¿Lo comprendes o no?
Solo con mirar cómo cojo una hoja de papel, o cómo utilizo los cubiertos o, si te fijas, cómo me pongo el abrigo, descubrirás lo que siento en cada momento. El mecanismo es siempre el mismo: en mi interior no cabe la emoción y aflora por doquier propagando el secreto. Por mucho que tenga los brazos vacíos y la garganta cerrada, esa sensación de estar siempre completa es la culpable de la traición. Los bolsillos del pantalón rezuman el gesto. Solo tienes que observarme, ver qué hacen mis manos, mi cuerpo, con qué brío o lentitud me muevo y sabrás cómo me siento en cada momento.
Ya lo diz Albert Mehrabian: el mayor tanto por ciento del acto comunicativo no lo constituyen las palabras, si no los gestos, independientemente de que quien tengamos enfrente, o al lado, carezca de la capacidad de observación.
ResponderEliminarPues sí, y lo resalta estupendamente Mármara.
ResponderEliminarObservar es fundamental: da mucha información.
ResponderEliminarLo que pasa es que hay que tomarse el tiempo y el interés de observar. Pocos lo hacen, por muchos libros abiertos con los que nos encontremos a diario.
ResponderEliminarMarvillosa plenitud
ResponderEliminartoda tu literatura
ResponderEliminarFácil y a la vez complicado, pues quien te observe tiene que hacerlo ávida de conocerte. Besos
ResponderEliminara menos que estés muy entrenada en PNL... =P
ResponderEliminarya dicen que es más importante el lenguaje no verbal
ResponderEliminarY mirar con ojos de amor.
ResponderEliminarEl problema es que el 90% de la gente no se fija en los detalles...
ResponderEliminarEsta entrada me ha gustado mucho...es genial!
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