Me he despertado acurrucada entre sábanas de añoranza. Abrazada como un koala a mi fiel almohada, que miraba, comprensiva, la dulzura de mi gesto. Entendía el porqué de mis caricias y de mi abrazo. Al abrir los ojos, la he mirado y me ha sonreído cómplice. Yo le he asentido con la cabeza; entre nosotras sobran las palabras porque sabe de mi soledad.
Me he separado de ella para enmudecer el despertador, causante del sacudir de mi dormida consciencia y ella, intentando recuperar su forma (siempre la dejo algo estrujada), me ha pedido que me quede un rato más en la cama. Sé que se siente bien entre mis brazos.
Al volver junto a ella y pasarle el brazo por debajo, he notado su calor, que no es otro que el que yo he perdido. En este nuevo contacto la he encontrado más suave y más atrayente.
Antes de quedarme dormida, ayer, lloramos juntas. Tiene la costumbre de recoger mis lágrimas y llorar con ellas. Y cuando la descubro haciéndolo, me hace ver lo ridículo de la situación. Nos reímos y después de secarme las mejillas, le doy un golpecito cariñoso y la abrazo con más fuerza. Siempre consigue que dibuje una sonrisa en mi cara.
Que envidia de relación, especialmente porque sé que yo no la tendré nunca. Duermo sin almohada.
ResponderEliminarUn beso desde el otro continente
Es sabia, ¿no?
ResponderEliminarhermoso
ResponderEliminaralgunas veces le he consultado algo...
Yo tuve cierta relación parecida con mi almohada... allá por el Pleistoceno. Luego empecé a dormir sin, y ahora, que duermo con, no le hago mucho caso (pobre, ¿no?).
ResponderEliminarPetons
Cuando consigues dormir con una persona y de tirón, debe ser la gloria bendita :)
ResponderEliminarBesicos
Yo sí que tengo almohada y he de reconocer que en ese tipo de momentos siempre me ha hecho mucha compañía. Después de escuharme solía sugerirme con su silencio que me reconciliara con quien o con lo que me causó el dolor y se lo agradezco. Al final muchas veces todo se trataba de simples malentendidos.
ResponderEliminarBesos
Ahí, bien abrazada a ella, con esa profunda intimidad que solo tu y ella conoceis, buscando respuestas, buscando consuelo.
ResponderEliminarMe ha encantado
Petonets
Encarna
Me he reido mucho con la escena de las lágrimas. Tierna y preciosa!
ResponderEliminarYo a veces duermo hasta con tres almohadas... no veas!!
ResponderEliminarTener alguien con quien compartir una cosa así es lo más bonito del mundo. Enhorabuena y mucha suerte para que no se apague.
ResponderEliminardiosss, has devuelto a mi memoria una imagen calcada. (hace miles de años, pero aún siento la sensación)
ResponderEliminarMe has pillao tierna.
Espero que las lágrimas de ayer queden atrás en el día de hoy.
ResponderEliminarUn beso.
uhmmmmm, el poder de las almohadas, cuánto saben de nosotras...
ResponderEliminarbonito despertar, deliciosa madrugada
ResponderEliminarjajajaja dale un besito a tu almohada, besitos
ResponderEliminarUps! tú también duermes con ella?? jajaja
ResponderEliminarLo mio con las almohadas ( uso entre 3 y 4 ) es un ritual ..... intimar tanto con una sería dificil , pero confieso que tengo preferida
ResponderEliminar¿Y no le consultas nada?
ResponderEliminarSi es que donde esté el perro y la almohada que se quiten todos los amigos jajaja....
ResponderEliminarMe ha gustado Dintel, bonita relación...yo con la mía tengo una relación superestable y eso de dormir en camas separadas...NI HABLAR!
A veces solo la almuada nos proporciona ese calor, ese bienestar que no tenemos junto con la persona que duerme a nuestro lado... bendita almuada que nos acompaña a aquellos de nosotros que nos sentimos verdaderamente solos...
ResponderEliminarBesos
Ay, si no fuese por la comprensión de las almohadas...
ResponderEliminarUn abrazo
Después de dormir tanto tiempo oficiando de manta anatómica me es muy difícil volver a abrazar a mi almohada, pero ella es fiel y sigue recibiéndo mis las lágrimas sin reclamar nada a cambio.
ResponderEliminarBeso.
Pero chica, es que lo tuyo va de maravilla. Duerme así de bien, que te lo ha ganado.
ResponderEliminarUn beso.
