos, me explico: antes veíamos a un adolescente o a un niño haciendo algo mal y le decíamos: "¿Qué haces? Esto no se hace así. No es correcto que hagas esto." Si sus padres se enteraban le metían la bronca y le decían que la persona que le había llamado la atención tenía razón, que qué vergüenza, bla, bla, bla, bla... Ahora, no se puede decir nada porque viene el padre y te arrea tal hostia que te deja la boca como al pato Lucas, con los dientes en el cogote. Así que no queda otra que callar y fotografiar, eso sí, que queda muy in hacer la denuncia social a través de un blog.

Aperitivo


Después de varias jornadas de trabajo y aún sin acabar la labor, qué bien sienta un pequeño aperitivo. Sin estos momentos la vida no mecere ser vivida. A veces pienso que interrumpo poco mis jornadas con momentos entrañables que hagan de ellas una excusa para seguir viviendo.

Recordar: Debo parar más para vivir más profundamente.

Crema catalana


Sólo para dar envidia, que yo sé que la da.

11/2/08

Colecciones

¿El hombre es un ser que colecciona?

Siempre he leído que la etapa donde es característico el coleccionismo es la adolescencia. Sin embargo, encuentro muchos adultos coleccionistas de lo más increíbles objetos. Leyendo la prensa he descubierto que alguien coleccionaba los dispensadores de Pez. Me ha hecho gracia, porque precisamente, ayer, tuve en mis manos una caja llena de ellos que tiré a la basura.

Nunca me ha gustado coleccionar, cuando niña, a raíz del Barrio Sésamo y de una enfermedad de un par de semanas, mis compañeras de colegio cogieron doce piedrecillas planas del patio y las pintaron de rojo y negro como si fueran mariquitas, por la canción de Las doce mariquitas que cantaban en el programa de Epi y Blas. A partir de ahí, empecé durante casi diez años a coleccionar cualquier objeto que tuviera forma de mariquita. Si he de ser sincera, los coleccioné pero no tenía ningún afán de colección.

Otro objeto que he coleccionado en mi vida ha sido las plumas estilográficas. Tengo bastantes. Con el tiempo he descubierto que también me importan un pepino. No las he mirado nunca, ni las he cuidado, ni las he enseñado, que creo que son las tres bases del coleccionismo.

Pero he de reconocer que me gusta ver y admirar las colecciones de los otros. Sobre todo de la Coca-Cola (es quizá de las que he visto más) o de botellas de cerveza…

¿El coleccionar tiene que ver con el poseer? Es una pregunta que me ha surgido ahora mientras estoy escribiendo. Pensaré sobre el tema.

Tus pequeños detalles

Quiero morir entre lápices y letras, entre música y lienzos, entre libros y pinceles, mientras tengo la atención centrada en este u otro tema, mientras mis oídos siguen oyendo palabras que no han sido dichas y mis ojos ven lo que la realidad esconde.

No quiero olvidarme de la lluvia tras el cristal de mi ventana, ni dejar de ver como cambian las calles a lo largo del año. No quiero perderme ni un instante la esencia de tu mirada donde se introduce en silencio los colores del otoño, el frío del invierno, los verdes de la primavera y las luces del verano. No quiero olvidarme de tus gestos insignificantes, cuando secas los cubiertos, o cuando sentada en el sofá, retiras alguna pelusa que se ha quedado en el reposabrazos, o cuando me besas desde atrás, cerca de la oreja, mientras estoy trabajando, o cuando sentadas en un bar, juegas con la tela de tus pantalones. Mil detalles que hacen una vida, mi vida.

Tus palabras han encendido las luces de la oscuridad de mis costumbres y ahora se iluminan los objetos que nuestro amor ha ido creando. Quiero acariciar junto a ti la tarde y notar el tacto de los días. Y a pesar de que la música sea dulce, no quiero dejar este mundo sin hacer sonar de nuevo las notas de tu sexo.

Antes de morir quiero capsular en la memoria estos pequeños momentos, que me sirvan como trampolín para no olvidarme del deseo.

