30/11/08

Hacer cómics

Como buena lectora, y como mejor curiosa, que soy no he podido evitar hacerme con este libro. Ya de por sí, disfruto el mundo del cómic. Ahora, después de haber adquirido algunas nociones sobre la teoría, aún lo voy a disfrutar mucho más. El libro es un cómic sobre los secretos de la narrativa del cómic, es decir, un metacómic.

Voy a dejar que se me escape un secreto: he hecho también mis pinitos en el mundo del cómic. En realidad, unos pequeños cutrecómics. Tengo poca mano para el dibujo y poca instrucción sobre la técnica del género, así que, como indica el autor de este libro, no debo tener vergüenza en afirmar que copio los dibujos de otro cómic y los adapto al mío. Para no complicarlo mucho, estoy copiando los dibujos de Juncos, un cómic que leí hace tiempo.

Me ha parecido de gran interés este libro ya que desconocía del todo el tema. Lo volveré a leer dentro de unos días, y ya me he comprado otro del mismo autor.

29/11/08

El muro

Me pierdo entre mis murallas que algún día, puede que en mi infancia, fueran blanquecinas. La vida nos cambia y nos encierra dentro de nuestros miedos y angustias. Mil esperanzas, mil expectativas se mitifican y se amontonan formando las piedras de ese muro. Así perdemos nuestra infancia, así crecemos en la monotonía, sedimentando ilusiones incumplidas.

¿Qué sentido tiene salir de nuestro perímetro? El muro protege aquello que sentimos. “Cuando más te miras una cosa, más se transforma” por esto vivimos tras la palpebral pared alta.

28/11/08

La mujer del mago

Me ha encantado, a pesar de que los relatos oníricos no me suelen gustar mucho. Pero esta vez, el dibujo ha ayudado a mi imaginación a volar de una hipótesis a otra, siendo inútiles en general, ya que en varios momentos, al ser bastante oníricos, no siguen mi lógica. Supongo que por eso me lo he pasado en grande con la lectura.

El dibujo “está totalmente currado”, como me ha dicho el chico que me lo ha dejado, y he disfrutado de los múltiples detalles que contiene y la belleza de las imágenes. Un detalle que ha sido de mi agrado es que la historia está dividida en capítulos, así se ve claro que es una novela gráfica.

Diario de golondrina

Me lo compré por la autora. Anteriormente había leído Estupor y Temblores y me había gustado mucho; este me daba la impresión de que iría por los mismos derroteros. Me ha gustado, mucho para ser exactas. Mientras lo leía, pensaba: «qué bien escribe esta tía, pero qué bien escribe». Ha sido un verdadero deleite la lectura, corta, muy corta, de este libro. Ha sido como un aperitivo de vermouth rojo y berberechos con salsita Espinaler.

He encontrado muy bueno el tono del personaje principal, el que narra la historia. En algunos aspectos me parecía estar oyendo a Dexter. El tema es un poco macabro; y digo poco, porque con lo acostumbrados que estamos a la muerte (siempre que sea de alguien lejano), casi no me ha afectado su lectura.
Un caramelito para ser leído.

27/11/08

Deseo

El deseo es tanto que con sólo verla se convierte en humedad.

26/11/08

Sátira de la pequeñuela

Se nos ha enamorado la pequeñuela. Ha vestido sus palabras con poemas, sus días con flores y sus momentos con suspiros. Ha puesto toda su esperanza en este nuevo amor. Da igual la distancia porque es solvente para viajar lo que haga falta.

Ya no siente vacío por la noche porque desde la cama, el teléfono aporta carantoñas de su amada. ¡Qué terrible la distancia cuando se ama tanto!, piensa durante el suspiro que la transporta en brazos de Morpheo.

Le maravilla cómo brillan los días, las jornadas de trabajo y el camino hacia el súper. Durante todos estos años de soledad, nunca se había dado cuenta que su alrededor tuviera tanta luz, fuera tan hermoso.

Con sus amistades, pasó lo mismo, dejaron de ser cotidianas y anodinas y se sintió llena de ellas, casi desbordada. Estaba exultante, la pequeñuela Midas, todo lo que tocaba se convertía en poema y poema era amor, su amor, su lejano amor.

