31/12/08

Hikikomori

Es el nombre de una obra de teatro que fui a ver el otro día. Había oído hablar del término antes pero no le había prestado atención. Después de ver la obra de teatro y hablar con algunas personas que también la habían visto y algunos actores, volví a casa muy pensativa. He abierto Google y he buscado el término y efectivamente, salía la misma información que daban en la obra de teatro y que explicaba el programa de mano.

Dejo el vínculo de la palabra hikikomori. No voy a reflexionar sobre ello.

28/12/08

Aclaración

Es curioso como, cuando faltan datos, las lecturas de los post son erróneas. La narradora del post anterior, no está deseando algo que no tiene o que ha perdido, sino algo que tiene y sigue deseando, porque la pérdida de ese deseo implica la pérdida de su ilusión. Partiendo de este supuesto, el texto adquiere otros derroteros. El hecho de no haber especificado esto da como resultado vuestros comentarios. Esto me hace plantear muchas cosas a nivel literario. Es curioso, ya me ha pasado en otras ocasiones que el sentido con el que escribo no llega al lector. Tendré que subsanar el fallo. Seguiré pensando.

Regalo

"Quisiera adelgazar a mis palabras para que llegaran rápido a tus oídos. Llegar hasta ti sin ruido y martillearte con el deseo. Quisiera que este momento sirviera para entretejer futuros recuerdos de zapatillas y sofás. Quisiera romper el espejo que te hace pensar que mi amor es falso y lenticular y enredarme por siempre en tus flujos sin tener que ir sumando un año más. Quisiera que nuestra distancia no fuera el silencio que toma el sol en los acantilados y que lo que sientes por mí, no se evapore al sol en una noche de verano. Quiero volver al tiempo en que tu silencio es una sonrisa coqueta que despierta el deseo que abre todas mis puertas".

Etílicos sentimientos

No es de fuera que viene el frío incomprensible.
La tela tejida con hilos de lejanía no abriga.
Me he perdido en una oscura latitud tan honda como la ignorancia.
Sigo desgastando mi alma con palabras absurdas.

Lágrimas vacías rellenas de nada.
Mi piel líquida y mis ojos cerrados de sol.
Fuera de ti, queman todas las palabras.
Las gotas de mi deshielo golpean, al caer, en el acero de mi supervivencia.
Su ruido constante me impide dormir.

La mitad de la vida la devora el dolor.
Nada ni nadie nos pertenece excepto la memoria.

27/12/08

Meme

Pasado por Las gatas madrileñas.

I. Colocar una foto de mí:

II. Escoger una banda/artista: Los miserables

III. Responder a las siguientes preguntas sólo con letras de las canciones de la banda/artista escogidos:

3.1. ¿Es hombre o mujer? "Mujer".


3.2. Descríbete:
"Soñé con ser otra mujer
En la esperanza de otra vida
Como en un nuevo amanecer
Soñé que Dios perdonaría
Cuando era joven, no vi el mal
Sueños de amores van y vienen
No hay dolores que aliviar
Ni cosas que en un día se pierden
Fieras del anochecer
Vienen destrozando sueños
Y te dejan al pasar
La vergüenza en tu ser"


3.3. ¿Qué piensa la gente de tí?
"Todo por la voluntad de nuestro pueblo y su nación
Juntos por la revolución que nos dará la libertad
Si al latir tu corazón oyes el eco del tambor
Es la esperanza de los hombres y la razón"


3.4. ¿Cómo describes tu última relación?
"Nuestros días se van sin ninguna esperanza
Es la vida del pobre, ¿qué vas a esperar?
En la dura realidad tantas vidas se van a perder
¿De qué sirve protestar? ¿Qué ganarás?
Menos días de vida
Nuestros días se van bajo el viento y la lluvia
Sufrimiento sin tregua nos toca vivir
Y los justos pasarán, ¿te interesa oírnos llorar?
Un invierno sin más compasión acechará
Serán días de muerte"

3.5. Describe el estado actual de tu relación con tu pareja o pretendiente
“Amor de verdad, amar sin temor” (…)
- “Te encontré”
- “Aquí estoy”
- “Aquí estoy, y nunca más te debes ir”

3.6. ¿Dónde te gustaría estar ahora?
"A beber por lo que es
A cantar nuestra canción"

3.7. ¿Qué piensas respecto al amor?
"Hay un castillo de cristal
Siempre en mis sueños voy a él
No hay ningún suelo qué barrer
No en mi castillo de cristal
Hay un lugar para soñar"