9/2/08

La elegancia del erizo

Una delicia de libro. Hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto con la lectura de uno, y más aún, que no pensaba tanto. Tengo las páginas del libro todas marcadas, para pensar las ideas que propone. En realidad, la autora ha utilizado el libro para exponer muchas de sus ideas filosóficas sobre la vida, pero ya me esta bien, porque en el momento que me hallo de la mía necesitaba pensar todas esas cosas y plantearme nuevos caminos.

Los dos personajes están muy bien definidos. El que me ha robado el corazón es el de la niña ¿quién no se ha sentido alguna vez como ella? Este ha sido uno de los aspectos que he encontrado más apasionantes de la novela, la perfecta caracterización de sus dos personajes principales. El libro está narrado en primera persona por dos narradores, la portera y la niña, cuya definición de ambas se va completando capítulo a capítulo sin que la autora pierda el tono que le ha conferido a cada una.

La solapilla del libro me indica que la autora, Muriel Barbery, tiene otro título publicado, La golosina, este será mi nuevo objetivo.

Paseando

Durante mi paseo me he cruzado con un montón de gente que caminaba, en su mayoría, con prisas y con la mirada introvertida. Nadie ha sonreído. Nadie ha sido consciente que se ha cruzado conmigo en su camino. Nadie ha sido consciente de su propio caminar. Me he sorprendido al descubrir que no somos conscientes de nuestro propio caminar.

Una inmensa mayoría se hallaba perdida entre las notas de su mp3, digo “perdida”, pues no creo que en realidad escuchen música, es más, estoy segura que no la escuchan. En realidad la utilizan para evitar el silencio de estar consigo mismos. Porque es duro estar con uno mismo y aceptar los pensamientos que acuden a nosotros y digerirlos. Nadie quiere tiempo para estar consigo mismo.

Desde hace algunos meses tengo mucho tiempo para mis silencios, más del que me gustaría, la verdad. Debo reconocer que estoy a merced de esta soledad que me empuja a pensar y a pensar y a llegar a callejones sin salida, que, por ahora, no parecen ser útiles para nada. Aunque alguna vez me incitan a hacer cosas que en otras circunstancias no haría. Por ejemplo, hoy he sentido unas repentinas ganas de entrar en contacto con todas aquellas personas que lo desearan. He favorecido todos los contactos visuales que me han sido posibles: cuando mi mirada se ha cruzado con la de otra persona, he sonreído con tranquilidad y no la he retirado, la he aguantado hasta el final. He podido comprobar que la gente se queda a su vez sorprendida y descolocada. Lo que daría por saber qué pensamiento se les cruza por la cabeza.

7/2/08

Afilar el lapicero

He leído este libro pensando que me aportaría alguna luz sobre el tipo de escritura que yo hago. Siempre está bien intentar perfeccionarse un poco en todos los sentidos. El libro es específico para la gente que tiene que redactar un documento o un artículo. Si he de ser sincera, hay partes que me han aburrido mucho, más que nada los ejemplos, que están dedicados exclusivamente a asuntos de empresa. No voy a negar que he aprendido alguna cosa con él, bueno, voy a ser concreta, alguna cosa aplicable a mis necesidades, porque de cualquier libro siempre se puede aprender algo. Sobre todo me ha clarificado la idea de que el discurso siempre tiene que ser hábil y contundente.

En realidad es un libro para gente que ya está iniciada en el tema y conoce los elementos básicos de la escritura.

¿Quién soy?

Antes de que el frío silencio acalle mis palabras y el espejo me retorne una imagen que desconozco, antes que mi mente se dilate en recuerdos y sea incapaz de dominar lo que siento, antes de que el olvido atenace la insegura y tenue luz de esta vela, quiero confesarme de nuevo.

Nunca he sabido quién hay detrás de tantas palabras, tantas noches de insomnio, tantas madrugadas. Mis textos no son más que un escondite perfecto, un improvisado tablón de náufrago en el que me aso para olvidar la deriva de mi vida y acallar la soledad de mi pasado.

Y, a pesar de todo, sigo aferrándome a la idea de que puedo ser yo. Y grito en la sorda tiniebla que crea la fina frontera entre la verdad y la mentira para que alguien me oiga y venga a salvarme. Y recibo como una bofetada el eco de mis gritos, mientras empiezan a escasearme las palabras y a desaparecer de mi vida ese mar bravío.

