28/8/14

Mis temas

Tengo en mi interior temas que me atacan una y otra vez la inquietud. Me parece que si no les dedico tiempo y los extraigo de mí a través de la escritura no me van a dejar tranquila. Supongo que si algún día me hago famosa y alguien se dedica a estudiar mi vida y mi obra, se concluirá aquello de: “sus escritos contienen siempre uno de estos temas (…)” o “el tema A o el tema B le acompañó durante toda su escritura”.
Si analizo poseo ya temas que son mis universales: el amor, la muerte, la soledad, el intelecto, el lenguaje. Son los primeros que vienen ahora a la mente. A medida que vivo debo ir cambiando su perspectiva, me imagino, porque si no es así, qué cansina puedo llegar a ser. No me he parado a hacer ningún estudio científico que me lleve a una buena reflexión. Hablo de memoria.
Tengo un nuevo tema que me interesa: es el de la culpa. Aún no he escrito nada sobre ello, pero me ronda la idea desde hace tiempo. Supongo que voy extrayendo conclusiones de las películas que voy viendo y de las personas que viven a mi lado y de mí misma. 
Ayer estaba viendo “Cadena de favores”. Una película bastante interesante, aunque lenta, sobre la idea de bondad y maldad del ser humano. En un punto, una hija le dice a su madre, después de mucho tiempo de no verse: “te perdono”. Pues esta ha sido la chispa que ha hecho que quiera escribir sobre este tema, un tema que llevo tiempo pensando y reflexionando en silencio, sin comentarlo con nadie. Sin pedir opiniones ni perspectivas. A ver si soy capaz de cazar las palabras precisas para poder plasmarlo. 

27/8/14

El noveno arte

Llevo leyendo un montón de libros sobre cómo realizar un cómic: el proceso, los materiales, el guión, los personajes, el dibujo. Pero todos ellos no son más que secuelas del de Will Eisner. Después de leer El arte secuencial, los demás no me han enseñado gran cosa, incluso toman como ejemplos algunos del libro de Eisner. Conclusión: el libro que se debe leer es ese.
Este me ha servido para afianzar conocimientos que ya tenía. Como un recordatorio. Lo único que he aprendido es la técnica de hacer una línea con tinta china y pincel y que quede recta. Ahora la tengo que practicar.
Cuando leo este tipo de libros, me parece mucho más difícil el arte de hacer cómics. Supongo, que por mucho que me guste, no debe ser lo mío. Tengo miedo a enfrentarme al proceso de creación. Cuando pienso en mis compañeros de clase, en Alex, sobre todo, con sus dibujos pulidos y bien definidos, las ideas claras sobre cómo deben ser las viñetas, los puntos de vista y los enfoques, aunque sea todo de manera intuitiva, veo claro que lo mío  no es el comic. Si lo fuera, ya lo habría descubierto.
Pero la lectura de estos libros y haber hecho el curso me ha aportado el conocimiento suficiente para disfrutar y entender las novelas gráficas mucho más allá del dibujo y el argumento. Pues ahora sé el porqué de muchas cosas. Aconsejo, a todas aquellas personas que leen cómics, que se lean un par de libros de estos, sin descuidar el de Eisner para poder disfrutar más de todo lo que intuitivamente se piensa mientras se lee un cómic.

26/8/14

Diario

Hace días que me planteo escribir un diario. No me preguntéis por qué. Sólo sé que  tengo necesidad de escribirlo, que tengo mil cosas que me rondan por el interior y me gustaría sacarlas. Pero no es un diario para desahogarme o para entenderme, como el que escribí desde los 12 hasta los 33. No quiero que sea igual, al menos esa no es la necesidad. De alguna manera quiero compartir pensamientos, ideas, visiones que verbalmente me siento incapaz de hacerlo. Supongo que me estoy buscando una buena excusa para tener que escribir diariamente.
De alguna manera, mi libreta de dibujo es también un diario. Me gustaría dibujar al menos una vez al día, pero me viene siendo imposible y lo hago cada equis tiempo, sin dejar de pasar más de una semana. Ahora mismo, tengo un montón de dibujos a los que debo darles el color.
El diario quiero que contenga todo lo que me ocurre, sin miedo a herir a nadie que lo pueda leer en un futuro. A veces, me siento coaccionada por eso, los sentimientos escritos pueden perder matiz porque hay mucho de sobredicho y este sobredicho es interior. Recuerdo, que mis primeros diarios, contenían palabras clave para que solo yo pudiera entender a qué se refería, pues me daba vergüenza pensar que algún día alguien los pudiera llegar a leer y conocer mis pensamientos más bajos. Esta vez, quiero que sea diferente; quiero que algún día sean leídos. No por mi descendencia, que no tengo, si no por alguien que realmente se sienta interesado por conocer a fondo a Dintel.

25/8/14

Els últims dies de Machado

La biografía es un género, que si está bien escrito y algo novelado, me gusta mucho. Leo pocas, porque la novela es mi verdadera pasión, pero cada vez que cae una buena biografía en mis manos la disfruto mucho.
Estos tiempos de crisis me han obligado a dejar de comprar la cantidad de libros que compraba antes y a visitar con asiduidad la biblioteca. Así que esta última vez me he paseado por las estanterías dedicadas a las biografías. Ni es curioso, ni llama la atención, porque es más de lo mismo, que por cada veinte biografías de hombres, hay una de mujer.
Últimamente me está interesando de nuevo Machado. Me gustan mucho sus poemas y su novela Juan de Mairena, me conmovió. No tenían ninguna biografía en la biblioteca, pero me la han pedido a otra y estoy en espera que llegue. Sin embargo tenían este libro que habla de los últimos días de Machado y de la guerra y la situación política de España en esos momentos. Así que me decidí a leerlo y me ha gustado bastante. Me ha interesado saber porqué no se han traído los restos del poeta a España, cosa que alguna vez me había preguntado (sobre todo en la época en que lo estudié en el bachillerato).
Recomiendo el libro, pero sólo a las personas que tengan un especial interés sobre el tema, porque en el fondo, más que un trozo de biografía es un ensayo.

24/8/14

Días nublados

Sé que son días de cambio, las nubes pendencieras llevan anunciándolo toda la semana. No es coincidencia que el sol haya desaparecido llevándose todas las sombras. Se piensa mejor sin ellas. Mi mente, nublada por la inactividad, se revela. Me chilla: “es tiempo de cambio”. Se gesta una buena tormenta de verano. Me dispongo a farfullar excusas que ni yo misma me creo pero mi subconsciente persevera con indomable fervor: “es tiempo de cambio”. Empiezo a sentir un leve rumor desde algún lugar olvidado más allá de mis entrañas. Me gorjea el alma. Un tropel de ideas, que dormía plácidamente bajo el crepúsculo de mi pasado, despierta. Ya tenemos la porfiada tormenta aquí. La lucha llega, rugen los cielos, los rayos iluminan y quiebran las figuras. Me resisto a admitir cualquier cambio, me he establecido en la comodidad de la monotonía y lucho por seguir en ella. En el apuro y el atropello de la contienda, descubro que lucho contra mí misma y debo dejarme ganar.