3.8. ¿Cómo es tu vida?
"Llevo penas que no callan
Son las penas que no cesan
Sillas y mesas vacías
Mis amigos no vendrán
La revolución soñaban
Aquí se encendió la llama
Se habló de un mañana
Y el mañana no llegó
En aquél rincón de mesas
Nuevos mundos anhelaban
Y sus voces lo decían
Ahora siento en mí
El grito de la libertad
Fue comunión sagrada
En aquel amanecer sin sol
Perdonadme, mis amigos
Que hayáis muerto y que yo viva"

3.9. ¿Qué pedirías si pudieras tener sólo un deseo?
“Un día más”

3.10. Escribe una frase sabia
“Otro día se va sin dar nada por nada”

IV. Escoge a 4 personas para responder al desafío, y avísales: Creo que ya todo el mundo lo ha debido de hacer.

El circo del desaliento

Son pequeñas historias dentro de un mismo libro que tienen como factor común el desaliento. Más de una me ha impactado provocándome algún que otro pensamiento crítico. El trazo del dibujo es grueso y el sombreado fuerte, cosa que confiere una sensación de oscuridad, de barroquismo (sin ser para nada barroco).

El prólogo del libro es de Miguelanxo Prado y, en sí, no tiene desperdicio. La portada, llena de dragones aserpentados ha llamado la atención de todo aquel que me lo ha visto en las manos.

Las historias, dotadas de un toque de surrealismo en su mayoría, crean una atmósfera de desaliento. Pienso que el título le va que ni pintado, “El circo del desaliento” ya que pone sobre la pista toda una serie de personajes cuya impotencia para cambiar sus vidas concluye en desaliento.

−”¡¡Bienvenidos, damas y caballeros al circo del desaliento!! En la pista central, ante ustedes camina sembrando fuego el escritorzuelo torcido, el dibujante espartano, siempre anémico de cariño. ¡Trazando mortales saltos sin red alguna a la vista, se desplaza en círculos por las calles sin nombre de su obra escasa! ¡Y por si fuera poca la proeza, carga a sus espaldas un saco lastrado de errores, oscuridad y fantasmas del pasado! ¡¡Presten atención!! ¡Sin tomar aire avanza el tejedor de infortunios, transmutador de su propia mierda en garabatos y letras para su disfrute y secreto! ¡Cojan sitio! ¡Rechinan los goznes de las puertas de su corazón enfermo! ¡Que se abren! ¡¡Apuren!! ¡Zambúllanse sin miedo en la lectura de este diario de extremaunción! ¡Su bestiario de fracasos! ¡Presto ante ustedes está…! Pasen la página… ¡¡adentro!!

Así comienza el libro…

26/12/08

D: Te quiero.

P: ¿Sí?

D: Cierto.

P: No sé que decir.

D: Lo averiguarás, eres inteligente.

25/12/08

... una palabra tuya bastará para sanarme.

24/12/08

Una ráfaga dentro de mi diosa se convierte en tempestad en mi corazón. Moléculas y pensamientos se agolpan en el quicio de la puerta y en mi cabeza, los murmullos entretejiendo la aurora, cuidadosamente ordenándola.

23/12/08

Por las noches

Cariño, llevo días deseando despertarte en mitad de la noche queriéndote hacer el amor, pero te hallas tan cansada que tengo que ponerle riendas a mi egoísmo para que no se desboque. Salgo de mi sueño porque al girarte, dormida, te abrazas con dulzura a mí y me despierta el ardiente deseo de poseer tu calor. El olor de tu sueño, intenso y ajeno, me penetra hasta lo más hondo y abre el apetito que codiciará tu cuerpo. Es tanta la apetencia de ti que al acariciarte con la sutileza propia de quién contiene el gesto es como si me rozara a mí misma. Y me excito y me pego a ti. No quiero dormirme, quiero eternizar el momento.

22/12/08

Ice Haven

Un cómic en el que nos muestran a diferentes personajes de una comunidad. A través de la historia de cada uno de ellos, explicada de forma fraccionada, acabas teniendo una idea de la psicología de cada uno.

Al principio, puede parecer un poco surrealista porque todo parece inconexo, pero, poco a poco, el autor te hace entrar en el mundo que ha creado. El dibujo es típico de los cómics de toda la vida, muy adecuado, creo, para la historia que explica.

Me ha quedado buen sabor de su lectura.

20/12/08

¡Por fin, la luz!