Todo se diluye con el tiempo. Soy una pequeña pieza que el azar mueve; no soy yo quien escribo. Tanto ocultarme apenas me reconozco ahora, en este tiempo en que impera el olvido.

6/2/08

Filosofeando


¿Realmente estamos programados para creer en lo que no existe? ¿Es para evitar el sufrimiento?

Está claro que desde que nacemos morimos y vivimos evitando la conciencia de esto. Para ello dedicamos todas nuestras fuerzas, nuestras energías y nuestra existencia en convencernos de que hay cosas que valen la pena y por estas cosas tiene sentido la vida. ¿Nos estamos autoengañando?

Visto desde un sentido práctico esta idea es la más absurda que tiene el ser humano. Porque le estamos dando un valor a cosas que en principio no lo tienen, son banales. Esta necesidad de pensar que todo tiene un sentido ¿la llevamos implantada genéticamente? ¿Se puede luchar contra ella?

A veces mis pensamientos cambian de derroteros y me conducen a contemplarlo todo desde la absurdidad, desde un punto de vista quizá pesimista (adjetivo que la inmensa mayoría de personas utiliza para las personas que encuentran absurda la vida). Entonces necesito un esfuerzo extraordinario para volver a llenar mi vida de sentido, y lo consigo, porque, supongo, que lo llevo en los genes.

Casa

Es curioso como va cambiando el concepto de casa en nuestra vida. De niñas, no somos conscientes de su existencia; más tarde pasa a ser una casa-hotel, sólo acudimos a ella para dormir unas horas, ducharnos y cambiarnos de ropa; con el tiempo, pasa a ser la casa de la que te quieres ir. Ahora, es el lugar donde quieres volver.

Decididamente, no somos caracoles ni tortugas. Nada es permanente y si lo es... cambia en nosotros su significado.

Historia del llanto

Este libro no he sido capaz de leerlo. He llegado hasta la página 40 y me descubro cada vez con la mente fuera del texto. Realmente lo he intentado, pero no consigo concentrarme en lo que me dice. No me interesa ni la temática ni la forma de decírmelo.

Agradecería, si alguien se lo ha leído, que incluyera aquí un comentario sobre él. Lo voy a poner en el estante de mi librería dedicado a los pocos libros que he sido incapaz de leer, a la espera de que, algún día, mi madurez abarque el derrotero necesario para finalizar su lectura.

Ghost World

Un nuevo cómic devorado, vía intravenosa. Este, como la mayoría de ellos fue publicado capítulo a capítulo en una revista, Eightball, en los años noventa y está considerado por varios expertos de lo mejor que ha hecho el autor (no domino ninguna variable comparativa para opinar).

Trata sobre el verano de dos chicas, adolescentes, a punto de entrar en la universidad y de cómo intentan enfocar sus vidas a partir de entonces. Los temas de la amistad, de los valores, la constante catalogación del resto de la humanidad, la crítica social de todo lo que tienen a su alrededor y no se ajusta a su manera de pensar son un continuo a lo largo de los ocho capítulos que componen el libro. Nos muestra los primeros pasos de las protagonistas por madurar o por no madurar, pues hay muchas situaciones y conflictos que los viven desde un punto de vista inmaduro.

El autor utiliza un lenguaje fresco y natural y huyendo de la lírica. Intenta crear unos personajes complejos para moverlos dentro de una historia bastante realista (vidas aburridas, verano deambulando por las calles y las cafeterías, tiradas en el sofá de casa viendo televisión, viviendo como si fueran el centro del universo).

Me ha sorprendido gratamente, porque es el primer cómic que leo que no tiene una historia narrada de forma lírica. A veces me ha parecido estar leyendo conversaciones que perfectamente podría encontrar por la calle. Hace días que acabé su lectura y aún me ronda por la cabeza conclusiones y sensaciones que saqué de ella.

5/2/08

Sueño profundo

Un verdadero caramelito para los lectores, de lectura entretenida y rápida y de digestión lenta. Esta escritora me ha vuelto a sorprender. Alguien de por aquí me dijo que debía haber empezado a leer a esta autora precisamente por este libro, después de su lectura, no he entendido demasiado bien por qué.

