28/2/09

Espera...

Anteriormente ya había leído un cómic de este autor (Nunca me abandones). En esta ocasión, el libro, no me ha dejado el buen sabor de boca que el anterior. La situación que explica cuesta más de digerir, al menos para mí. Por otro lado, los personajes siguen teniendo la misma ternura.

El juego que el autor hace con las informaciones y la forma de presentarlas me ha apasionado. Aún tengo un montón de interrogantes e hipótesis con los que no he dado una solución que me convenza. Me encantará llevar el libro en la cabeza unos días más para darle conclusión.

De muy fácil lectura, poca palabra, todo imagen. Eso sí, imágenes que te hacen plantear un montón de dudas. Feliz de disfrutar con él, la verdad.

27/2/09

Cambia la noche

Desde que mis noches tienen sol, se ha retirado el insomnio. Tu abrazo va destejiendo el deseo mientras va tejiendo el alba, y, confortada, como una niña, me dejo hacer mientras tú, estrella solar, iluminas mi alma.

26/2/09

El viaje

Tenía ya mono de cómic. He estado ajetreada en otra cosa y he bajado mucho el ritmo de lectura. Suerte que, en esta vida, todo acaba y de nuevo puedo dedicarmea ese supremo placer. ¿Y qué mejor manera de empezar de nuevo que con este libro?

De pocas palabras y muchas imágenes, sugerentes, abiertas, que permiten al lector viajar por sus más íntimas experiencias. Y eso he hecho yo, un viaje a puntos internos olvidados por el tiempo.

El trazo del dibujo cambia según la situación y eso me ha encantado. Parece que sea fácil de hacer, pero intenté ayer copiar alguno y nada de nada.

Poco más quiero añadir, pues si alguien decide leerlo que sea con todos los elementos sorpresivos con los que me encontré yo.

25/2/09

Lectura

De todo lo que he leído en mi vida, tú, mi vida, eres mi mejor lectura.

24/2/09

Un consejo te diré

Disipa a toda aquella gente que te envuelve cual desierto, despliega la caligrafía interior de tu alma y escribe reordenando tu propio firmamento, bajo el lamento de lo inconcluso y el designio de lo acabado. Mueve y recoloca la vida en tu espacio y deja de tejer historias con polvo viejo y arrugado. Vuelve ferviente tu conversación y lustrosa tu presencia, proyecta tu resplandor. Pero, sobre todo, no permitas que la vida zumbe a tus espaldas ni que la gente ensucie tu mirada.

21/2/09

Herrumbre

Déjame tus palabras ya que las mías están vacías. Se derramó mi corazón con tu partida llenando de herrumbre el filo hielo del lenguaje. No quiero hablar, mas debo hacerlo, y cuando busco en mi interior qué decir sólo hallo un inútil amasijo de sentimientos y palabras. He mandado limpiar mi alma de óxido. Déjame tus palabras mientras sanean, esta, mi herida.

20/2/09

El lector

En el 3 de mayo de 2007 escribí esto.

He terminado de leer el libro de Bernhard Schlink, “El lector”. Lo empecé ayer y me ha atrapado tanto su lectura que lo he ido leyendo durante todos los minutos libres de los que dispongo, que son pocos.

Me ha gustado mucho y he disfrutado con la historia que me ha contado el escritor. Es de fácil lectura, quiero decir que el lenguaje es bastante cotidiano y eso permite olvidarte de él para entrar de lleno en la narración. A pesar de no contener demasiados giros sorprendentes en el argumento, no he perdido el interés, ni he notado que bajara la energía en ningún momento.

El libro está dividido en tres partes y, en la segunda, me ha parecido entrever el discurso del escritor más que del personaje y no me he equivocado del todo, porque la profesión de Bernhard Schlink y la del protagonista es la misma, por lo que el discurso coincide.

He entrado en Internet a investigar sobre el autor, desconocido para mí, y he descubierto otros títulos anteriores a este y uno posterior que corresponde a un libro de cuentos. Intentaré descubrir si están traducidos.