Recuerdo que un día, susurrando, la vida regresó y con ella la luz recubrió los bordes de mi persona matizando contornos. Mis sentimientos empezaron a brillar apoyados contra la mañana. Junto con sus rayos te estabas filtrando en mi interior y este pudo abrazarse, por fin, a la plenitud, a su plenitud. Que aparecieras era un fin necesario para poder flotar en mi anterior intrincada vida.

Me besaste tentadoramente y vertiginosa fue la respuesta: me aferré a tu beso mientras mis labios escrutaban ese contacto con toda minucia. Y fue entonces, en ese momento en que nuestras bocas no querían separarse, cuando todo se tornó evidente: te amaba y me amabas. Sonreímos y nos acariciamos, sin tiempos y sin prisas.

Qué placidez se adquiere cuando abrazas la certeza.

Realidad

"Hay un momento en la vida en que doblamos una esquina y todo sigue igual pero ya nada es lo mismo".

18/12/08

Cásate conmigo

Quiero regalarte esta sortija de palabras para que circunde tu corazón. Pedir tu mano, pedir tu mente, pedir ser yo parte de tu razón. Déjame vestirte con mis besos lingüísticos y romper los míticos esquemas de amor. Quiero que mis letras, mis viejos poemas, mis textos, mis temas suenen con tu voz. Y con este ramillete de beoda rima llevarte al altar de mi perdición. Te amo, sí; y, ahora, sobre este tálamo te pregunto: ¿aceptas tú mi amor?

Celia

A Sara no le gustaban los fines de semana, se los pasaba matando el tiempo como podía y deseando que llegara pronto el lunes por la mañana. Desde hacía dos semanas la profesora las había cambiado de sitio y ahora compartía pupitre con Celia, una niña que apenas conocía. Cursaban séptimo y Sara le había dirigido la palabra en contadas ocasiones.

Hacía tiempo que había descubierto las ventajas del cambio de sitio; aprovechaba tener una persona sentada al lado toda la jornada durante más de un mes para intentar fraguar amistad con ella. Con Celia fue diferente desde el principio, por mucho que se esforzó Sara en abrirse, aquella no quería intimar. Le decía bajito comentarios graciosos sobre lo que el profesor o profesora estaba explicando, pero Celia continuaba escuchando la explicación sin cambiar la mueca, haciendo caso omiso de ella. Sara dio paso a la siguiente estrategia, el secretismo; recién traspasado el umbral de la adolescencia existían muchas sensaciones nuevas qué comentar. Los Reyes Magos hacía tiempo que habían quedado atrás dando lugar a conversaciones sobre sexo, ese gran desconocido, y más para ellas, que iban a una escuela exclusivamente de señoritas regida por unas estrictas y afables monjas alemanas.

Un día, la clase acudió al laboratorio de ciencias a hacer un experimento con un huevo de gallina. A pesar del deseo de Sara, Celia no compartió grupo con ella y se sentaron alejadas. Sara prestó poca atención a la práctica y a las explicaciones del profesor y dejó que sus otras compañeras realizaran el experimento. Ella se dedicó a contemplar el comportamiento de Celia. Pensó que sin duda era tímida, porque sólo se limitaba a hablar cuando le preguntaban. Tenía una larga melena color castaño oscuro que le llegaba por la mitad de la espalda, el flequillo cortado recto tapándole la frente. Aún se le notaban algunas mechas castaño claras fruto del sol de verano. A Sara le gustaba la forma que tenía de mirar con sus ojos color miel, cristalinos y sinceros que resaltaban del resto de facciones redondeadas de la cara. No la miró ni una sola vez durante la clase. No estaba gorda, pero se veía llenita. Era un palmo más alta que ella, cosa que le daba la impresión de que andaba siempre tiesa y erguida. Sara pensó que ella no era tan guapa como Celia.

Se estaba empezando a cansar de tanto intento por conseguir su amistad sin obtener ningún resultado y, durante un recreo, después de haberle ofrecido un trozo de su croissant y ser rechazado su gesto, se dijo que hasta aquí había llegado y dimitió de toda intención de conquistar su amistad, y volvió a centrarse en las clases y a frecuentar antiguas compañeras y antiguos juegos de patio.

No tardó mucho en descubrir a Celia dedicándole una sonrisa, a primera hora, antes de empezar la clase de lengua, cuando ella se hallaba riendo con las chicas de la primera fila, sentada encima de la mesa de la profesora con las piernas colgando y con aire de adolescente rebelde. Al entrar la maestra, Sara fue a ocupar su puesto y Celia le pidió si le dejaba la goma. Se la dejó sorprendida porque se veía a la legua que no la necesitaba para nada. Encantada por este repentino cambio, se mantuvo en segundo plano dejando toda iniciativa a Celia, que parecía mantener una ardua lucha con su propia timidez. La situación divertía a Sara a la vez que la conmovía.

