31/7/08

¡Cómo está el mundo!

Quién me manda hablar. Si calladita estoy más mona. Os cuento.

Me he levantado temprano, a eso de la una de la madrugada y he ido a las Ramblas a buscar la prensa. Sé que llega más o menos a esa hora. He aprovechado que la mosca dormía a patas sueltas en el sofá para venir a mi despacho y, sin hacer ruido, sentarme en mi butaca a leer. No sé cuánto rato ha debido pasar, pero enfrascada en mi lectura y acostumbrada a estar sola he exclamado bajito:

−¡Cómo está el mundo!

No ha tardado ni dos segundos en venir volando y posarse sobre mi hombro, izquierdo, por supuesto.

−Esta expresión se la oí por primera vez a mis padres −me dice a la vez que se rasca los ojos con las patas para sacarse las últimas gotas de sueño.

−Sí, parece que las cosas no cambian, también se la oí a los míos, pero hace años que me la apropié y corre por mi voz, −le contesto rápidamente, con la esperanza de ser yo la que lleve el curso de la conversación.

La Mosca Estremecida vuela hasta el borde de la página del diario y se me queda mirando.

−Sí, ya veo −me espeta toda irónica−. Seguro que tú eres de las que vivieron su adolescencia con absoluta intensidad, sin importarle nada la realidad social y claro, ahora, desde este sillón en el que estás sentada, miras hacia atrás, hacia esa época de juventud y sólo ves un gran cargamento de pamplinas.

− Oye, Mosca, no empieces a marearme la perdiz. En mi adolescencia yo era muy inquieta y comprometida con…

−Mírame a mí, −me interrumpe−, recién salida del huevo ya me comprometí con la causa social. Ese día levanté mi puño y aún no lo he vuelto a bajar. Pero, claro, tú, ahora, sentadita en el sillón de tu edad, cuando tu estado de madurez ha culminado ya en su totalidad. Lentamente has ido abandonado tu procaz comportamiento para sosegar tus antiguas inquietudes, convirtiéndolas en pensamientos, injiriendo en ellos toda una serie de valores, que viven más por aprendidos que por experimentados.

No puedo más. Sacudo el periódico a ver si vuela lejos de mí y me libro de la perorata que me está preparando. Pero ella, se eleva manteniendo su posición delante de mi cara y se posa sobre la mesita que tengo al lado del butacón, mientras con el zumbido de sus alas entonca la Internacional. Es cínica, la díptera.

−De alguna manera −continua diciéndome como si nada−, el mundo siempre ha andado mal, y nos parece que en “nuestra época” está peor que nunca. Y aunque quedan aún épocas por vivir, o al paso que va la deterioro de todo (no me refiero únicamente al de la Tierra, sino también al de Persona) sería mejor decir, por sobrevivir, se empieza a ver claramente que debemos concienciarnos de la causticidad humana. Es perentorio, pues, que de alguna manera nos pongamos manos a la obra.

−¿Y qué pretendes que haga? ¿Que deje mi vida y me vaya a una ONG? −le grito perdiendo los nervios. Tiene la costumbre de removerme la conciencia en los momentos que yo busco más tranquilidad. Pero ella sigue sin inmutarse, rasacando sus patas delanteras mientras piensa como continuar aleccionándome.−Cuando veo que hay grandes personas que viven absolutamente con compromiso social y humano, pienso que aunque la inmensa mayoría esté de brazos cruzados, no está todo perdido.

Me aparece la vergüenza. A pesar de la inquietud que me produce y a pesar de las ganas de comprometerme, soy incapaz de hacerlo.

−He llegado a la conclusión de que el compromiso es algo que se debe aprender de bien pequeña, casi a la vez que aprendes a lavarte los dientes después de cada ingestión − le digo usando la excusa como lenitivo de mi compunción. −Pues más tú que nadie debiera saberlo. Gracias a mujeres que no han tenido ni pereza, ni miedo y han vivido manteniendo una lucha activa contra las injusticias del mundo, vosotras, las mujeres cómodas, ahora, podéis circular por la calle con la cabeza bien alta. Podéis tener una vida y unos espacios en donde vivirla. Y aunque queda mucho por lidiar contra este abigarrado mundo, sé que siempre existiran personas comprometidas que seguirán pugnando para que tú puedas tener una vida mejor.

Se me queda mirando esperando que le rebata con alguna de mis argumentaciones absurdas. Pero callo. Me siento derrotada. Ella es mucho más fuerte que yo hablando de estos temas. Ella tiene las ideas mucho más claras que yo. Me mira y yo le mantengo la mirada, que intenta ser desafiante y esconder la tristeza y la vergüenza que siento.

Sé −añade sabiéndose ganadora de esta conversación − que tu incapacidad para bregar viene gobernada por tu propia comodidad y soy consciente que cedes tus obligaciones a compromisos ajenos, viviendo así tu vida de forma yerta, con respecto a la magra responsabilidad que te toca −dice descabellándome con la puntilla de mis remordimientos.Sin mediar palabra más, cojo la prensa y me voy al cuarto de baño y me siento en el taburete . En este aspecto, no estoy orgullosa de mí, como bien denota de mi texto.

Sirva, este, como agradecimiento a las personas que con su lucha hacen que no “nos planteemos si tener un hijo o no, por no querer llegar a tener que pedirle perdón por haberle concebido.”