Ahora, este libro se ha llevado al cine y estrenan la película, si no lo han hecho ya, bien prontito. Se tendrá que ver, ¿no?

18/2/09

¡Ha sido blog!

Hace unos días me propusieron participar en un blog de cocina y, por supuesto, que acepté. Me gusta embarcarme en nuevos proyectos, me siento ilusionada y viva. Esta sensación es la que busco constantemente en la vida. Bueno, no me quiero enrollar mucho más. Aquí está el vínculo por si alguien quiere darse una vuelta o si alguien no sabe qué cocinar hoy. Sólo añadir, que cualquier persona que quiera formar parte, puede hacerlo. Es un blog abierto de mente y de estómago.

17/2/09

Té con letras


Cuando te pasas todo el día sentada delante del ordenador o de tus papeles, escribiendo, buscando ideas y procurando que la idea mental llegue a tener forma en un papel, apetece hacer un kit-kat, ¿y qué mejor manera de hacerlo que preparándose un refrigerio con mimo? Claro que al no tener pastel de ruibarbo, ni zumo de jengibre, no me queda otra opción que hacerme un té, americano (cinnamon y apple) esta vez, con un par de galletitas. Ande yo caliente…

16/2/09

Brainstorming

O lluvia de ideas. En esto me hallo metida. Intentando que me caiga un buen chaparrón encima mientras que, con el paraguas al revés, intento coger todas las gotas que me puedan ayudar en la difícil tarea que me ha sido encomendada.

Esto de la creatividad es muy curiosa, porque si no la tienes bien entrenada, funciona cuando ella quiere y no cuando la necesitas. Es por esto, que me hallo sumergida en mil imágenes, mil historias, mil sonidos, mil amigos (bueno, uno, que no tengo más) para tratar de obtener el máximo de ideas luminosas (las de bajo coste no funcionan bien, en este caso) aplicables a mi necesidad.

Así que puede que durante unos días sea poco productiva en este espacio (¿me estoy justificando?, ya no parezco yo) porque todas mis energías están puestas hacia ese punto. El caso es que debía entregarlo la semana pasada, y como una es así de chula, lo entrega tarde para trabajar bajo presión, que es cuando las ideas son más creativas.

¡Ah! Y cualquier idea será bienvenida.

14/2/09

San Valentín

Mi beso

13/2/09

Una historia de la lectura

“Yo no hablo de venganzas ni de perdones, el olvido es la única venganza y el único perdón.”

Jorge Luís Borges



Alberto Manguel, en sus inicios, le hizo de ojos a Jorge Luís Borges y durante bastante tiempo, le leyó libros. ¡Qué mejor instrucción pudo recibir que de manos del maestro! Pues ya sólo la elección de las lecturas por parte de Borges supone una estupenda formación. Cuando leí esto, confieso, me morí de envidia. ¿Por qué no me pasan a mí estas cosas?

Para una amante de los libros como yo, leer “Una historia de la lectura” ha sido todo un zarandeo emocional. Me va ser difícil explicar por todos los sentimientos que he pasado, por lo que ni voy a intentarlo. Mi mejor experiencia con este texto es que creo que ha dado directamente en la yugular y ello me ha conducido a una nueva perspectiva lectora, mucho más profunda que la que hasta ahora poseía.

Si no me lo llegan a aconsejar (muchas gracias de nuevo) nunca hubiera sabido de su existencia y aunque pueda parecer tonto, me produce angustia el conocimiento que desconozco. Eso me hace recordar un chiste que me encanta.

Llega el niño troglodita a la cueva el último día de cole antes de las vacaciones con las notas en la mano. Todo suspendido. Su padre suspirando para no perder la paciencia se sienta en una piedra y hace que su hijo haga lo mismo en una cercana.