Carajo¡ que envidia. Mi almohada pasa de mi.... Sólo me produce tortícolis.
ResponderEliminarAbrazos
Pues menos mal, ¿no? Llorar con alguien es llorar creativamente. Mucho mejor, dónde va a parar.
ResponderEliminarPues yo no consigo tener relaciones íntimas con mi almohada.
ResponderEliminarNo sé por qué, pero no tenemos confidencias.
yo tengo una relación parecida con mi almohada, jajajajaja
ResponderEliminar¿Y con quién se confiesa la almohada? La cuestión es intimar, no?
ResponderEliminarBesos.
abrázala con fuerza que ella no te abandona por la noche y no pide más. ;)
ResponderEliminarBesos
Hola Dintel,
ResponderEliminarY tú en la de ella.
Besos
Si mi almohada hablara... soltaría gomaespuma por la boca.
ResponderEliminarLo tuyo es de traca. Le sacas ternura hasta a la gomaespuma (perdón perdon, seguro que estamos hablando de las suaves plumas del pato Eider). Besos
ResponderEliminar¡Ay, si las almohadas hablaran!
ResponderEliminarBlau, sí, es envidiable. Pero hay otras relaciones muchísimo más envidiables, que seguro tendrás.
ResponderEliminarraquel, lo es, sin lugar a dudas.
ResponderEliminarmarga, sí, como adivina no tiene precio.
ResponderEliminarirreverens, por el Pleistoceno las aún no había sufrido la gran evolución. Intenta otra relación, verás que satisfactoria.
ResponderEliminarbelén, doy fe.
ResponderEliminaral-kemia, cada almohada es un mundo.
ResponderEliminarEncarna, ahí has dado en el clavo, la palabra es intimidad.
ResponderEliminarsensai, yo lloré mucho con ella. ;)
ResponderEliminarBlasfuemia, he hecho alguna que otra bacanal almohadil, también.
ResponderEliminarjd, soplan muchos vientos para que no se apaguen las cosas...
ResponderEliminarconso, ¿te he pillado tierna? ¿Teléfono? Ejem.
ResponderEliminartawaki, conozco el ciclo del agua, pero no el ciclo de las lágrimas...
ResponderEliminarlibra, la mía lo sabe todo sobre mí.
ResponderEliminaradr, sin lugar a dudas.
ResponderEliminarisobel, está, mi almohada, totalmente mimada con mis besos.
ResponderEliminarmorgana, sí, hija, sí, y creo que es para toda la vida.
ResponderEliminarla+, es de cajón que tengas la+ almonada... ;))
ResponderEliminarjota, ¿tú sabes lo que cobra?
ResponderEliminarpulgacroft, nunca me han gustado las camas separadas... Creo que tengo fobia a la palabra separada.
ResponderEliminarayshane, y si no, es un buen placebo.
ResponderEliminartrini, opino lo mismo... Un monumento, deberían hacerles.
ResponderEliminarefi, te comprendo perfectamente.
ResponderEliminarluca, y me gustaría poder dormir bien. Creo que debiera ser un derecho constitucional, el dormir bien.
ResponderEliminarsommer, pues hazte notar. Que la almohada siempre tiene que estar al servicio de uno.
ResponderEliminarEduardo, pues he debido crear lo indecible.
ResponderEliminarmarigel, es que hay algunas almohadas que son de lo más estiradas.
ResponderEliminarad astra, entonces, tú me entiendes.
ResponderEliminargeminis, conmigo, no, por supuesto. Intimar, bonita palabra. Ir por a vida preguntando: ¿Intimas? (que no intimidas).
ResponderEliminarboticario, abrazada así está.
ResponderEliminarwithout, eso espero.
ResponderEliminarmaximus, ja, ja, ja, ja. Mejor que no hable, entonces.
ResponderEliminarmaria, jajajajajajaja, sí, hablamos de plumas. Ejem.
ResponderEliminarmármara, no, que callen para siempre.
ResponderEliminarHola, Dintel:
ResponderEliminarMe ha gustado mucho este relato tuyo, como me vienen gustando el resto de entradas... Aunque no te comente.
Sólo quería agradecerte que te sigas pasando por el Limón y sigas comentando; odio no poder hacer lo mismo con todos vosotros a diario... Y encima ahora comienzan los exámenes y el tiempo libre será oro.
Gracias otra vez; de corazón.
Besicos de limón
Al final eso es lo importante de la vida, no? Encontrar a alguien que sea capaz de sacarnos una sonrisa cuadno acaba el dia
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