Siempre encuentro un resquicio de odio en el fondo de mi corazón. Y es que a pesar de que el tiempo lo diluye todo, el dolor se puede enquistar en nuestra alma convirtiéndose en una pequeña pústula que segrega encono. Y contra esto, poco podemos hacer, pues no hay peor médico que aquel que enquista sus recuerdos.
Es que ni con agua caliente, oiga...
ResponderEliminarVerdad como un templo. Anda que no he ido yo veces al doctor por esto. Y me he vuelto a casa igual que cuando salí de ella.
ResponderEliminarBesos.
una buena medicina es dormir... no ayudo mucho creo
ResponderEliminarNo soy partidaria de enquistamientos y odios, prefiero siempre ceder..el ceder es puro egoismo aunque parezca lo contrario el ceder no supone aceptación sino dadiva, y el que dá siempre tiene mejor posición.
ResponderEliminarExactamente.
ResponderEliminarNunca he podido odiar.. quizá porque mi memoria es ligera y siempre olvido la razón.
ResponderEliminarYo odio a gente, me da igual el tiempo que ha pasado desde que me hicieron daño, porque eso no cambia lo que hicieron y por ello se llevaran mi odio hasta que me muera, porque lo merecen...
ResponderEliminar