En pocos días, Sara y Celia pasaron a ser íntimas, compartían desayunos y patios, comentarios, cotilleos y deberes y un montón de secretos que las ubicaba sin lugar a dudas en el portal de la adolescencia. Sara cambió su ruta para volver a casa, así acompañaba a Celia hasta la suya, pero esta recogía a sus dos hermanas menores y a Sara no le quedaba otro remedio que compartirla.

Al llegar a casa siempre, le caía alguna bronca de su madre porque cada día se retrasaba, pero a Sara le daba igual, se sentía feliz y nada podía estropearle su sentimiento. Decidió que, una vez dejara a Celia y a sus hermanas en el portal, realizaría el resto del trayecto que le quedaba corriendo, y asunto arreglado.

Así pasaron un par de meses, Celia cada día más abierta y simpática con ella y Sara sintiéndose por las nubes. Hasta que una mañana, Celia se sentó a su lado sin saludarla. No le costó mucho tiempo a Sara descubrir que no le dirigía la palabra. Extrañada y nerviosa, no se puedo concentrar en la clase, ni en las siguientes. Sara le preguntaba: “Celia, ¿qué te pasa?” pero no obtenía respuesta. Al final, se sintió ridícula de tanto insistir y optó, con tristeza, no volver a realizarle ninguna pregunta. Por la noche, en la cama, nerviosa y triste, sintiendo que se derrumbaba todo, se intentaba esperanzar con la idea de que a lo mejor Celia había tenido un mal día y, mañana, todo volvería a ser como antes.

Pero no fue así, Celia no volvió a dirigirle la palabra nunca más y durante el resto de cursos escolares que les quedaban estuvo evitando a Sara continuamente.

Sara se hundió, la incomprensión de lo que había pasado no le dejaba pasar página, se sentía deprimida, triste y sin fuerza. Le daba igual el curso y las broncas de sus padres, sus amigas y todas aquellas cosas que antes le gustaban.

El último día de curso, toda la clase fue a comer a una pizzería cercana al colegio y aunque no tenía nada de ganas, Sara hizo el esfuerzo y fue. Allí se encontraron con un grupo de chicos que también estaban festejando el inicio de las vacaciones. Estuvieron coqueteando y riéndose en un tira y afloja de comentarios. Al final, el más machito de todos, se encaró a ellas y les dijo: “Todas las que van a colegio de monjas o salen putas o salen lesbianas”. Se hizo un silencio antes de que el abucheo femenino se comiera a los chicos y Sara sonrió, ahora tenía la certeza de cómo saldría ella. Lo comprendió todo.

16/12/08

Juego de manos

Es un cómic en tres volúmenes delgaditos, que en menos de un par de horas ya te los has leído. De lírica rayando lo poético y dibujo de línea concisa. La historia es algo más complicada que a simple vista. Hace días que lo terminé y aún sigo descubriendo cosas y no precisamente por dificultad si no por profundidad. Lo que más me sorprende es que cuando acabé su lectura me quedé con la sensación que ahí había concluido todo. Pero no es así, porque me vienen imágenes del cómic y eso me hace pensar.

15/12/08

Mientras duermes el día despunta

Dejarte en la cama con el sueño abrazándote y ese olor a sexo nocturno mientras tengo la obligación moral de acudir a mi trabajo, me provoca una fricción entre la razón y el corazón. ¿Qué loca es capaz de abandonar tu lecho sin esperar a que el sueño se difumine en las dos? ¿Qué enajenada puede ser capaz de perderse el dulce abrir de tus ojos entre desperezos y ruiditos? ¿Qué inconsciente es capaz de no mantener esa lucha entre razón y corazón cuando se observa la placidez del dormir en tu rostro?

Permítanme los dioses permanecer enfadada el día que no pueda contemplar la retirada del alba en tu sueño.

14/12/08

Eres tan dulce...

...que me pierdo entre chocolates para no olvidar tu esencia.


