Llegó la noche abriendo su sima entre los fantasmas del pasado. Llegó la noche, eliminó la tierra bajo los pies, alargó las sombras del espíritu, volviendo insustancial toda lógica.
Llegó la noche, alejó toda palabra del pensamiento mientras permitía al alma eyacular imágenes olvidadas hasta la supuración.
Llegó la abyecta noche y dio paso al suplicio del temor.
qué horror de noche!
ResponderEliminarmejor aprovecharla para otros menesteres ;)
Me gustó.
ResponderEliminar;)
en verdad hay etapas de la vida en que la noche es horrorosa...
ResponderEliminarPido post con energía positiva... ¡coño!, que no pego ojo por las noches.
ResponderEliminarMelatonina y motherwort. Dicen que ayuda.
ResponderEliminarDintel, tus noches están de un horror que no las brinca un venao!
ResponderEliminarUn beso