Consiguió juntar unos días y pidió unas vacaciones, necesitaba acortar distancias. La imaginación, amiga y mala consejera del corazón, la exaltaba con mil historias que la llenaban de gozo y le hacían sentir más feliz que a la lechera.

Por fin, llama la pequeñuela a la puerta de su amada. No se abre. No contesta. No debe estar en casa. Qué extraño. Qué curioso, si sabía que venía… Se sienta a esperarla con la puerta de respaldo.

Un siseo y aparece un sobre deslizado bajo la puerta. Abre la carta. Lee muy torpe y despacio. Mil palabras. Mil excusas. No te quiero entre líneas. El corazón se ha acelerado. Carraspea. Nudo en la garganta. Se siente imbécil. Dejada.

Vuelve a su casa la pequeñuela con la lección aprendida. Acompaña a su llanto unos versos de despedida, que algún famoso poeta pensó que necesitaría. Suspira de vacío la pérdida. Vuelve a su antigua vida. Rompe todos los espejos. No quiere ver que su cara ha perdido la sonrisa.

25/11/08

El color del cristal

Cuando me posiciono sobre algún tema, cosa que suele ser la constante de mi vida, y justificando mis pareceres y pensamientos lo defiendo, juego a adivinar por qué “petenera” me puede salir la gente para contraargumentarme.

Por muy creativa, imaginativa, fantasiosa, realista, minuciosa y meticulosa que pueda llegar a ser en la confección del espectro de las opiniones ajenas, siempre llegan a sorprenderme ya que me muestran gamas que no he contemplado. Esto me hace sentir muy bien: apoya la idea de que aún me queda mucho por aprender.

24/11/08

Yo soy mi propia mujer

Una compañera de trabajo me dijo, “estoy leyendo un libro, te lo pasaré cuando acabe. “ ¿Cuál es?, fue mi pregunta instantánea. “ Es la que Joel Joan está haciendo ahora en el teatro”. “Jo sóc la meva dona”. “Sí, esa”.

Aún no he visto la obra de teatro. Mis amigos del mundillo, que ya la han visto, me han comentado: “Joel está que se sale.” Ya, sólo, por ese comentario iré a ver la obra.
El libro es autobiográfico. En algunos momentos la lectura se torna trepidante y en otros absolutamente aburrida (siempre es bajo mi parecer). Pero ahora que me lo he acabado me ha dejado buen sabor. ¡A ver la obra de teatro! (seguro que me gustará más).

23/11/08

Shortcomings

Me costó entrar, no sé si porque leía cansada o porque me costó coger a los personajes. Leí un tercio de libro y lo dejé. Pero hoy me he leído de un tirón el resto, totalmente absorbida por la lectura. El protagonista no me ha caído nada bien, me ha parecido un inmaduro egoísta. Empiezo a pensar que la inmadurez y el egoísmo en muchas ocasiones van cogiditos de la mano.

El dibujo y su línea me han gustado mucho, creo que puedo definirlos por la sensación que me ha causado: pulcros. Con esta lectura, he aprendido dos cosas más sobre el cómic:
El habla metálica a través de un teléfono se representa con un bocadillo en puntas estrelladas.
Cuando se dibuja gente en el interior de un local (discoteca o pub) se pintan las paredes de negro.
Supongo que para la gente que entiende, mis descubrimientos deben sonar a tonterías, pero yo me siento orgullosa de ellos porque son mis primeros pasos.

22/11/08

Sonríe siempre

Ya venía gestándose desde hacía mucho. Te miraba con arrobo cada vez que sonreías y querías parecer lejana a lo que nos estaba ocurriendo. Siempre me has conmovido los cimientos, pero en estas ocasiones, logras que el reverso de mi piel, envidiosa de mis ojos, quiera salir por los poros para observarte. Me moría de ganas de preguntarte si me amabas, pero el miedo a recibir esa serie de respuestas que tienes para dominar la inocuidad en un futuro hizo que continuara disfrutando de tu sonrisa en silencio. Además, tenía ya la seguridad de que así era, me amabas. Creo que nuestro amor lo inseminó la primera mirada, directa pero lo suficientemente tímida como para no mirar más allá de la cara. Tu sonrisa abarcó las pupilas y el misterio del desconocimiento se difuminó en el acto. Ahí empezó la gestación de nuestro amor.