30/7/08

La Amo

La amo de verdad, con un Amor en mayúscula que contiene todos esos amores que existen o se imaginan, o ni tan siquiera se pueden llegar a imaginar. Cuando por la mañana, se ducha, se viste y se arregla para ir al trabajo, la amo como se ama a la belleza, que no osas tocar por miedo a que se desvanezca. Cuando me llama o me envía un sms, la amo como se ama el deseo, como se ama a todo aquello que no te pertenece y platonizas; es, entonces, cuando el sentimiento de amor es más inconsumible. Cuando, sentadas una al lado de la otra o estiradas en la cama antes de dormir, me cuenta sus preocupaciones, la amo como se ama a la idea de futuro, que incorrupta aún, sin salir de la mente, raya el positivismo. Cuando bromea y se burla de mí, la amo como se ama a quien admiras; y siento que el deseo de aprender de ella quema como si fuera fervor. Cuando, a punto de quedarnos dormidas, me pide el último beso que conlleva las buenas noches, la amo con la pasión caliente y húmeda que junta todos los amores que despierta cada día en mí . Cuando, cariñosamente se pega a mí buscando la caricia que incite al sexo, simplemente la Amo.

29/7/08

Extremos

¡Qué día! En mal momento he permitido que me acompañara. Siempre que me tiene que pedir algo, se muestra muy servicial conmigo, y sabiendo esto, voy y caigo.

Esta mañana, me ha venido a despertar toda melosa y “me ha traído el desayuno a la cama”.

—Buenos días, camarada —ha susurrado con cariño. Me llama así, porque dice que es roja hasta la probóscide.

Acabo de discutir con ella, la he mandado al salón a pasearse un rato por el cristal de la ventana; es que no me deja escribir. No hacía más que corregirme: “Las moscas no tenemos probóscide, eso son las mariposas, o los chinches o las abejas. Nosotras tenemos trompa, trompa chupadora”. Por favor, qué plasta.

Pues, dándome los buenos días, ha dejado caer un Special K sobre mi cara y me ha dicho:

—La leche, te la tendrás que ir a buscar a la cocina; no he podido abrir la puerta de la nevera.

Desde hace un tiempo, la Mosca Estremecida, como yo la llamo, se ha convertido en mi compañera de piso. Es una pequeña mosca de color negro, de ese negro tan profundo que según le da la luz parece azul. Cuando la vi por casa, sin tener ni idea, le llamé Drosi e intenté sacarla por la ventana y, muy enfadada, me espetó:

—No soy una mosca común de la fruta. Yo soy una mosca negra del estiércol. Donde hay mierda, ahí voy.

—Muchas gracias —le dije, y se rió a carcajadas.

—Tranquila, ahora estoy de viaje iniciático —me explicó—. Antes de afincarme en cualquier establo quiero conocer mundo.

Y desde entonces, compartimos piso, aunque no gastos. Debo confesar que mi soledad ha disminuido pues tengo a alguien con quien conversar pero mis dolores de cabeza se han incrementado; ya la iréis conociendo.

Toda la mandanga del desayuno ha sido porque quería acompañarme a trabajar. Y me ha debido pillar más dormida que de costumbre ya que se lo he permitido.

Hemos cogido el autobús de línea por los pelos, porque, sin darme cuenta, la he dejado encerrada en el lavabo y no la encontraba por ninguna parte. No he tenido problemas para sentarme pues mi parada está muy al principio del trayecto. Ella se ha sentado en mi hombro izquierdo, cuestión de ideales, dice siempre. Con el vaivén del vehículo, me he adormilado. Hasta que, a la mosca estremecida, le ha dado por filosofar.

—Según la ONU, se entiende como violencia de género todos aquellos actos de violencia sexista que tienen como resultado posible o real un perjuicio físico, sexual o psíquico, incluidas las amenazas, la coerción o la privación arbitraria de libertad, tanto si sucede en la vida pública como en la privada.

—¿Ahora a qué viene esto? —le he preguntado sorprendida.

­—A nada, pensaba que te podía interesar —me ha contestado con superioridad.

He puesto cara de extrañada y me he vuelto abandonar a la somnolencia del balanceo. Después de su comentario se ha quedado callada un buen rato y me he olvidado de que estaba conmigo.

—El problema radica en que la violencia contra las mujeres está tan enraizada que os cuesta identificarla. Yo prefiero no utilizar la expresión de violencia de género porque creo que le quita importancia al individuo culpabilizando más a la cuestión social.

—¿Tanto te interesa el tema? —le he preguntado dispuesta a ceder ante sus ganas de conversación.

—Lo que me sorprende es que puedas estar dormitando mientras que los humanos tenéis un problema tan grave.

—Hay muchos casos, pero gracias a Dios, no son la mayoría —le he contestado, incómoda.

—La violencia deteriora la vida de muchas mujeres. Porque el término violencia no sólo incluye la agresión física, sino también todas las formas de maltratos psicológicos, abusos personales y de explotación sexual a la que están sometidas las mujeres solamente por su condición de mujer. ¡Suerte que no son la mayoría de casos!

—Vaya, veo que dominas el tema —le he recriminado a ella por no recriminarme a mí, ya que empezaba a sentirme culpable de la tranquilidad con la que viajaba.

—Mira hasta que punto afecta esta violencia, marciana de tu mundo, que mina la confianza de las mujeres en sí mismas, reduce su autoestima tanto en la vertiente física como en la psicológica, les destroza la salud y les niega los derechos humanos ,que no hay manera de erradicarla ni desde la familia, ni desde la educación. Os la vais pasando de unos a otros como gran herencia genética y todo por un concepto erróneo.