−A ver, hijo, que suspendas caza tiene un pase. Esos animales son muy grandes y tú aun eres muy pequeñito. No me preocupa porque sé que cuando crezcas no tendrás ninguna dificultad en aprobarla. Que suspendas agricultura, ¿qué te voy a decir? Aún es muy incipiente y además, las mujeres saben más de eso por lo que tu madre te puede ayudar. Que suspendas pintura rupestre, mira, tampoco pasa nada, reconozco que eso de los pigmentos naturales es difícil, además pintar un animal que tienes que ir fuera de la cueva para ver cómo es y volver y todo eso, pues, sí, tiene dificultad. Pero, hijo, qué suspendas historia cuando sólo llevamos dos páginas…

A mí me gustaría poder llegar a tener todo el conocimiento existente. Qué en realidad hubiera “un número de páginas” finito y asequible por mí y saber todo de todo.

Y volviendo a lo que toca, el libro es ameno y creo que aconsejable para aquellas personas que les gusta adquirir conocimientos o que les gustan las curiosidades.

Es cierto que la primera frase de Borges no pega ni en pintura con nada de todo lo que he dicho, en realidad la he puesto porque al leerla pensé que uno de los motivos de la escritura puede ser para no llegar a vengarse, pero para no olvidar (y aquí sí que tiene que ver con la lectura).

Nota: Frase que me ha impactado del libro: “cuando en África muere un anciano, arde toda una biblioteca”.

12/2/09

Intimidad

Una vez me desenamoré y en aquel momento creí que fue de golpe. Pero ahora, con la perspectiva que el tiempo otorga, sé que no fue así. Nadie se desenamora de golpe, sino poquito a poco, pero mientras estás en el proceso no te das cuenta. Si notas algo raro siempre echas la culpa a la temporalidad del instante. Hasta que un día te levantas y te das cuenta de que ya no sientes amor. Y no es que hayas dejado de querer a la otra persona, para nada, la quieres igual y deseas incluso seguir compartiendo cosas con ella, pero donde había amor, ahora hay vacío. Te das cuenta así, de repente, porque todos los avisos previos han sido tan sutiles que en ningún momento se han acumulado sobre la mesa.

Duele, duele mucho desenamorarse, ya que en el fondo es también una pérdida. Además, aparece un sentimiento de haber fallado a la otra persona, aquella a la que días antes le estabas diciendo “te quiero”. Y también duele pensar que esta, cambiará su opinión sobre ti, pues llegará a la conclusión de que le has estado mintiendo durante mucho tiempo, porque en realidad ella sí que es consciente de que uno no se desenamora de sopetón.

Leer es vivir un poco tus propias historias desde fuera. Es buscar todo aquello que nos identifica con el personaje y sentir que en realidad no estás solo en el mundo. Leer es buscar un final diferente a nuestra propia historia.

En la contratapa pone “es una novela desesperadamente honesta”, y así lo creo yo. Y con la misma honestidad he intentado hacer este post.

11/2/09

Puerta entreabierta

Las expectativas han muerto, aunque a veces cuando paso por debajo de tu casa o por algún lugar de los que solíamos ir, noto que levantan la cabeza para ponerme alerta y con defraudada ansiedad descubro que aun vives en algún lugar de mi interior. Y mi mente empieza con energía a levantar las sábanas que cubren los recuerdos y ahí estás tú, a mi lado, con tu ron con coca-cola y tu sonrisa, o con tu coca-cola zero “en too lo arto”, mirándome como si nada hubiera pasado. Y mi vida sigue, trabajo, compro y limpio, todo ello sin interrumpir el retraimiento que me provoca recordarte. Añoro irte a buscar al trabajo y esperarte en mi moto a que dejaras la bata sucia para lavar o plantarme delante de tu ventanilla y ceder el paso a los clientes que quieren comprar. Me entristece no volver a pasear tu perro cuando estás de vacaciones o trabajando o sentarme en el hueco de tu sofá bebiendo cerveza mientras esperamos. Mis pasos en la vida se han vuelto más lentos, me pesas y a pesar del tiempo sigo notando que me dueles. Vivo ensimismada cada vez que tu recuerdo aparece y a pesar de que las costumbres tienden a relajarse, las nuestras, desde tu ausencia, las he convertido en ritos. Me gusta recordar cuando te acompañé al médico para que te concedieran ese tanto por ciento de invalidez o cuando, resacosas perdidas, casi sin haber dormido, fuimos a buscar la pintura que la “generala” nos había mandado. Cuando pintamos el piso y cuando queriendo ir a Ikea casi aparecimos en Port Bou. Me gusta recordar todas aquellas cenas con nuestras amigas, esas risas y esas miradas cómplices. Cuando cocinaba sin cebolla porque no te gustaba o cuando la chafábamos muy pequeñita esperando que no la descubrieras. No puedo evitar llorar cada vez que me acuerdo de ti, con una sonrisa que es la balsa que recoge cada lágrima. Recuerdo cuando tocabas la guitarra y cantábamos Malú a grito pelado, o cuando chillábamos saltando con una copa en la mano “por mí te puedes ir al cuerno”. Recuerdo tus migas y tus fideuás. Recuerdo tantas horas delante del ordenador grabando, organizar tu cumpleaños y tu pedida de mano.