Lejos, ahora, de esos primeros días, me parece estar ardiendo y congelada cada vez que estoy contigo; ¡qué paradójico es el amor! Ardo de pasión mientras que congelo su ímpetu; moderar es de sabios y quiero que en nuestro amor no avizoremos tormenta alguna. Por lo que tengo el bosquejo de un plan: vivirte y dejarte vivir.

21/11/08

Ven

Arrulla con tu nana mi desvelo, acuna en tu amor mi temblor, que estoy suspendida en la oscura noche evitando la nostalgia. El ansia me persigue y la dirijo sin quererlo hacia ese norte magnético del deseo: tu cuerpo. Gozo y temblor en un mismo gesto. Golosina de mi noche es tu recuerdo. En mi fantasmagórica danza se halla el anhelo, en tu presencia, lo tierno.

Ven y sé mi justa recompensa, aquella dulzura que me corresponde, acompaña mis horas tristes acentuando mis átonas melodías; que yaga tu piel junto a la mía labrando todos mis sueños. Sólo así amanecerá mi alma, sólo así no viviré de recuerdos.

20/11/08

Descubriéndome

Estoy cansada y dolorida, me siento vulnerable, fácil presa ante cualquier pensamiento fortuito y lúgubre. Hoy he entendido el porqué de los cuernos.

Soy poseedora de ellos. Los serré con cuidado cuando se acabó la relación y los he puesto sobre el bufé del comedor: no quiero olvidarme nunca de ellos. Dolieron. Y lo peor no fue el dolor, sino el empezar a vivir en desconfianza. El no distinguir los fantasmas de la realidad. El querer y odiar a la vez. El convivir con la intranquilidad.

—¡Deja de atacarme con ese tema —me chillaste un día—, seguro que en tu carcaj han de quedarte otras flechas!

Ella siempre tan literaria, de qué libro sacaría esa frase que atravesó mi corazón como un disparo.

Pero hoy he visto claro lo que hace la gente, da comienzo a una nueva relación sabiendo que ello cambiará las cosas para siempre.

Estoy cansada y dolorida y me siento vulnerable porque pienso en la alevosía latente en su romance para destrozar lo que honestamente no se atrevió a romper, nuestra relación.

19/11/08

Haciendo un poema escribir un amor

Quítate los zapatos, lanza lejos tu falda, te propongo un desnudo. Déjame quitarte la blusa y arrojarla sobre los escalones del olvido, con tus miedos y reservas. De rodillas permíteme trepar hasta tus bragas y despojarte de ellas, para perder mi corazón en los pliegues de tu sexo, mientras, con la tinta transparente de mi boca escribiré un poema sobre tu cuerpo. Arrullarás mi persona con el ritmo que brota de tu secreto. La palabra no existe, sólo jadeo y silencio.

18/11/08

Secuela de una larguísima nota de rechazo

Mi amigo me dijo: te voy a dejar doy joyitas del cómic, así podrás ver también cómo se adaptan los relatos al cómic (anteriormente había leído la adaptación de una novela a cómic). Y, así fue, la tarde del viernes se personó con dos libros, uno delgadito que sólo contenía un relato (este) y otro mucho más grueso que si no recuerdo mal contiene ocho relatos de Bukowski.

El relato me ha gustado, sin lugar a dudas, y en realidad no es bien bien una adaptación a cómic; una página es de texto y la de al lado es un dibujo, y más o menos guardan esta frecuencia hasta el final del libro. Los personajes dibujados no tienen bocadillos que los hagan hablar ni nada por el estilo, aunque el recurso del dibujo pertenece al mundo del cómic.

No puedo comentar nada más: me ha gustado mucho. Se lee en nada. Y tengo muchas ganas de atacar el libro gordo.

17/11/08

Reina

La andanada que anoche embraveció el mar de mis sueños desnudó mi alma y denodadamente me atreví a pronunciar tu nombre. Y el cielo se cubrió de pequeñas esperanzas luminosas que me gritaban al unísono: te quiere. Te miré, y también tú expresabas la presunción.

Sin demora te entronicé en mi vida.

16/11/08

¿Sonámbula?