—A ver —le digo en tono crispado—, ¿a qué llamas tú un concepto erróneo? Ya hace mucho tiempo que nos estamos concienciando de la existencia de dicha violencia.

— Os estáis concienciando ahora, sí. Pero esta violencia ha existido desde siempre. ¿O no ha sido siempre un botín de guerra el rapto de las mujeres del enemigo para convertirlas en esclavas, tanto laboral como sexualmente? Fíjate, desde siempre, han sido consideradas botín de guerra, juntamente con las riquezas conseguidas en el saqueo. ¿No te das cuenta de lo fino de la ironía?

—No. Venga, te escucho con impaciencia —le he dicho, utilizando un absurdo tono irónico que pretendía esconder lo mostrenca que me estaba haciendo sentir.

—El botín consiste en riquezas, muy preciadas por ellos, y mujeres, muy despreciadas por ellos. Todo dentro del mismo saco.

Ha callado. Por momentos, me iba sintiendo peor, rabiosa conmigo misma y, sobre todo, con ella, que me estaba haciendo pensar en temas que prefiero pasar por alto para que no me creen cargo de conciencia. Se me había acabado la tranquilidad y se me había acelerado la mente pensando qué podía hacer yo al respecto, intentando con estos pensamientos apaciguar los remordimientos que la Mosca Estremecida me había creado.

—Creo que el problema viene de la desigualdad de poder entre hombres y mujeres —prosiguió como si nunca se hubiera callado—. El modelo social en el que habéis vivido es el patriarcado (deberíais haber aprendido más de las abejas). Teniendo en cuenta que la idea central del patriarcado es la representación de la masculinidad a través del dominio sobre la mujer y que el machismo está íntimamente ligado a que es legítimo imponer la autoridad del hombre sobre la mujer, es lógico y de cajón que se llegue a la violencia. ¿Sabes en dónde está el concepto erróneo del que antes te hablaba?, en que se confunden las diferencias sexuales entre hombres y mujeres con las desigualdades entre inferiores y superiores. Creo que ahí radica todo.

Y ni corta ni perezosa ha sacado su moleskine y se ha puesto a anotar todo lo que habíamos estado hablando. Lleva un riguroso diario de todo lo que aprende sobre los humanos. Anda estremecida con nuestra realidad. De ahí su nombre. Le va que ni pintado. En realidad, me gusta su compañía, aunque acostumbra a sacarme de quicio. Hoy, hubiera sido mejor para mi tranquilidad que se hubiera quedado en casa.

—¿Y este tema de dónde lo has sacado? —le he preguntado intrigada, después de aguardar pacientemente a que acabara de escribir.

—Esta noche me he leído un artículo, que ayer dejaste encima de la mesa de tu despacho, de una tal Inés Alberti, Cómo reconocer y erradicar la violencia en contra de las mujeres, mientras tú roncabas a ritmo de vals.

http://www.youtube.com/watch?v=Yg9i0zH56VM

28/7/08

Añoranza de ti

No he querido volver a casa, no hubiera podido soportar el olor de tu ausencia. Le duele, incluso, a la llave en el bolsillo de mi pantalón y delante del portal no me he atrevido a interrumpir su dolor. Me he dado la vuelta y he empezado a andar sin rumbo fijo. Mi mente en cambio, en ocasiones torturadora de mis deseos, se ha dedicado a pasear por cada una de las habitaciones. Ha reparado en el hueco que ha quedado en el almohadón del sofá donde estabas sentada, en el chicle mascado hecho una bola que saqué de tu boca y dejé en un rinconcito de la mesa cuando te empecé a besar, en las redondas salpicadas de dentífrico que decoran el espejo de mi baño, arte al que te dedicas antes de dedicarte a mí, en tu camiseta blanca hecha un ovillo sobre el taburete de la habitación que espera pacientemente a que la lave. Mi mente se ha quedado con la mirada fija en el edredón; el edredón que cubre la cama, más terso que nunca, marcando el punto final de nuestras horas de amor.

La noche ha caído y he seguido andando sin rumbo. Cuando el cansancio ha superado mi añoranza, me he acercado a un contenedor en el que estaba apoyada una caja azul de las que se usa para transportar fruta y la he acercado hasta una farola. Me he sentado sobre ella y aquí me hallo escribiendo, en medio de la nada de una gran ciudad, iluminada por una farola, como una vagabunda. Eso es lo que soy cada vez que te vas, una sin techo, porque mi hogar hace tiempo que está donde tú estés, junto a ti.

27/7/08

Con lo puesto

Lo tuve que encargar ya que las librerías no lo tienen. Pero quería leer otra obra del mismo autor. Me ha gustado tanto como la primera. Me encanta la ironía y el prisma que confiere a lo que explica, creando situaciones absurdas, pero llenas de metáforas sobre el comportamiento humano. De muy rápida lectura. Me ha tenido con una sonrisa desde el principio hasta el final.

24/7/08

Cuerpos

Mi cuerpo se junta al tuyo para buscar el calor que desprende tu tranquilidad al dormir. Entra luz de luna por entre la persiana medio levantada, dejada, anoche, con alevosía abierta, para que el aire fresco nos acariciara. Duermes con placidez, con una cadencia respiratoria ritmada entre largos calderones de corcheas. Me incorporo, necesito besarte. Mis labios rozan los tuyos y, sin despertar, me devuelves el beso. Un beso que sabe a calor y a sueño. Te observo largo rato con una sonrisa en la mente y un deseo en mi sexo. Acabo por rozar tu mejilla con las yemas de mis dedos y me coges la mano a la vez que te giras de espalda a mí y haces que alargue mi brazo sobre tu cintura para abracarte, mientras me retienes pegada a ti, sin despertarte. Siempre me he preguntado si durmiendo sabes que soy yo quien tienes a tu lado, pues hace tiempo descubrí que cada una tiene su destino singular en el corazón. El calor que desprende tu cuerpo va mellando mi voluntad, que poco a poco se funde y quiere convertir el deseo en acto. Pero duermes, cariño, y no voy a despertarte, me contentaré con conjugar, en todas las declinaciones posibles, cuerpo, mente y tacto.

