Déjame tus palabras ya que las mías están vacías. Se derramó mi corazón con tu partida llenando de herrumbre el filo hielo del lenguaje. No quiero hablar, mas debo hacerlo, y cuando busco en mi interior qué decir sólo hallo un inútil amasijo de sentimientos y palabras. He mandado limpiar mi alma de óxido. Déjame tus palabras mientras sanean, esta, mi herida.
Sí, Dintel, hay que estar abierto o abierta a lo que nos venga de fuera. Es la única forma de enriquecerse. Si sólo miramos a nuestro interior, corremos el riesgos de oxidarnos. De morirnos, en definitiva. La vida toda es movimiento y renovación.
ResponderEliminarProfundo pensamiento el que nos expresas a estas tempranas horas de un sábado, en el que se supone que tenemos que preocuparnos de nosotros mismos,porque, en este fundo ajetreado, cada vez nos queda menos tiempo para nosotros. Aprovechemos el Sábado, entre otras cosas, para abrir puertas y ventanas y airear nuestra casa. Nosotros mismos necesitamos más oxígeno.
Te doy las mias que fluyen vigorosas... yo cogo de las tuyas.. ¿no nos enriquecemos mutuamente de nuestras propias lecturas? Un saludo
ResponderEliminarNo me gusta el verbo "sanear".
ResponderEliminarDemasiado higiénico :-)
Beso
Mis palabras es que estamos en fin de semana y que salgas a divertirte jejejejeje.
ResponderEliminarOtro escrito para tu preciosa colección de joyas en miniatura.
ResponderEliminarQuerida Dintel, existe un producto que se llama "Brasso" a ver si te lo compras y luego me cuentas como te fue.
ResponderEliminarUn beso dominguero
también el óxido es el recuerdo de lo que un día fue...
ResponderEliminarNo me gusta el óxido, no me gusta la herrumbre. Así que te dejo mis ánimos y un algo para limpiar todo eso que dices que se derrama en el alma.
ResponderEliminarBesos
precioso!!!
ResponderEliminarNo suenan para nada vacias...
Sigue dejándonos palabras =)
ResponderEliminarYo te dejo las mias:
ResponderEliminarYa tengo casi acabados los deberes del pasado dia-Tequila.
Espero que te miren bien todo el cuerpo lo dexoxiden.je.
Besos anti-oxido.
Jesus