En la noche, me he despertado gótica, paseando sonámbula por las habitaciones mal iluminadas de la muerte. He vuelto a mi habitación y me he concedido un minuto eterno para tomar conciencia de lo que me ocurría. Al hacerlo, mi vida ha salido corriendo de la estancia y no he hecho ningún ademán por perseguirla. Sobre mi almohada veo un pugilato de sombras por conseguir la guadaña.

Miro por la ventana. Se despliega el día innumerable. Noto una alarma interior que me avisa de que todo es extraño. Quiero leer a través del cristal las páginas del paisaje, pero he perdido las gafas o nunca las tuve. Oigo el parpadeo de un río, no muy lejos pero no recuerdo que haya ninguno cerca.

Sé que la vida me fue dada para que la consumiera. Qué terrible sensación de inminencia y desamparo. Tengo la vaga conciencia de que conozco el fin. La tarde se alargará hasta su desfallecimiento. Me siento injuriada por el tiempo.

15/11/08

La ciudad de cristal


Ha sido curiosa su lectura. Lo que más me ha interesado es la adaptación de novela a cómic. Los libros de Paul Auster no me gustan demasiado. Los tengo aparcados para dentro de unos años, por si alcanzo la madurez necesaria para leerlos. Pero me pareció interesante leer este cómic. Es un lenguaje más ameno y que, actualmente, me interesa más. Bueno, lo doy por leído y ya está.

Con respecto al dibujo y a la utilización de las viñetas, me ha gustado, sobre todo una página en especial que está dividida en unas 16 viñetas (lo digo de memoria), el conjunto de las cuales sólo forma un dibujo.

14/11/08

Memencias

01. Nombre completo: Dintel, pa servirle.
02. ¿Por qué te pusieron ese nombre? Me lo puse yo después de mucho pensar su significado metafórico en mi vida.
03. ¿Le pides deseos a las estrellas? No, soy de lo más realista.
04. ¿La última vez que lloraste? Lloro cada mañana, sobre las cinco y cuarto.
05. ¿Pan con qué? Pan con nada, lo tengo prohibido..
06. ¿Te gustan los animales? Sí, sobre todo los roedores. Mi prefe, la suricata.
07. ¿Cuántos hijos tienes? He perdido la cuenta.
08. ¿Colaboras con alguna ONG? Ahora no, cuando joven, dirigía una.
09. ¿Si fueras otra persona serías tu amigo? Creo que no, soy una persona muy difícil!!!!!
10. ¿Tienes un diario de vida? Claro, tengo un diario de a bordo, como todo buen marinero.
11. ¿Eres sarcástico? Algo así..
12. ¿Harías puenting? Ya lo he hecho.
13. ¿Cuál es tu cereal preferido? Ninguno.
14. ¿Te desabrochas los zapatos antes de sacarlos? Claro, soy perfeccionista y metódica.
15. ¿Crees que eres fuerte? El ser humano es fuerte por naturaleza, a pesar de que muchas veces no se lo sabe ver.
16. ¿Tu helado preferido? El de menta y chocolate.
17. ¿Qué número calzas? 39
18. ¿Grupo de música preferido? No escucho el tipo de música que escucha la gente, no tengo grupo preferido.
19. ¿Qué es lo que menos te gusta de ti? Si he de ser sincera, me gusta mucho como soy. Lo voy modulando según aprendo.
20. ¿A quién extrañas mucho? A unas amistades que perdí.
21. ¿Cuál ha sido la última película que has visto? Incapaz de recordar el título.
22. ¿Qué color de pantalones y zapatos tienes puesto? Tejanos y los zapatos son unas kickers muy viejas de color perdido.
23. ¿Cuándo fue la última vez que hiciste el amor? Ayer por la noche.
24. ¿Qué estás escuchando en este momento? El ruidito de mi ordenador.
25. ¿La última persona con quien hablaste por teléfono? Con ella.
26. ¿Tu bebida favorita? En realidad, no tengo una bebida favorita. Me gusta beber según la hora del día lo que toca.
27. ¿Deporte favorito para ver por TV? Ninguno.
28. ¿Comida favorita? Me gusta mucho la buena comida (entiendase esa hecha con esmero y amor).
29. ¿Final triste o final feliz? Final coherente.
30. ¿Tienes mas-cotas? Intento salirme de cualquier cota.
31. ¿Día favorito del año? Ninguno en especial.
32. ¿Besos o abrazos? En principio, nada.
33. ¿Eres una persona alegre? Sí, mucho.
34. ¿Has viajado mucho? Sí, bastante.
35. ¿Una fantasía sexual? Muchas.
36. ¿Cual es la última comida que preparaste? Escalivada, antes de ayer.
37. ¿Color favorito? El rojo.
38. ¿Qué viste anoche en la tele? No veo la tele, de normal.
39. Algo que te haga perder los papeles: la incoherencia.
40. ¿Dónde es lo más lejos que has estado de tu casa?
Cerca de Alaska.
41. Algo que te daría morbo hacer…. No soy nada morbosa.
42. ¿Eres abiert@ a opciones sexuales como el sexo oral? Pregunta estúpida para una lesbiana.
43. Postre favorito:…. Fresas con nata.
44. Un sitio para desaparecer: Cualquiera, soy experta en hacerme invisible.
45. ¿A qué animal le tienes más miedo? Al inculto.
46. ¿No te gustaría morir sin probar? No entiendo la pregunta.
47. ¿Alguna vez te pillaron haciendo el amor? No.
48. Tu nivel de paciencia de 0 a 10: Depende de con qué y con quién.
49. ¿Qué libro estas leyendo? “Yo soy también mi mujer”(novela), “Shortcomings” (cómic) y “La cultura de la conversación” (ensayo).
50. ¿Alguna vez tomaste drogas? Nunca. El alcohol no lo considero droga.