21/7/08

Belle. Nôtre Dame de Paris.


Estoy escuchando, una y otra vez, como solemos hacer cuando una composición nos gusta, una canción de amor que me apasiona. Había pensado escribirte una. Es más, llevo días, semanas, intentándolo, pero no consigo más que cursis poemas que, en realidad, distan mucho de lo que siento. Rotos muchos papeles y garabateadas muchas listas de palabras buscando la rima exacta, decido desistir en mi empeño y admitir que no hay letra ni música que pueda encorsetar el amor que siento por ti, pues todo me parece poco y lejano a mi corazón.

Sigo escuchando la misma canción, Belle. Pertenece a un musical que me encantó, Nôtre Dame de Paris. Lo vi un par de veces en directo y lloré en cada una de ellas como si me fuera a saltar el corazón por los ojos. Me emocionó muchísimo. Y sé el motivo, pero como nunca lo he confesado, se me hace difícil explicarlo ahora.

Años más tarde, tuve que montar un pequeño espectáculo llamado Dalí y se me ocurrió aprovechar la música de la canción que estoy oyendo ahora para componer una letra en la que Gala y Dalí nos mostraran su amor. Al acordarme de ello e ir a buscar el libreto que contiene esta canción, me he dado cuenta de que realmente es una canción de amor como la que quería componerte. Así que he pensado dedicártela. Piensa que el amor que está escrito es el que imaginé entre Gala y Dalí, pero que en realidad es el amor que yo siempre he buscado y que, ahora, he encontrado contigo. Gracias por dejarme quererte.

(En azúl la letra que canta Gala, en verde, la que canta Dalí, en rojo, el duo).

Vent, (Viento)
de la seva boca surt el meu alè. (de su boca sale mi aliento.)
Quan ell pinta jo veig tot allò que sent. (Cuando pinta veo todo lo que siente.)
Per “xò” l’estimo sense demanar-li res, (Por esto lo amo sin pedirle nada,)
i estic contenta de sentir la seva pell. (y estoy contenta con sentir su piel)

Jo l’acarono amb colors del meu pinzell.
(Yo la acaricio con los colores de mi pincel.)
Jo la somio i no veig com s’esbaeix. (La sueño y no veo como se esfuma.)
Déu!, (¡Dios!,)
com me l’estimo, ella viu dins del meu cor (cómo la amo, ella vive dentro de mi corazón)
i la dibuixo com la reina d’aquest món. (y la dibujo como la reina de este mundo.)

Jo vull sentir (Quiero sentir)
per sempre més aquest amor. (para siempre más este amor.)
Mira’m als ull i aturarem el temps del món. (Mírame a los ojos y pararemos el tiempo del mundo.)

Vent, (Viento,)
tramontana onírica de sentiments. (tramontana onírica de sentimientos.)
Quan em pinta em sento llum dins del seu cel. (Cuando pinta me siento luz dentro de su cielo.)
Jo sóc la musa i ell pintor de tots els temps, (Yo soy la musa y el pintor de todos los tiempos,)
I ell és el geni i jo qui faig que oblidi el fred. (y el es el genio y yo quien hace que olvide el frío.)

Jo l’acarono amb colors del meu pinzell. (Yo la acaricio con los colores de mi pincel.)
Jo la somio i no veig com s’esbaeix. (La sueño y no veo como se esfuma.)
Déu!, (¡Dios!,)
com me l’estimo, ella viu dins del meu cor (cómo la amo, ella vive dentro de mi corazón)
i la dibuixo com la reina d’aquest món. (y la dibujo como la reina de este mundo.)

Jo vull sentir (Quiero sentir)
per sempre més aquest amor. (para siempre más este amor.)
Mira’m als ull i aturarem el temps del món. (Mírame a los ojos y pararemos el tiempo del mundo.)

Vent, (Viento,)
tramontana onírica de sentiments. (tramontana onírica de sentimientos)
Quan ell pinta jo veig tot allò que sent. (Cuando pinta veo todo lo que siente.)
Jo sóc la musa i ell pintor de tots els temps, (Yo soy la musa y el pintor de de todos los tiempos,)
I ell és el geni i jo qui fair que oblidi el fred. (i el es el genio y yo quien hace que olvide el frío.)

Jo l’acarono amb colors del meu pinzell. (Yo la acaricio con los colores de mi pincel.)
Jo la somio i no veig com s’esbaeix. (La sueño y no veo como se esfuma.)
Déu!, (¡Dios!,)
com me l’estimo, ella viu dins del meu cor (cómo la amo, ella vive dentro de mi corazón)
i la dibuixo com la reina d’aquest món. (y la dibujo como la reina de este mundo.)

Jo vull sentir (Quiero sentir)
per sempre més aquest amor. (para siempre más este amor.)
Mira’m als ull i aturarem el temps del món. (Mírame a los ojos y pararemos el tiempo del mundo.)