Pero todo en la vida es cuestión de costumbre, de esa época sólo me queda tu gesto congelado y tu recuerdo. ¿Y sabes una cosa? Adoro mi soledad, es fiel, sincera y no me hace daño.

10/2/09

Los cuidados de Julia

Me lo regalaron y por el remite del regalo tenía el éxito asegurado. Y así ha sido. Lo terminé hace unos días y como su lectura es rápida, lo volví a leer. Ahora, junto a una copa de vino, estoy saboreando el aroma que ha dejado en mi ser, a la vez que me hallo a punta de látigo devolviendo esos feroces sentimientos escapados de mi más íntimo Yo a sus jaulas. Ese personaje, Julia, he sido yo durante mucho tiempo. Aunque, ¿quién, en algún momento de su vida, no ha sido Julia?

Lo que más me ha gustado del libro es que vamos conociéndo al personaje a través de varios espejos que forman el complicado poliedro de su personalidad.

No pienso hablar de la idea que me he formado del vencejo, porque, si lo hiciera, estaría abriendo una de mis puertas.

Vale la pena leerlo, sin lugar a dudas.

9/2/09

En esta ciudad

En esta ciudad, que es Barcelona, nada impropio acontece nunca. Una metrópoli abierta y pensada para el futuro. La puerta de Europa, han llegado a decir algunos, la embajada Universal, otros, o, incluso, unos cuantos han llegado a comprar el famoso libro de “Odio Barcelona”, frase pocas veces pronunciada para las muchas que ha sido pensada. Cualquier exclamación, ganada por un visible estado de exaltación, es propia para poder definir alguna parte de esta ciudad; una ciudad provocativa, en el fondo.

Inexorablemente, no se puede dejar de vivir en ella ni luchar contra ella, pues es designio del destino que cualquier habitante de Barcelona, calle y aguante para siempre. Para cualquier persona ajena a dicha localidad no será posible dilucidar qué es lo que provoca su interminable movimiento ni evolución, en cambio, cualquier foráneo es capaz de prever su irremediable deceso ya que es consciente de que un extraño poder subyacente consigue invadir incluso los ámbitos más preservados de la perennidad urbana.

Me hace sentir cobijada la calma que transmite nuestro estimado Ayuntamiento, elegido con relativa unanimidad para que escandiera el sustantivo de Barcelona como mejor supiera. Pero sus palabras sucintas que incurren en la costumbre consabida de “todo para el pueblo pero sin el pueblo” me llevan a percibir el aroma que perdura más allá de toda decisión. Y la decisión fue: “pongamos un carril bici y pongamos un bicing”.