Raquel, Hester, La+, ¿os apetece hacerlo?

13/11/08

Transporte público

A primera hora de la mañana, y cuando digo “primera” no exagero, porque es esa hora en que las agujas del reloj forman un ángulo de 180º, esa hora en la que aún no hemos puesto la maquinaria cerebral en funcionamiento y nuestros ojos siguen presentando la rigidez de haber albergado un par de nocturnas legañas, a esta hora en que el sueño a desaparecido pero su inercia no, a esta hora, esperándome un viaje de tres cuartos de idem, se sienta a mi lado un jovencillo con el Ipod a todo trapo y música máquina.

Todo el autobús pone cara de “Bienvenidomistermusicmecagoentó”. Imposible concentrarse en la lectura, imposible dormitar, imposible cualquier cosa que no sea dejar que ese no anhelado machaque musical te perfore las sensaciones del momento. Con sus efectos colaterales: chasquidos de lengua de las personas mayores y educadas, resoplidos de los que intentaban dormir, cambios bruscos de postura a ver si se daba cuenta. Nada. El musical pasajero ni se entera.

Qué unidos que estábamos los pasajeros de ese autobús, ateos y no ateos rezando la misma oración: “Que se baje en la próxima”.

12/11/08

Me duelen las yemas

Me duelen las yemas de los dedos, me he levantado con una extrema sensibilidad en ellas. Enseguida me he dado cuenta al retira la sábana que me cubría. He estado pensando si ayer cogí algo muy caliente o si toqué algún producto abrasivo. Pero no recuerdo nada.

Me las miro concienzudamente y sólo veo que están un poco más sonrosadas que el resto de la mano, pero no distingo ninguna anomalía más. Me las acaricio con el pulgar y noto escozor, puedo intuir alguna pielecilla que empieza a levantarse. Es deshidratación, seguro; deshidratadas de amor porque hace tiempo que no te acaricio.

11/11/08

Del silencio en ángulo oscuro

Hundida en el sofá del salón, me pregunto por qué he dejado resbalar la nostalgia más allá de lo debido. Ahora empezaría a culpabilizarme. En su momento, permití que se marchara sin pararle con un te quiero, ni con una mirada. De espaldas a ella, noté que, con la maleta en la mano, demoraba el adiós para darme una oportunidad de cambiar el rumbo de su decisión. Cualquier palabra hubiera servido. Pero fue silencio. Silencio y espalda. Soy poco decidida y tímida, de una timidez silvestre que raya la hosquedad, quiero hacer y no hago, y me autodisculpo, más tarde, cuando la pérdida es irremediable buscando toda una suite de teorías exculpatorias de mi conducta. No hago más que requebrarme con mis propios actos.