Aquest amor s’enten ben lluny de la raó, (Este amor se entiende lejos de la razón,)
Viu paral·lel a tota lògica del món. (vive paralelo a toda lógica del mundo.)
Déu!, (¡Dios!,)
com me l’estimo, Venus viu dins del meu cor. (cómo la amo, Venus vive dentro de mi corazón.).
I em dibuixa com la reina d’aquest món. (Y me dibuja como la reina de este mundo.)

El nostre amor (Nuestro amor)
i l’infinit s’han fusionat. (y el infinito se han fusionado.)
Jo vull tenir-te eternament al meu costat. (Quiero tenerte eternamente a mi lado.)

20/7/08

Todo un carácter

Ella no quería crecer. No es que fuera feliz siendo niña, ella nunca ha conocido la felicidad, no. Lo que ocurría es que el mundo era más sencillo cuando no había compromisos ni intereses, sólo cosas, sus cosas. Pero le había tocado crecer rápido, a golpes de un padre alcohólico y bajo la mirada de una madre que le indicaba, con su apatía, que no podían hacer nada, sólo rezar. No aceptó la sumisión y se reveló en silencio prometiéndose que algún día se vengaría de su padre y del mundo; sobre todo del mundo por permitir que le ocurrieran estas cosas. De bien pequeña, había tenido que oír que era todo un carácter que había que meter en vereda, siendo la única vereda que conoció la del golpe. Tras las palizas de su padre, se levantaba del suelo y se iba, tambaleando, a su habitación. Allí aprendió a tragarse las lágrimas y sobretodo las ganas de llorar.

De adolescente huía de los problemas de casa y su padre ya no conseguía pillarla. Aprendió el difícil arte de la mentira. Le encantaba orquestar el grupo de amigos que la rodeaban y sobre todo mostrarse condescendiente, porque había descubierto que así podía llevar a todo el mundo a su terreno. Sus compañeros, demasiado infantiles aún (no se habían alimentado con el biberón de los palos) como para poder ver las intenciones que encerraba, se pensaban que su amiga tenía carácter de líder, y en sus fueros internos, deseaban imitarla.

En seguida descubrió su tendencia sexual. Había notado que no le atraían nada los chicos. Sólo pensar que pudiera tocarle uno de costumbre verraca, parecido a su padre, al que odiaba sin permitírselo, se le volteaba el higadillo. Sin miedo, fue directamente a probar con una chica; intuitivamente, cuando estuvieron desnudas sobre la cama de sus padres, era su sutil venganza, se metió el dedo en la boca y lo humedeció, bajó sin titubeo hasta el pubis de su compañera y se dejó engullir por la convulsión caliente y estentórea que la otra le ofreció.

Ahora, no siente nada acostándose con una mujer. Las utiliza a su conveniencia, con la frialdad que aprendió de tener la cara pegada sobre las baldosas del suelo después de cada paliza. No acepta los reproches, ni hace caso de los sentimientos heridos que le echan en cara. Hace tiempo que renunció a porfiar, prefiere huir. Y es lo que hace; las abandona cuando ya no le pueden aportar nada. Las lágrimas aún corren tras su espalda cuando dice ese “hasta luego” que ya suena como un adiós.

Es de figura macilenta y frágil, pero esconde un carácter atrabiliario y cuando se enfada se transforma e impone mucho; asusta la forma teutona que tiene de empujar la sílabas fuertes hacia el velo del paladar y de hablar sin mover ni un solo músculo del cuerpo, da la impresión de que, de un momento a otro, te va a girar la cara y la escuchas con miedo, aceptando todo lo que dice, por no contradecirla y hacerla enfadar más, sintiéndote como un pelele, un fantoche, una marioneta de la que mueve unos hilos invisibles controlando tu vida.

A veces odio a su padre por haberla convertido en el ser que es y otras pienso que fue un iluminado, el único que supo ver la maldad que contenía su hija. Y me va pasando la vida, mientras mi amor hacia ella, que ya no es amor, pendula entre estas dos ideas.

18/7/08

Empatía

1. f. Identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro.

Esta es la definición que muestra la RAE sobre el término. Me gusta que empaticen conmigo. Curisoamente, el verbo empatizar no existe. ¿Si no existe la acción (el verbo), cómo se puede llegar a la empatía? No tengo mucho que añadir por lo que os dejo un vídeo. En realidad, no aporta nada nuevo. Pero lo mismo remueve intenciones. No sé.


http://es.youtube.com/watch?v=e9_dmNbvEFA

17/7/08

¡Mi mierda!

¡Jopetas! —exclamó la mosca estremecida al descubrir que su montículo de mierda había disminuido— Ayer dejé mi comida preparada y alguien se me la ha zampado. Y en realidad, es lo bueno que tiene la vida, que lo erosiona todo.

16/7/08

Qué tarde más rara!

En una ocasión, conté su historia. Hablé de su dolencia y de su disposición. Siempre existe la posibilidad de recidivar. Y sí, es lo que ha ocurrido, ha recidivado. La noticia me llegó ayer y desde entonces ando algo tocada. ¿Para qué miento? Desde entonces ando tocada del todo.