Qué alegría ciudadana, qué regocijo, qué satisfacción, qué jubilo, qué gusto, qué dicha, qué delicia, qué felicidad, infirió la alcandía regocijándose y notando que su entusiasmo viraba hacia el orgullo. Y sí, es cierto: qué alegría ciudadana cuando eres capaz de volver a casa sin que te haya atropellado una bicicleta, que no sigue ninguna norma de circulación conocida ni desconocida y que prefiere circular con velocidad por las aceras porque es mucho más seguro, ya que los peatones se apartan y, por la calzada, los coches no lo hacían. Qué felicidad, cierto, cuando eres capaz de encontrar un aparcamiento para el coche, sea del color que sea la zona, porque el carril bici ha quitado muchos puestos de aparcamiento y si antes la cosa estaba complicada, ahora “ahí te quiero ver, morena”; además, va bien para la salud, volver a casa andando después de dejar el coche bien aparcadito, total, ¿qué son quince manzanas si Barcelona es relativamente pequeña? Qué dicha, si circulas en moto y acaba el día sin que te hayan multado, porque donde antes podías girar sin ningún problema, ahora tienes que resolver un jeroglífico luminoso que te indica que “hasta que no haya pasado la bicicleta, tú quieta”.

Y es que el habitante de Barcelona progresa veladamente en sus tanteos por ser buen ciudadano para no defraudar las expectativas de su estimado municipio. En él, a pesar de sus esfuerzos, no hay ni un solo atisbo de mal humor porque sabe que un día el ayuntamiento también pondrá un carril motos, un carril coches y un carril peatones y así podrán circular todos juntos por la acera, sin problemas, como hermanos.

(Continuará)

6/2/09

De nuevo amor

Mi mente, ubérrima en ideas y proyectos, en su mejor momento de sazón, ni acerba ni mustia, se adelanta a los deseos de mi corazón y con su mano, cada vez más fuliginosa debido al desgaste eléctrico de los años, evita que se autoengañe y, así, evita también que la mentira tiemble en sus ventrículos con latidos acezantes.

A la par, el corazón le va a la zaga, pues es el único que sabe del sabor pasajero de la vida por otro lado tan saturado de esencia, y, aguerrido por desamores pasados, acaricia la mano de la mente, en un rapto de sinceridad. Ambos han suprimido su pasado porque les corroía el alma que ahora trema con el leve contacto de sus manos.

Mi mente entiende que el corazón hará lo que quiera, sabe que su locura no es nada inocua, todo lo contrario, lo conoce muy bien, pero ella se siente fuerte para cuando tenga que recogerlo y con sus lúcidos argumentos ayudarlo a latir de nuevo, porque los colores de su exaltada pasión, se habrán fundido de nuevo en el negro.

Esto es cada vez más difícil

5/2/09

La enfermedad

Me regalaron el libro y desde entonces me han estado insistiendo para que me lo lea. No he tardado en hacerlo, ya que ha sido un placer su lectura, a pesar de la temática. Últimamente la enfermedad y la muerte es un tema muy cercano a mí. Hace poco leí otro libro sobre la misma temática pero con un tratamiento totalmente diferente. En aquel no me gustó el protagonista y en este me ha encantado. Y escondidas tras la trama está la importancia de la palabra, al menos me ha gustado pensarlo así. La última frase del libro me ronda por la cabeza y me golpea el corazón. Me gustaría poder escribirla aquí pero sería una putada para todas aquellas personas que no hayan leído el libro y quisieran hacerlo. Ah, y no se vale abrir el libro por la última página y leerla lo primero. No lo hagáis porque no tiene ningún significado si no se ha leído todo el libro antes.

Eso me recuerda la última frase de El Auca del Señor Esteve: “Puedo hacerlo porque él paga el mármol”. Esta frase sólo adquiere el verdadero significado tras la lectura de todo el libro. Es una de esas frases que me acompaña desde hace mucho tiempo, pues creo que leí el libro con 16 ó 17 años, porque era lectura obligatoria en el cole.

Ah, por cierto, gracias por el regalo y por insistir.