Es un libro que contiene tres relatos en los que se habla de una muerte (sueño profundo) que precisamente es un tema sobre el que me gusta leer. El tono utilizado por Banana Yoshimoto no es dramático, por lo que te permite transitar por el texto sin agobios ni angustias. Los protagonistas de los cuentos son jóvenes que se hallan en un periodo difícil de su vida. La temática no es muy diferente al otro que leí, N.P. En este también habla veladamente, por las relaciones que tienen los personajes femeninos, sobre un posible lesbianismo, aunque todas las protagonistas tienen novio o lo han tenido. Leí el último cuento esperando que hablara del tema y no pude menos que reírme hacia el final cuando lo nombra.

Retazos que me han hecho pensar:

“Sí, en efecto, soy incapaz de contarlo. Cuando más intento transmitirle mis pensamientos, más reducidas a polvo quedan las palabras y veo cómo ellas, mientras cabalgan en mis esfuerzos desesperados por comunicarme, desaparecen barridas por el viento. Y no hablo. Así no puedo transmitir nada. Porque, en definitiva, lo único correcto es: ‘Ha muerto una amiga mía’. ¿Cómo voy a poder expresar la soledad que siento?”

“Al principio, dudé pensando: ‘Soy casi una mantenida’, pero mi filosofía de la vida consiste en recibir lo que se me ofrece, de modo que decidí aceptar el dinero.”

“Yoshiro es pura energía, me es imposible apartar los ojos de él. Y no me refiero a la simple energía física, lo que yo percibo es algo que emana de su interior, algo inagotable, muy intelectual. Sólo con estar a su lado, tengo la sensación de que voy a ir cambiando deprisa. Tengo la sensación de que puedo llegar muy lejos de una manera muy natural.”

“Mientras vivió en casa, los únicos momentos en que yo percibí con toda su crudeza que Marie estaba ‘viva’ era cuando lloraba”.

4/2/08

La nana

Como el guerrero que vuelve exhausto a su casa después de arduos combates, así me retiro yo de la jornada cuando el sol ya hace horas que se ha puesto. Tras besarte y comprobar que tu belleza sigue intacta, me meto en la ducha mientras dejo correr el agua sobre mi cuerpo y mis pensamientos sobre mi día. Vale la pena salir a la vida y enfrentarme con los enemigos que nos depara sólo por volver a casa y ver tú cara, tú sonrisa feliz y notar tu cálido abrazo de terciopelo.

Despojada ya de las motas de polvo laboral, después de cenar me dispongo a oír la nana que cada noche entonas para mí: me cuentas entre un montón de preguntas lo que has hecho en el colegio empezando cada verso con la palabra mamá. Te duermes tras mi cuento y me retiro feliz deseando que pase el tiempo y no cambie la nana que cantas, cada noche, para mí.

3/2/08

Ruptura

¿Existe una sola causa para la derrota? ¿Perdimos la batalla en el momento en que, ingenuas, intuimos la pérdida o en el momento en que nos perdimos el respeto? ¿O fue un cúmulo de besos mal dados que paso a paso nos condujo hasta ahí?

No me mires así, necesito descubrir las causas, ver por qué nuestro amor se ha convertido en un sueño de imposible geometría. Y no me digas que no existen causas, que las cosas pasan porque pasan. No puedo aceptar sin más que mis noches se hayan partido en dos y que sobre el abismo de lo que fue, baile su descarnado esqueleto al son de la música que los recuerdos tocan.

Sal de tu litificada fortificación y escúchame, ayúdame a encontrar las causas. Y si te niegas, ve con cuidado, porque quien nada espera acabará encontrando, y en este no buscar respuestas en el que te hallas inmersa, en este panteísmo de tu alma convertida en piedra, desvelarás el enigma de lo verdaderamente humano. No permitas que mis palabras se esparzan sobre la hierba como polvo de oro. Recoge mis preguntas y busca conmigo las respuestas, porque debemos acabar bien lo que bien empezamos.

Foto encontrada en internet en la página: http://foro.arteenbarcelona.com/cgi-bin/yabb/nph-YaBB.pl?num=1137704169;start=all