Hundida en el sofá del salón, resbalando la nostalgia por doquier, rocío con toda sarta de detalles la historia que pudo ser y por mi silencio no fue.

10/11/08

Almohadas

Cada mañana veo, mientras aún estoy negociando con mis legañas, en una de las ventanas del edificio de delante del mío, una señora cuya energía siempre me sorprende. Con la ventana abierta de par en par, sea invierno o verano, y ella habillada con la bata de grosor según indica el hombre del tiempo, aparece siempre aporreando una almohada y luego otra. Sacude con brutal energía el soporte nocturno de nuestros pensamientos, como para limpiarlo de todos aquellos que se nos han caído sin quererlo. Bate por un lado, apalea por el otro, vapulea de nuevo el primero, y aporrea, para concluir, con el envés. La zumba y la sacude y a la pobre almohada no le queda otra que estremecerse y convulsionarse hasta haber soltado, desde esa altura, cualquier símbolo de la noche.

Lo que me maravilla es que esa acción la realiza sólo para mí. Porque, levánteme a la hora que me levante, sale ella de la oscuridad que su habitación contiene, almohada en ristre cual saco de arena de un púgil, y sin ponerse los guantes para tan duro combate, contra ella arremete dedicándome el espectáculo.

Más tarde, cuando voy a hacer mi solitaria cama, al coger mi almohada, me la acerco a los labios para besar, con sumo cuidado y mucho cariño, las lágrimas nocturnas que me ha dejado la soledad. No se puede negar que hasta para esto soy sentimental.

9/11/08

C'est la vie

Te rodea esa vida que no es tuya. Con su incesante brillo de bienvenida te invita a que seas exquisitamente feliz. Te vapulea y consigue que al mismo tiempo te sientas atraída y repelida, siempre codiciando, siempre deseando. Sabe combinar los vacíos con oleadas de emociones y sólo necesita un santiamén para pasar de uno a otro. Se nos muestra con piel aterciopelada pero, a su vez, con pavimento duro, grabando con fatuo fuego recuerdos indelebles que condicionaran nuestro camino. Es irrelevante vivir la vida porque, en realidad, es ella quien nos vive y sabiendo esto me dejo vivir con un solo objetivo, arrebatarle la luz a las cosas para salir de mi oscuridad.

8/11/08

Depresivos

¡Qué miedo me dan las depresiones! No las propias, las ajenas. Las que sufren familiares y amigos. Reconozco que soy una inútil con respecto al tema, nunca sé que hacer, ni que decir. Con el tiempo, he aprendido que a un depresivo no puedes decirle “deja tu depresión, olvídate de ella y de tonterías y sal a divertirte”, porque precisamente la depresión es eso: una falta de fuerzas para afrontar la vida. Mucha gente piensa que el depresivo está así porque no hace el esfuerzo para estar de otra manera, porque no busca fuerzas dentro de sí para estar alegre y con ganas de vivir. Yo misma lo creí hasta hace poco, incluso me llegaba a enfadar con las personas depresivas porque pensaba que estaban bien como estaban o querían llamar la atención y por estos motivos no se esforzaban por cambiar, o sea, que estaban depresivos por opción propia.

No recuerdo qué resorte de pensamiento toqué para que evolucionara mi concepción con respecto al tema. Fue a la semana de haberse suicidado un amigo. Sabía que estaba depresivo, pero, vamos, ni pasó por mi cabeza que pudiera llegar a quitarse la vida. Cuando me lo comunicaron lloré poco, sentía rabia y enfado y muchas sensaciones más que nunca he sabido definir, las cuales impidieron que el dolor se manifestara.

Fui la última persona que habló con él. A tener una conversación, me refiero. Sentados los dos en un pub de su barrio, con sendos wisquis y unos cacahuetes para compartir, después de un par de años sin vernos, me contó cosas de su vida. Hacía poco que había salido de un centro de desintoxicación de medicamentos. Me estuvo narrando cosas muy insustanciales. Al final, me preguntó si le veía bien. “Físicamente te veo muy bien.” “¿Pero…?”, me preguntó él. Me conocía perfectamente y sabía que nunca le mentiría. “Pero… tus ojos no tienen vida”. En menos de 24 horas todo su cuerpo también dejó de tener vida.

