10/9/12

Queriendo de nuevo escribir

Cuánto tiempo sin ser dueña del teclado, sin ser dueña de mi tiempo, sin ser dueña de mi pensamiento. No he tenido ni un instante ni para procrastinar mis objetivos, cosa muy en boga hoy en día. Me he dejado llevar por los acontecimientos de estos meses. Un golpe duele, otro también, más que el primero, pero a partir del tercero ya se te anestesia el alma y recibes, como si fuera tu deber hacerlo, el resto de la paliza.

La vida es curiosa, muy curiosa y no dejará de sorprenderme, tanto para amarla, como para odiarla. Esta vez lo ha hecho concediéndome la simultaneidad: la amo y la odio a la vez. Ambos sentimientos, a rabiar. Cómo duele todo. No hay manera de bajar la intensidad del dolor. Tira a tira, mi coraza se ha deshecho. Cualquier mota de polvo, ahora, es susceptible de caer en mí y desequilibrarme. Con esta fuerte sensación de inestabilidad no hago más que balancearme sobre mi centro. Un centro, que por lo que veo, nunca ha estado falcado como era necesario.

Lo peor, las noches. Cuando la soledad empieza su abrazo y me estrangula, mi respiración cede a la voluntad de esta y me ahogo en mis pensamientos, me revuelvo de forma acuciante para sacármela de encima, pero me hallo tan profusamente envuelta  en ella que mi propia impotencia la coge de la mano y  juntas danzan en larga ceremonia de burla y carcajada. No os extrañéis que amanezca, exangüe, destilando la triple esencia del desamparo.

Y así un día, y otro, y otro.

1 comentario:

spark dijo...

o_O

¿Estás bien, Dintel?

Besos y burbujas.