Turrón de naranja y nueces (1 y 2), lava de almendras y chocolate (3), naranjas secas y caramelizadas con chocolate (4). Tu plato está servido (5)

13/12/08

Nunca me abandones

Me ha dejado un buen sabor de boca, más que nada por los personajes, me han parecido tiernos. Y eso que se cargan hasta al apuntador (no he desvelado nada). El hecho de no ser personas sino a animales personificados me ha enternecido también. Lo curioso del cómic radica en como juega con el tiempo y la información. Hasta el final, final, no te enteras de lo que ha pasado realmente. Me ha hecho gracia el nombre que han elegido para algunos personajes. Esos guiños siempre me han encantado.

Qué boba, mientras estoy escribiendo esto lo estoy haciendo con una sonrisa puesta y con cara de bobalicona (de bleda, que se dice por aquí). En fin, creo que me he puesto ñoña así que mejor termino aquí el post. :)

12/12/08

Poemas de Charles Bukowski

La verdad: no me han gustado. Quizá sea porque no me toca otra que leerlos traducidos y en su idioma son una maravilla. Así que, limitándome sólo al contenido de su temática, no me han gustado. También puede ser que, como no domino para la nada la técnica poética, no he sabido valorarlos. Porque, al fin y al cabo, Bucowski ha sido el único poeta que ha llenado teatros y teatros con un público dispuesto a escucharlo recitar durante horas y horas sus propios poemas. Y ante esta evidencia, algo debe fallar en mi lectura. Quizá, aún no esté preparada para ello.

No es la primera vez que algo que leo no me gusta. La verdad es que no le he visto el qué. En cambio, sus relatos me han llegado más. El cómic que leí hace poco me despertó más cosas que este de poemas. Poco más puedo añadir.

11/12/08

Mira lo que he hecho!

He robado una instantánea a la luna para ti.

Bukowski

Toda una lectura experimental. Realmente me ha impresionado la adaptación de algunos de los relatos de Bukowki a cómic. El tipo de dibujo exalta el propio tono del relato confiriéndole una profundidad que, en algunos momentos, por la temática, ha llegado a asquearme. El ritmo del relato es bien diferente al de la novela y he podido comprobar que, así mismo, ocurre con el ritmo (espacio-tiempo) de este libro y cualquier otro de una novela gráfica.

Ahora que he aprendido conceptos como el de clausura o el de sangre, disfruto analizando y descubriendo su utilización.

El libro es recomendable totalmente, eso sí, es Bukowski.

10/12/08

La isla

Llegan las fiestas de Navidad y mi espíritu generoso se despierta. Es el momento de agradecer favores que me hacen o me han hecho. Y aunque suene raro, sólo sé una manera de agradecerlos: regalando a cada persona aquello que sé que le puede hacer feliz.

Ayer pensé que debía compensar de alguna manera a mi compañero de trabajo, aquel que cada semana me deja tres o cuatro cómics para que lea, aquel que cada vez me busca libros más gordos para que al menos, como dice él, “no le vuelva a pedir otro hasta dentro de un par de días”. Así que ayer me fui a buscar un libro de relatos con el que sorprenderle. Y hallé este, La Isla (en realidad es un solo relato). Me fui a un bar, pedí una copa de vino y unas chips y me puse a leerlo casi sin abrirlo, para que al regalárselo no notara que lo había leído.

El relato es sublime, desde el punto de vista del lenguaje. Es bastante descriptivo cosa que ralentiza la acción. Sin embargo, nos va mostrando la situación real de los personajes principales. Hay un momento, en el tercio último del libro que el autor ha conseguido que se me cree un nudo en la garganta que al llegar al clímax del desenlace ha asomado a mis ojos en forma de lágrimas (estos días estoy más sensible con el tema que trata).

Una buena lectura para paladear un buen vino mientras el corazón paladea unas buenas palabras.

Noches

Arrojo la bilis estomacal de primera hora de la mañana en el váter. Me he levantado bien pero al entrar en la cocina para prepararme el desayuno me han cogido náuseas. Me estiro un rato en la cama a ver si se me va el mal cuerpo.

Ayer me pasó lo mismo.

Es lo que tiene no dormir. En mi mente se repite una cosa que leí en algún libro sobre el cuento de la cenicienta; toda persona tiene posiblidad de transformarse y el precio de dicha transformación es perder algo.

Las campanadas del lejano reloj parecen doce parcas. Todas hieren y la última mata.