A pesar de que nunca me he sentido culpable por esa conversación, pues tengo muy claro que cada adulto es dueño de sus actos, a pesar de eso, una pregunta me acompaña: “¿Debí mentirle?”.

Esa noche, entre wisquis, aún no entendía que la depresión es un síntoma a parte de ser una enfermedad. Una enfermedad que tienen siete octavos ocultos y uno que aflora entre aguas de la vida. Y es esa puntilla del iceberg la única que nos puede dar pistas de la existencia de una depresión. Y da miedo, sí. A mí me da miedo, sobre todo tirar de la punta y ver en su totalidad la dimensión de ese iceberg.

Seguiré pensando sobre el tema, porque, de alguna manera, con su muerte, ya forma parte de mi vida.

7/11/08

Nunca me abandones

Brutal. Es la única palabra que encuentro que defina este libro. Me ha herido lo indecible y ahora escribo esto compungida y aguantándome las lágrimas porque pienso que ¡vaya ridiculez de desmonte! Al principio, lo empecé a leer con ritmo normal, ahora un cuarto de hora, ahora tres cuartos, ahora un poco antes de ir a dormir… pero llegados a un punto, cuando ya la trama estaba sobre el mantel, no he parado de leer ni un minuto de los que tengo libre hasta que lo he acabado.

Cuando vi la peli de Un Mundo Feliz, realmente no entendí nada de nada. Fue más tarde, en un verano de hace casi 20 años, que cayó el libro en mis manos, que entendí, después de leerlo (elemental), toda la filosofía que encerraba y también se me encogió el corazón. Pero con este libro ha sido brutal. La gente de mi trabajo me decía por los pasillos, ¿por qué pones esa cara?, y les tenía que explicar el mal cuerpo que me quedaba después de leer un rato el libro.

Ahora viene lo mejor: me ha encantado. Y a pesar de ser un libro que creo que podría ser considerado de “ciencia ficción” (yo, personalmente, no lo he considerado así, ni lo he leído desde esta perspectiva) debo recomendarlo a toda costa.

El tono del libro es lo que más me ha desconcertado. No quiero explicar más porque pienso que aquellas personas que quieran leerlo deben hacerlo como yo, con desconocimiento de lo que se van a encontrar en su interior. Es en momentos como estos en los que me gustaría montar un grupo de lectura para luego comentar largo y tendido todas las impresiones, tanto a nivel literario como a nivel emocional.

5/11/08

Nuestra relación

Nunca había tenido una relación como la nuestra: tranquila, segura, sin altibajos, sin sorpresas ni cambios de humor repentinos, sin buscar enfrentamientos sino soluciones. Una relación con absoluta libertad de acción, basada sobre el pilar principar, el respeto. Una relación donde tus amistades son tuyas y las mías, mías y no las mezclamos todas en el mismo puchero sólo por el hecho de que nos queremos debemos dárnoslo todo. No, es que no es así. Nos queremos, sí, pero no nos lo damos todo. Ni mucho menos. Nos damos tiempo, pero no las 24 horas del día todos los días. Nos damos cariño pero no en exclusividad. Nos damos amor, cada una en la medida que es capaz de darlo, sin exigencias por ninguna parte. Nos damos sexo porque eso nos gusta mucho a las dos. Pero, sobre todo, nos damos espacio para poder ser nosotras mismas y no la persona que a la otra le gustaría que fuéramos.

Si sumamos todo esto da como resultado la calma, una vida tranquila y llena. Crecemos en cada cara de este poliedro que es la vida, nos contamos los problemas y nos ayudamos como buenamente sabemos, sin exigirnos, sin culpabilizarnos.

Es la primera vez que vivo una relación como la nuestra. Ahora sé con seguridad que la culpa de mis anteriores fracasos ha sido mía. Pero contigo es diferente: tú me has enseñado a vivirte y yo he crecido.

4/11/08

3/11/08

...