3/2/09

Imagina

Imagina que esa mano que coloqué sobre ti y deslicé, trémula, hasta llegar a tu vientre no existiera, ni existiera el ansia que te crea el contacto de mis labios con los tuyos. Imagina que la búsqueda del calor de tu piel en la mía nunca sucedió, ni que el abrazo de mi alma a tu dolor juró lealtad. Imagínate que nunca mis besos recogieron tus suspiros, ni que el temblor de tus miedos con mis palabras paró. Imagina que tu corazón nunca magnificó a mi persona, ni que el mío en princesa un día te convirtió.

Imagina todos los posibles en los que mi existencia pierda su pulsión que aún así nunca vas a poder borrar mi nombre de tu palabra amor.

2/2/09

Suerte que opino pocas veces

Cómo me gusta sentarme delante del ordenador con un roibos (en este caso es temprano para beber algo más apropiado) humeante, tres galletitas y una manzana troceada cuando tengo algo sobre lo que hablar. Porque sí, lo confieso, uno de mis grandes problemas es que nunca sé que decir. Y eso que tengo opinión sobre todo, pero siempre me ha parecido que mi opinión importa poco. ¿Debiera buscar el origen de mi parecer en algún trauma generado por mi padre? (Debo comentárselo a mi psicóloga, cuando la tenga).

El caso es que ayer, desobedeciendo las normas de salud sobre ir a dormir pronto, me quedé a ver Los Goya. Creo que es la primera vez que lo hago. ¿El motivo? Ver el boato y la pompa que La Academia (la llaman así, lo oí, como cuando los Óscar, pero a lo español) derrocha en semejante evento. La verdad es que me hacía ilusión que la Penélope se llevara el Goya, más que nada porque no sé si siempre me ha gustado como actriz o me encanta llevar la contraria a todos aquellos que dicen que, como tal, mala lo es un rato. Y se lo llevó. No he visto la peli aun, porque voy retrasada en mil cosas y el cine es una de ellas.

Pero no, no quiero hablar de esto. Quería hablar de la pequeña actriz de Camino. Tampoco la he visto, así que no voy a opinar sobre su interpretación. Quiero hablar de su fabuloso (pronúnciese con toda la boca llena) aspecto (no sé quién la pudo engañar, o a sus padres, que deben ser los últimos en decidir). Porque si hay algo que menos me guste es una niña de doce años habillada de tal índole. ¿No había otra manera de ponerla guapa y propia a su edad? Y para colmo, supongo que se hizo por esto, para que no pareciera que se iba de edad, me le plantan ese lazo rojo en plan bombonera de las antiguas sobre esa melena de teleseries de Mc Millan y wife, que me despertó a Nika Costa del hipotálamo (véase definición de la Rae).

1/2/09

En la habitación

La luz de las farolas se cuela entre los porticones de las persianas. Los coches bailan al ritmo marcado por los semáforos. No puedo dormir. Esta mañana la he acompañado al aeropuerto y estará lejos, muy lejos, por muchos días, por varias semanas; medido por mi corazón, por una eternidad.

En mi boca baila el beso de la despedida y en las sábanas, aún el olor de su dormir. Pasan los segundos y permanezco estirada, hipnotizada por el juego de luces en la penumbra. A ella le gusta la habitación con sol, a mí, lo que le guste a ella.

Siento el amor pulverizado en el aire. E inspirando las máximas partículas que puedo me pregunto, ¿qué es el amor? No lo sé. De hecho, cada vez que estoy con ella se me desatan todas las sensaciones. Noto más el frío y el calor, se me sofoca la respiración y en el estómago me aparecen todos esos ratoncillos guardianes de mi sentimiento. Y la miro y pienso: ¡Qué guapa es! ¡Y cómo la quiero! El mundo no debería ir tan rápido. Me tiene que dar tiempo a tocar, porque la realidad es todo aquello que se puede tocar, ver y sentir. Verte y sentirte es todo uno, déjame por favor tocarte.

De repente, como si de un plano de cine se tratara, la luz de la calle desaparece. La habitación queda a oscuras. Fundido en negro y felices sueños.