Las vidas tienen colores y el color que más abunda es el
gris. No hay más que ver a las personas yendo de un lugar a otro por la calle.
Con aire serio y taciturno, cayendo sobre ellas una lluvia mansa provocada por
una nube propia, con sensación que no les concierne la tormenta que les
acompaña. Caracterizadas siempre por un falso y frágil sosiego, con esa calma,
tan quebradiza que nadie se atreve a invadir.
Quizá solo necesiten en su vida un factor estimulante que no
les haga esperar, imposible de tomarla por ellas mismas, una decisión ajena a
su voluntad.
Me da mucha rabia descubrir que a veces visto mi vida de
gris. No quiero. Ni tan solo para ir por la calle, aunque sea el color con el
que te ensucies menos.
Vestir la vida de gris me has encantado
ResponderEliminarabrazos dorados
RECOMENZAR, gracias. Sí, un color que condiciona.
ResponderEliminar