No puedo menos que reírme, y no digo descojonarme ya que queda fuera del lenguaje lésbico. Pero me parto la caja y todo lo que se deba partir, me mondo, me desternillo (no destornillo, no; desternillo, de ternilla), incluso me meo, es más, me contorsiono sobre mí misma porque me duele la barriga de tanto reír. Y no hablemos de las mandíbulas, que de tanto forzar los músculos de las mejillas se me están agarrotando y también duelen. Y como es a carcajada limpia, se me están cambiando las mucosidades de la traquea de sitio y me provocan un ataque de tos. No reía así desde hacía tiempo y es gracias a ti.
Y es que el infantilismo en algunas personas me hace mucha gracia, vamos, que por el primer párrafo, ya se puede saber qué gracia me hace.
Esas personas que van sobre podium caminando (que no plataformas, que eso hasta puede quedar chic) y que anhelan palio bajo el que caminar; esas personas que se las dan de íntegras, que critican a la sociedad y al resto de semejantes porque no entran dentro de sus cánones, que por lo visto tienen, estos, algo de ley divina; esas personas que deben bajar su mirada para hablar con el resto, la plebe. En definitiva, esas personas, que luego dejen escapar su rabia en el más absurdo de los infantilismos: “Tú me pegaste, pues ahora (después de meses y meses) te lo devuelvo. Y paras y no juego”.
Animalica, escucha, que yo no te pegué. Que te diste el golpe tu misma porque cualquier crítica la recibes como una patada. Pero que eso, en el fondo, da igual, cada uno es como es. Pero permíteme que me siga riendo pues me has hecho muchísima gracia. Has estado guardando tu venganza en un bolsillito de tu pantalón y ahora vas y me la sueltas toda arrugadita y fuera de lugar. ¡Cómo quieres que no me muera de risa? Eso lo hacen los críos e incluso ellos se olvidan pasado un tiempo. Si es que las inseguridades juegan malas pasadas.
En fin, quiero darte las gracias porque me has proporcionado un buen momento de risa y, sobretodo, un buen momento de escritura. Por cierto, qué equivocada estás conmigo.
Me alegro de que la venganza se haya quedado sólo en un ataque de risa.
ResponderEliminarUn besazo
Estoy de acuerdo con Lucía, la verdad es que hay gente pa´to!
ResponderEliminarA mí los infantilismos más que risa me dan pena. Igual que los que predican tolerancia y no se la aplican a ellos mismos. Supongo que tiene que haber de todo.
ResponderEliminarUn beso.
A reir, asi se comeinza un buen fin de semana...Es que para haber mundo tiene que haber de toooooo...jejeje. Un besito risueño
ResponderEliminarLe puedes dar las gracias de mi parte porque un poco más y me meo yo tambien!!!. sabes?, tengo una de esas que me hace reir muy cerquita cada dia...
ResponderEliminarPetonets
Encarna
De todo se puede sacar una buena excusa para escribir.
ResponderEliminarPero en cuanto a las debilidades humanas... no seré yo la que tire la primera piedra.
Creo que todo depende de la magnitud del daño recibido. YO no me vengaría cruelmente de alguien que me quedó a deber 300€ (que le sirvan para medicinas), pero hay cosas por las que sí me acordaría en el tiempo.
ResponderEliminarummm.... he dicho, hala.
ResponderEliminarBesos
Joé!
ResponderEliminarEs muy bueno eso de que las inseguridades juegan malas pasadas, qué gran verdad.
ResponderEliminarYo también soy rencoroso, por desgracia, es algo que algún día me encantaría cambiar. Pero creo que nunca a tan largo plazo. Lo cierto es que la venganza, normalmente, no satisface.
ResponderEliminarAy quienes nunca abandonan el niño que llevan dentro... y para mal... otros lo alojamos para saber reir...y para decir y hacer barbaridades... pero eso es otro cantar
ResponderEliminar...
besos desde el otro lado de la puerta
muak!
Ja, ja, ja, dintel, ja, ja, ja.
ResponderEliminarMe ha encantado el título. Magnífico.
contra los infantilismos no se puede hacer nada, como si uno uqiere ser adulto y la otra persona se empeña a estar de retrograda?? pfff saludos!!
ResponderEliminarDe vez en cuando va bien reirse de las vanidades incongruentes...
ResponderEliminarHola Tu.
Jesus
no es solo el primer párrafo, con glorias como "descojonarme queda fuera del lenguaje lésbico" o lo de deternillo, de ternilla, es todo el texto, Dintel... ¡cómo escribes! me encanta... y sip, lo mejor es reirse.
ResponderEliminarAy, si es que lo mejor que se puede hacer con las venganzas es tenderlas en un patio y que se las lleve el viento...
ResponderEliminarPues rie, rie, que eso rejuvenece y seguro que le jode aun mas : )
ResponderEliminarPues rie, rie, que eso rejuvenece y seguro que le jode aun mas : )
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