9/12/08

Papikra

Sigo inmersa en el argumento de la película de animación. Satoshi Kon presentó la película en el festival de Sitges, según me ha informado mi mentor en este tipo de cosas. La verdad es que me ha gustado muchísimo. Sobre todo el juego que trae entre el mundo de los sueños y la realidad. Nunca se sabe qué es qué, o quién es quién, porque, como he leído por ahí, Satoshi juega con ello. La fantasía está llena de realidad y la realidad llena de fantasía y te pierdes por ambos mundos, eso sí, siempre de la mano de su director, que en realidad es quien te organiza este viaje introspectivo a través de la mente de los personajes.

Nada que ver con Paprika (Los burdeles de Paprika) del director Tinto Brass, una de las mejores películas de cine erótico.

8/12/08

Tarde de lunes

Cansada de dibujar, de escribir, de leer, de ver pelis y de limpiar y cosas varias, se me ha ocurrido aprovechar unos frutos secos que me sobraron de los panellets, en noviembre.

Turrón de guirlache

La vida es pura carga

O escribo mucho más que antes o las recargas de la pluma, ahora, las hacen más pequeñas. Al final, tendré que salir de casa con una maleta. Enumero:

1.- Desayuno de media mañana
2.- Comida (tres tapers como mínimo, más la fruta)
3.- Merienda
4.- Agenda
5.- Estuche con bolis, pluma y lápiz
6.- Llaves de casa
7.- Llaves del trabajo
8.- Libreta para esbozos
9.- Libreta para escribir
10.- Libro de lectura (novela)
11.- Cómic
12.- Pañuelos de papel
13.- Papeles del trabajo
14.- Hilo dental, cepillitos interdentales, dentífrico, cepillo de dientes y colutorio
15.- Paquetito de chicles
16.- Botella de agua
17.- Pastillas y calmantes por si aca
18.- Un par de compresas, también por si aca (más vale prevenir que manchar) ;)
19.- Los dos “pens”
20.- Crema para las manos
21.- Cartera con la documentación
22.- Documentación de la moto
23.- Llaves moto
24.- Bolsita para las monedas
25.- Móvil y algunos días el cargador

Creo que no me olvido nada. Pues a lo que íbamos: ¿ahora he de añadir el tintero para cargar la pluma?

Eso pasa por salir de casa sobre las seis y pico y a veces no volver hasta las ocho. Claro que antes era peor porque volvía pasada la medianoche (nunca he sido muy Cenicienta).

“He debido ganar calidad de vida”, pensó ella con absoluta mueca de incredulidad.

7/12/08

Dog

Este puente he decidido dedicarlo a ver mil cosas que tengo atrasadas, a leer, a escribir, a… bueno, a no salir de casa. Estoy harta de tener que salir cada día de ella y he decidido que me tomaba tres días de clausura.

Hace ya unas semanas, mi proveedor de cómics me apareció con un DVD y me dijo: son pelis de animación, las tienes que ver. Y eso es lo que he empezado a hacer hoy.

Dog es un corto animado por Suzie Templeton. A pesar de su corta duración es capaz de mostrarnos unos personajes profundos y una dura historia. El tiempo y las elipsis juegan un papel importante.

Impactante final.

3/12/08

Por si los humanos

Hace un par de semanas que la Mosca Estremecida, sacando la cabeza de debajo de mi despertador analógico me dice:

− Deja el ordenador encendido.

Desde que empezó el frío, ha trasladado su cama entre la mesita de noche y el despertador, bajo este.

− Aquí dormiré mejor; con el calor que desprende no pasaré frío. Además, estaré protegida de ti.

¡Qué rencorosa que es! Eso último lo dice porque antes dormía sobre mi almohada, cerquita de mí y una mañana me la encontré en el suelo toda dolorida y hexaespatarrada.

−¿Qué te ha pasado? −le pregunté pensando que ya había hecho una de las suyas.

−Tu estornudo −me contestó con un hilillo de voz.

La noche siguiente se trasladó debajo del despertador.

−Es como una sauna, pero sin humedad −chisteó para que no me ofendiera.

El caso es que, no sé por qué, me ha dejado de acompañar al trabajo.

−Deja el ordenador encendido que no tardaré en levantarme. Ten un buen día −me dice ahora cada mañana cuando me despido de ella para ir a trabajar.

Y consigue que me vaya intrigada. Por la tarde, cuando vuelvo, la encuentro sobre el teclado con varios libros abiertos esparcidos por las mesas, en la butaca y, si no le caben, por el suelo, y su moleskine al ladito del ratón, llena de notas. Cuando le saludo, se apresura a cerrar las páginas que ha visitado.

−¿Apago el ordenador? −me pregunta impostando la voz para que todo parezca natural.

−No, no. Déjalo abierto que miraré mis correos.