Hoy, he regalado el último libro de Zafón, el de “El juego del ángel” como parte integrante de un obsequio de cumpleaños. La persona que lo ha recibido me ha dicho: “llévatelo tú, lo lees y ya me lo devolverás, que yo estoy acabando otro”. Y así lo he hecho. Pero antes de depositarlo de nuevo en mi macuto lo he abierto por la primera página y he la he leído. Una frase ha llamado mi atención: “La sede del diario se alzaba tras el bosque de ángeles y cruces del cementerio del Pueblo Nuevo”. “¿Hay un cementerio en el Poble Nou?”, he preguntado. “Sí, y muy bonito. Es de los que se tiene que visitar”, ha sido la respuesta inmediata. Así que, ni corta ni perezosa, he llamado a información, me he enterado de qué horario tenía y me he decidido a ir por la tarde.
Me apetecía ir acompañada, así que he enviado un sms de esta índole: “¿Te apetece venir conmigo a un lugar custodiado por ángeles de piedra?” La respuesta ha sido afirmativa, por lo que nos hemos dirigido al lugar.

Impresionante. Es un cementerio que se construyó sobre el 1775 y que más tarde, sobre el 1813, las tropas napoleónicas lo destruyeron. Fue posteriormente reconstruido por un arquitecto italiano (información en google). A la entrada, el vigía del lugar, nos ha dado un folleto con un recorrido y con las 28 tumbas de interés arquitectónico marcadas. Así que, esta tarde, queridos lectores, he estado paseando rodeada de muerte. Una sensación rarísima. Soy incapaz de describirla, al menos por ahora. Se entremezclaban sentimientos de respeto y realidad mortuoria con la jocosidad que sentía por lo paradójico del acto. Por otro lado me venía a la mente la historia que os he contado al principio y sentía como si no fuera verdad que yo estuviera de visita turística en un cementerio. Todo esto ha empezado a desatar mi hilaridad como recurso para mitigar el resto de sensaciones. No os puedo decir nada más. Soy incapaz de verbalizar todo lo que me ha pasado por dentro mientras realizaba la visita. Como conclusión, deciros que he encontrado la visita muy interesante, no así mi acompañante. En definitiva, me ha gustado.

Como nota pintoresca, me he quedado tiesa cuando he visto la típica máquina expendedora de refrescos y aperitivos que, en esta ocasión, expendía ramos de flores. A diez euros. Creo que esta noche soñaré con ello, lo he encontrado de lo más surrealista y frívolo. Ya os digo, creo que soñaré con ello, no he acabado de digerirlo.

Quizá esta vez mi post no sea tan literario como siempre. Quizá esta vez, esté más cerca de la realidad que nunca. Quizá nunca debiera haberlo escrito. Quizá… Pero de alguna manera ha sido un vómito o un silencioso exabrupto de lo que en realidad siento. De todas maneras, gracias a todos por leerlo.

No voy a escribir

Hoy no voy a escribir porque estoy rabiosa. Porque los demonios me muerden las entrañas y en mi mente se congregan locuciones de odio y desdén. No voy a perderme en el mundo de las palabras, porque sólo encontraría sinónimos de rencor, repugnancia e inquina. No quiero conjurarlas en un texto que estaría lleno de tirria. No quiero porfiar a nadie con mis sentimientos, ni obligar a leer algo que, en sí, carece de ternura y afecto.

Quiero levantar la losa que lleva este día y esconderme bajo ella hasta que pase. Quiero execrar en silencio ese desprecio con el que me he levantado y sentir de nuevo el agrado por vivir. Quiero tener espacio en mi mente y poder disfrutar de nuevo de ti.

Porque estoy rabiosa, hoy no voy a escribir.

15/7/08

Frase recién pensada

Cuando todo está perdido, lo siguiente que te ocurra ya es ganancia.

Quiero que sepas

Quiero que sepas que, si alguna vez, a pesar de quererme a tu manera, llegas a amarme de la forma única en que ama el alma, con desesperación, con un pánico atroz a la pérdida, y sintiendo, en tus entrañas, el halo perturbador que remueve pensamiento y habla, y te sabes atrapada pero a pesar de todo sientes placer y acusas que el tiempo se dilata si estamos separadas, entonces, si llega ese día, no voy a dejar que nada ni nadie dañe tu piel o apague tu mirada, oscurezca la comisura de tu sonrisa, ni quiebre el destino de tus sueños. Llegado el día, déjame darte un cheque en blanco de amor, sin condiciones.

Ven a mí cuando quieras, cuando así sea tu deseo que, por mi parte, elevándome sobre contradicciones e inseguridades, me levantaré del primer escalón de la eterna espera.

13/7/08

Hoja y boli

Miro la hoja en blanco como si del inalcanzable horizonte se tratara. El bolígrafo será el catalejo que me acerque al lugar exacto en donde cielo y tierra se juntan. Pienso en ti y siento que te quiero, pero no encuentro palabras exactas para describir la grandeza de este sentimiento. Suelto el derrotado bolígrafo y, sin querer, derramo el poema sobre la hoja. Rimas, palabras, oraciones y versos se desordenan a su aire, se desperezan al sentirse libres del corsé del ritmo. Abro mi cajita de ideas, y con las pinzas de la creatividad recojo el desastre, palabra a palabra. Sonrío. Me percato de que sólo dos palabras permanecen juntas, unidas por un vínculo invisible: te quiero.

11/7/08

La ley de la atracción

Sí, de vez en cuando me gusta leer estos libros de autoayuda. ¿Por qué? Pues, porque, a pesar de ser bastante escéptica de este campo, pienso que me hacen reflexionar sobre mi vida. Ya hace tiempo que ando intentando cambiar cosas que no me gustan de mí. Por otro lado, la información no ocupa lugar, y si hay un montón de gente que cree en estos libros, pienso que por conocerlos no estoy perdiendo el tiempo, pues, de alguna manera, estaré más preparada para criticarlos.