Me han robado el texto, lo tenía escrito en mi mente y ha desaparecido. No creo que me lo haya dejado olvidado en alguna parte, pero aún así he vuelto sobre mis pasos por todos los lugares que había pasado. He repasado, también, todos mis enemigos, aquellos que saben que el daño más grande que pueden causarme es dejarme sin palabras y, con ello, hacer desaparecer la sintaxis de mis sentimientos. Estoy rabiosa, no quiero negarlo, mi texto se ha convertido en algo sagrado para mí. ¿Quién me lo ha podido coger? Me han dicho que no me preocupe, que ya aparecerá, que lo más seguro es que lo haya traspapelado por los cajones de mi desordenado corazón. Pero sé que si ya estaba en mi mente es porque la razón cerró con llave mis entretelas privándome del arrepentimiento por lo que no se halla en mi corazón. Estoy segura de que lo ha cogido alguien pero no puedo entender por qué.

1/11/08

la ramblita

El barrio donde he vivido hasta que me fui de casa de mis padres se ha hecho mayor. Me refiero a que su gente ha envejecido lo suficiente como para pensar que es un barrio de yayos. Los hijos nos hemos ido ya de casa y se han quedado ellos y sus plantas y sus viejos sillones y su nueva tele de pantalla plana o de plasma. Los jóvenes que hay por el barrio son hijos casados que han vuelto a casa de sus padres porque estos, o bien han muerto o bien han decidido retirarse a la segunda vivienda, en algún pueblo tranquilo.

Hace unos diez años, algún político que quería ganar sus votos decidió construir, en medio de una avenida ancha que tiene el barrio, una rambla para que pudieran sentarse en los bancos a tomar el sol, o pasear detrás de las primeras bicicletas de sus nietos mientras que intentando no farfullar demasiado cuando les advirtieran de que estaban a punto de atropellar a algún transeúnte.

La rambla quedó muy bonita; es de unos diez metros de ancho, bien asfaltada en color naranja, con los laterales protegidos con unos parterres en forma de montículo que los separa de las dos calzadas. Unos arbolitos supuestamente separados según estudio de jardinería se hallan plantados en estos parterres, cuya tierra queda cubierta con un frondoso césped de un verde oscuro que llama la atención.

Ahora la rambla, diez años después, es un claro ejemplo de la inexorabilidad del tiempo. Los árboles que en su momento eran delgaditos y jóvenes con incipientes copas se han hecho gordos y frondosos, por lo cual, a los viejecillos sentados en los maravillosos bancos de forja no les llega ni un rayo de sol; por otro lado, dada la orientación de dicha ramblilla corre un biruji que paquéoscuento. Esto junto con la impuesta sombra es causa de que se cree, como una voz espectral, una acompasada melodía de castañeo de dientes postizos. Los viejecillos, se sientan en los bancos a semanas intermitentes: una de banco y la siguiente de guardar cama. Del césped, ya no queda ni el recuerdo.

Pero no sólo eso, el señorarquitectodeparquesyjardinesdeloscojones no pensó que al estar los árboles plantados en los montículos, sus raíces profundas quedaban a la altura del asfalto naranja por el cual debían pasear los cansados y ajados viejecillos de mi antiguo barrio. Cosa, la falta de previsión, que ha provocado que las raíces hayan levantado todo el asfalto creando como una serie de nervios cóncavamente repujados que impide la circulación de alguien que no se haya iniciado en el equilibrio y el funambulismo. Por lo cual, toda la ristra de viejecillos circula en fila, arriba y abajo de la ramblilla, por el centro exacto de esta, que es donde las raíces aún no han alcanzado
la superficie, debiendo ceder el paso más de una vez a los viandantes que vienen de cara. Los triciclos de los nietos se han ido cambiando por bicis de trial, más propias para pasear por el lugar.

Ni que decir tengo, que más de un banco, de esos que imitan la forja (preciosos, sí), gracias a las raíces profundas, ha adquirido una inclinación parecida a la del Titánic en su momento más crítico. Por lo cual mis reumáticos y pinzados ex vecinos se las ven y se las desean para poderse sentar de una forma digna a su edad.

Lo bueno que tiene, porque también algo bueno debía de tener, es que los vecinos evitan circular por la ramblita los domingos por la mañana, no sea que con el tortel de nata en mano y sin poder apoyar las dos en el suelo en caso de emergencia lo hagan con los piños, que la pensión no da para otra dentadura.

Ahora que pienso, ¿habrá pagado el gremio de dentistas la dichosa ramblita?