Una vez despejada la zona, me siento en la butaca y ella se posa sobre mi hombro, como tiene costumbre. Empiezo a abrir mis diferentes correos y a leerlos, pero mi atención se halla cerquita de mi oreja izquierda, donde ella está. Noto que anda distraída, esta vez no se mete con nada de lo que leo o hago. Me encantaría saber qué le corre por la mente. Tanto misterio está pudiendo conmigo. Más tarde, cenando, ya no puedo más y la abordo con mi intriga.

−¿Qué haces cada día con el ordenador?

−Miro blogs −contesta mientras continúa incándole la mandíbula a un trozo de jamón que acompaña a unas habitas a la catalana, regalo de mi madre en uno de sus tapers.

−¿Alguno en especial? −pregunto tras un silencio en el que esperaba que me siguiera contando.

−No, cualquiera. Voy de aquí para allá., uno me lleva a otro.

Al final, desisto. Sé por experiencia que hablará cuando le apetezca hacerlo. Y así es. Horas más tarde, cuando me hallo en el ordenador escribiendo este post, sin venir a cuento, me dice:

−¡Mira que sois egocéntricos los humanos! Y no me refiero a cada uno de ellos individualmente. No, no; me refiero a vuestra especie. ¡A vuestra gran especie!, que siempre se cree superior al resto de seres vivos.

−¿A qué viene esto?

−Sí, encima, ni os dais cuenta. Estáis tan acostumbrados a ser los reyes que no os percatáis de nada −me grita plantándose delante de mi cara, aleteando con velocidad para mantenerse estable en el aire.

−Venga, deja de hacerte la interesante y explica a que viene esto −digo cambiando el tono, pues ya empiezo a enfadarme.

−”El caso es que no sé por qué me ha dejado de acompañar al trabajo; ando con la mosca detrás de la oreja” −lee con rintintín la última frase que he escrito en el ordenador, siguiendo cada una de las palabras con su pata−. Claro, claro. Pues que sepas que yo ando con los humanos en la punta de la…

−¡Ni se te ocurra decirlo! −la atajo.

−…prebóscide… −acaba provocativamente la frase y tras marcar el silencio que la confiere ganadora prosigue−. El otro día, que lo sepas, me dices: “me he llevado el paraguas, por si las moscas” −y calla para ver mi reacción, luego continua−. ¿Qué retruécanos quiere decir “por si las moscas”?

−Pues…, pues… −balbuceo sorprendida y sin atinar.

−Desde entonces, me puse a mirar blogs, en ellos, la gente, se deja ir verbalmente y quería descubrir cómo llegáis a ser de humanocéntricos. Os pensáis que por tener “raciocinio” ya sois superiores.

−Vale, pero…

−Pero luego sois los únicos que por no reconocer que algo no gira entorno vuestro, el Sol, por ejemplo, matáis a aquel que lo afirma.

−Perdona…

−Perdona, pero es inconcebible en vuestras mentes que algo no gire alrededor de vuestro ombligo.

−¿Me vas a dejar hablar? −le pregunto levantando el tono de voz y perdiendo parte de mi compostura.

−¿Yo tengo que dejarte hablar? Oh, poderoso ser −declama−, pides permiso para hablar a un pobre insecto perteneciente al orden de los dípteros. Me honras infinitamente −dice con cara de guasa.

−Veras… yo… la raza humana…

−Dime, dime. Tómate tu tiempo. Seguro que me dejas anonadada y sin respiración con tu arenga. Espero no desmayarme de la impresión. Mira, mejor me siento en el sofá, por si los humanos…

Y vuela hasta el reposamanos y se sienta cruzando dos patas sobre las otras dos. Me mira con sus grandes ojos y veo la ironía distribuida en todas sus facetas oculares.

−Mejor me callo −opto por decir.

−¿Te has puesto mosca? −pregunta mientras suelta una carcajada.

−No, sencillamente no quiero discutir contigo.

−Cállate. Cállate, pues, que en boca cerrada no entran humanos −se hernia de risa sobre el sofá, golpeando este con una de sus patas mientras que se dobla sobre su abdomen.

¿Por qué siempre tiene razón este maldito bicho?

−¿A qué no soy una mosquita muerta? Ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja…

Touché.

El color de la hierba


No es que sea blanca, está helada. Vista a las 7:45 de la mañana.