La parte que menos me gusta de este tipo de “literatura” es que con 20 páginas ya habrían expuesto todo lo que tienen que explicar, incluso tendrían páginas para repeticiones. Pero supongo que al ser de autoayuda tiene que tener cabida la comida de coco, y página tras página repite y repite lo mismo. Eso me recuerda el libro aquel de Las nueve revelaciones, que con dos ya lo habían dicho todo.

Quiero añadir una cosa, científica como soy (al menos me gusta creerlo) la ley de la atracción tiene bastante que ver con una ley de ondas asociadas. Una ley de la que conozco muy poco pero me encantaría saber más. Y al leer el libro he podido hacer alguna analogía interesante que me ha servido a nivel personal.

¿Recomendarlo? No sabría qué decir. Mejor cada uno decide.

Una lectora nada común

Compré este libro el otro día. Hacía tiempo que no gastaba nada en libros debido a mi precaria economía, pero ese día se me cruzaron los cables y dije: “aunque tenga que dividir la Visa en varios meses”, porque lo que os puedo asegurar es que si piso una librería no puedo salir sólo con un libro en las manos. Y así fue, cargada con cuatro o cinco libros me vine para casa. Han estado en la mesa del comedor durante cuatro o cinco días, en un montón, junto con siete u ocho más que debo leer, bien sea por trabajo, bien por placer. Ayer, en un momento, después de comer, cogí el libro por banda y estirada en el sofá lo compartí junto con mi digestión. Pude leer unas 30 páginas.

Por la tarde, tomando un té con una amiga en un emblemático lugar, le comenté las sensaciones que me estaba causando el libro. Le hablé del curioso argumento, y de lo mucho que me atraía la forma en que estaba escrito. Convencí a mi acompañante de acercarnos a una librería que hay por la zona a ver si conseguía otras obras del mismo autor. Sin éxito.

Hoy, después de comer, en el mismo sofá, junto con otra digestión, he acabado su lectura. Lo he devorado, mascando cada una de sus palabras, de sus ideas y de sus imágenes. No quiero comentar gran cosa sobre él, para ello están los verdaderos críticos. Sólo decir que si se ha leído un poco a todos los autores que cita se entiende más la fina ironía que posee el texto. Si no, no pasa nada, porque queda en una bonita historia con un final bastante sorprendente, la verdad. Al menos, yo no me lo esperaba.

Se lee rápido. No dudéis en leerlo, creo que vale la pena.

Escuchándote

Cuando el silencio de la noche acecha con acompañarnos, es el momento en que nuestras almas se desnudan para que las acariciemos con palabras. En esa intimidad me siento feliz. Mi yo busca a tu tú para mostrarle el camino hacia mí y me estremezco al descubrir que ya estás dentro de mi esencia. Callo para que me invada tu sonido y me turbo con cada una de tus respiraciones. Todo acaba cuando mi mente alcanza el clímax del deseo, y acabo extenuada en espera de las últimas caricias verbales. Nunca me siento saciada de ti.

10/7/08

El abc de mi escritura

Leyendo el blog de La+, me he encontrado con su abecedario y eso me ha hecho recordar que un día hice yo el mío. Así que, copina que es una, me he apresudado a colgarlo en mi blog.

Anotar las ideas que flotan por mi mente.
Bombear con palabras mis defectos y virtudes.
Caminar por el abismo de mi inestabilidad.
Debatir en silencio con mis sentimientos.
Encontrar los secretos en los recodos de mi esencia.
Fingir por escrito que yo misma me entiendo.
Gozar escribiendo.
Hallar la cadencia de mi respiración.
Idear el texto que acune mi llanto.
Juguetear con mis dedos cargados de historias.
Kilometrar oraciones, palabras y letras.
Libar las experiencias ajenas y propias.
LLorar cada letra que no sea escrita.
Mimar las palabras.
Nacer al desenlazar.
Ñoñear entre mis recuerdos.
Obedecer al impulso que se consagra en texto.
Pescar las ideas.
Quitarme la pena.
Rimar mi escritura y mi vida.
Sellar la memoria con punto y final.
Tildar las esencias de mi crecimiento.
Ubicar mis silencios en el interior de la frase.
Vagabundear por las noches entre nombres y verbos.
Wisquear conversaciones que no tienen precio.
Xerografiar el papel con mi existencia.
Yuxtaponer mi conciencia y mi mensaje.
Zarandear al mundo desobedeciendo las reglas.

A ver!

Leyendo, leyendo, di con esta graciosa prueba. Se trata de decir los colores que se ven por orden, sin equivocarse. (No de leer las palabras escritas).

rojo
azul
verde
amarillo
gris
negro
blanco
rosa

Hey, acercaros!!!!

Oídme, acercaros, os tengo que decir un secreto. No hace falta que me prometáis guardarlo, pues yo misma lo grito a los cuatro vientos. Mientras estaba tratando de susurrar mi dolor, la vida regresó y ribeteó los estores de mi soledad, veteó la habitación de sueño e insomnio a la vez que apoyaba su brillo contra la mañana. Ahora vuelvo a sonreír pues ha encuadrado mi persona con insistentes plenitudes. Esta vida ha venido de manos de ella. Ya os lo podíais imaginar: me he enamorado locamente, en cada matiz de mi mente, en cada respiración, en cada una de sus miradas y de sus palabras y de sus silencios. No me preguntéis aún, que no he acabado. Con ella, vuelvo a caminar, a charlar, a respirar y a moverme. Sus ojos me miraron el primer día y me levanté y anduve, así, sin más; sólo el leve chasquido de mi sombra al quebrar el eslabón del dolor me anunciaba que volvía a ser libre. Y desde ese día nunca ha habido nostalgia, ni drama que me impidiera avanzar hacia ella.

No seáis impacientes, ahora os cuento lo que os quería decir, os estaba poniendo en antecedentes; este no es un amor gastado, de esos que derrama las frases por los callejones de la vida, de esos que con insomne vigilancia vives en vilo y al filo del abismo de la dependencia. No, no es así. Este es un amor sereno, que llena y nunca vacía, que sólo computa la suma de los días que disfruta. Es un amor curioso, eso sí, no pensado demasiado, un amor de caudal de río fluyendo entre sueños ignorantes que de ingenuos no son ni sueños. Un amor, que vivo como predestinado, como si fuera una trofeo concedido por las diosas. Un amor que salpica todo lo que toca. Ella es mi parte superior, la que medita, yo, la inferior, la del instinto. Y juntas en el mismo tandem dejamos que el amor nos esculpa estos días cargados de belleza que estamos viviendo.

Es por esto, y os lo digo sinceramente, que mis textos, no son textos, si no simplemente actos de amor que las palabras copulan. La amo, sí, como nunca amé a nadie, y como nunca volveré a amar. Porque, como es bien sabido, un amor así sólo aparece una vez en la vida. ¿Os apetece tomar un vino?

8/7/08

No me amas

Sobre cómo proceder ante tal infortunio es algo que me remueve el sueño. Estas noches compartidas con mi compañera más constante, la soledad, no barruntan nada nuevo. Mi razón y mi corazón han estado deliberando; aquella, de forma conspicua, este, de modo caprichoso. Aquella, en su facundia, casi me ha convencido al corazón que reiteradas veces se defendía con el mismo argumento: “es que la quiero, la quiero”. Pero, ante el constante menoscabo de la razón, nada puede hacer aquel, que preso de espanto e interceptado en argumento ha perdido el lugar donde discurrir. Pero aquella, la razón, carece de saber y de certeza, ya que estos sólo los puede conferir el corazón. Por esto, maltrecho y sin lugar en mí, este sonríe, porque sabe que, desde el suelo y derrotado, ganará la batalla y se saldrá con la suya. Por otra parte, la razón no es tonta y sabe que no debe perderte. Sólo como costumbre lejana andan discrepando toda la noche a pesar de estar bien de acuerdo en que eres lo mejor que ha pasado por su existencia.

6/7/08

Cuando me dejabas amarte

La vida tenía más sentido cuando me dejabas amarte. Tenía luz y pasión, aunque sólo fuera el espejismo que yo quisiera ver. Pero ello me daba la energía suficiente para pasar los días del calendario, siempre esperando con impaciencia que llegara la noche para estar contigo. Y yo era feliz así, sin más. Viviendo de una ilusión platónica que era el motor de mi tiempo.

Ahora, los días se suceden uno tras otro sin que ninguno sea especial. Muchas veces, debo forzarme por la mañana a levantarme de la cama y a mantener una agresiva lucha contra las sábanas de la desmotivación, que son las que cubren mi leve sueño, para poder despojarme de ellas y acudir a una ducha que ya no contiene ninguno de tus jabones porque el tiempo ha pasado, también, para ellos.

Vivo con la esperanza de que vuelvas. La nostalgia se tiñe de tristeza al caer la tarde porque prevé que el teléfono no sonará, ni tú ya no vendrás, como ya es costumbre.

(Sin diccionario, en honor a mis nuevas amistades ;) )

3/7/08

Despertar

Me despierto antes que tú. Estás preciosa. ¿O son estas gafas de amor las que hacen que te vea de este color? Intento atrapar la primera luz del alba para beberla y besar con cuidado las partes del cuerpo que tu pijama deja al descubierto. Derramo, en cada beso, los rayos bebidos, y te doy con ello una luz que sólo puede contemplar quien te ama. Te desperezas y, sin abrir los ojos, me abrazas. Me aprietas con ternura contra ti y tus labios buscan los míos para susurrarme un “buenos días, cariño”.

Es el mejor momento del día, porque entre caricias aún dormidas y desperezados besitos descubro que el amor nos ha estado velando toda la noche; te descubro.

2/7/08

Una copa de realidad and the rocks

Heteróclito es el adjetivo que define nuestro amor; porque, sí, me atrevo a escribir que es nuestro a pesar de lo que sientes. Sé que estoy sembrando pasión sobre unas estupendas breñas. Sé que mis flechadas palabras de Cupido caen sobre tierra baldía, así como mis caricias, así como mi sexo. Lo dicho, dicho queda; pero lo pensado y leído en tus ojos, también se graba, y ellos dicen que no me quieres.

A veces, tú mirada hace que sienta que te amo de manera herética y me pierdo en la locura de lo incorrecto y me encuentro en las sombras de lo prohibido. A veces, tu negativa me conduce a pensar que te amo con malas artes mientras lucho con las detractoras palabras de tus amistades para sobrevivir en tu vida. En vez de reciprocar tus atenciones, osadamente, te envío profuso amor, nimio amor para ti.

Cuando desaparezcas, haré uso de todas las artimañas resilientes para seguir viviendo el resto de mi existencia, con la seguridad de que cuando el manto de lo irremediable acabe conmigo y quede por fin concluso el truculento relato de mi vida, subordinada a los minutos finales en los que se expira, recordaré que un día te amé y en ese momento sí que podré imaginar, sin miedo a vivir falsamente, que tú también me amaste.