2/12/08

Entender el cómic

Me lo he leído casi seguido del otro. Pensé que repetiría conceptos o que se me indigestaría por “atracón”, pero no ha sido así. Todo al contrario; lo he devorado con ansia e interés pues me ha servido para clarificar bastantes ideas. No sé si nunca dominaré la técnica como para llegar a escribir un buen cómic, lo que sí sé, y me encanta, es que ahora me los leeré con mucho más cariño y con mucho más conocimiento de causa.

Estos dos libros me han enseñado a diseccionar las viñetas de manera que, a partir de ahora, entenderé mucho más su funcionamiento; el tiempo, las clausuras, la estructura, la palabra, el dibujo, la línea y el color han empezado a compartir sus secretos conmigo.

Estoy deseando llegar a casa y tener tiempo para coger mis lápices, mi libreta de dibujo y mis bocetos de historia, y ponerme a crear un cómic. A veces pienso que voy a acabar ermitaña, rodeada de libros, papeles, lápices, bolis, pinturas y mi ordenador (poco concibo un ermitaño de hoy en día sin ordenador).

Por cierto, otro libro que me está interesando mucho y del cual no pienso hacer ninguna entrada, es la Gramática de la Lengua Española. No lo estoy leyendo seguido, es más, lo he empezado por el final y, por supuesto, el rollo fonético pienso saltármelo. Su lectura me está refrescando muchos conceptos que tengo en mi archivo mental y de los cuales he perdido la conciencia.

1/12/08

Tú y yo

Caminas sin pisar, como si pasases por encima de un sueño, pero yo siento tus pasos y me quedo quieta, aprendiendo el silencio.
Hipan las vigas de tu casa intentando calmar desconsolados llantos. Te vieron nacer entre carcajadas y evitan ser testigos de tu finitud.
Ecos frágiles de tu lejana alegría siguen rebotando en las paredes y en los techos, y avanzan por los oscuros pasillos difuminándose, ¡cómo duele el silencio!

Tu desaparición define un nuevo concepto de silencio, el de la ausencia y el del recuerdo. Se oye el vacío por mis adentros.
No queda ninguna sonrisa de tu sangre sobre el frío mármol. Celebras la muerte como la vida. Todo me es ajeno. Contigo no es posible empezar de nuevo.

30/11/08

Hacer cómics

Como buena lectora, y como mejor curiosa, que soy no he podido evitar hacerme con este libro. Ya de por sí, disfruto el mundo del cómic. Ahora, después de haber adquirido algunas nociones sobre la teoría, aún lo voy a disfrutar mucho más. El libro es un cómic sobre los secretos de la narrativa del cómic, es decir, un metacómic.

Voy a dejar que se me escape un secreto: he hecho también mis pinitos en el mundo del cómic. En realidad, unos pequeños cutrecómics. Tengo poca mano para el dibujo y poca instrucción sobre la técnica del género, así que, como indica el autor de este libro, no debo tener vergüenza en afirmar que copio los dibujos de otro cómic y los adapto al mío. Para no complicarlo mucho, estoy copiando los dibujos de Juncos, un cómic que leí hace tiempo.

Me ha parecido de gran interés este libro ya que desconocía del todo el tema. Lo volveré a leer dentro de unos días, y ya me he comprado otro del mismo autor.

29/11/08

El muro

Me pierdo entre mis murallas que algún día, puede que en mi infancia, fueran blanquecinas. La vida nos cambia y nos encierra dentro de nuestros miedos y angustias. Mil esperanzas, mil expectativas se mitifican y se amontonan formando las piedras de ese muro. Así perdemos nuestra infancia, así crecemos en la monotonía, sedimentando ilusiones incumplidas.

¿Qué sentido tiene salir de nuestro perímetro? El muro protege aquello que sentimos. “Cuando más te miras una cosa, más se transforma” por esto vivimos tras la palpebral pared alta.

28/11/08

La mujer del mago

Me ha encantado, a pesar de que los relatos oníricos no me suelen gustar mucho. Pero esta vez, el dibujo ha ayudado a mi imaginación a volar de una hipótesis a otra, siendo inútiles en general, ya que en varios momentos, al ser bastante oníricos, no siguen mi lógica. Supongo que por eso me lo he pasado en grande con la lectura.

El dibujo “está totalmente currado”, como me ha dicho el chico que me lo ha dejado, y he disfrutado de los múltiples detalles que contiene y la belleza de las imágenes. Un detalle que ha sido de mi agrado es que la historia está dividida en capítulos, así se ve claro que es una novela gráfica.

Diario de golondrina

Me lo compré por la autora. Anteriormente había leído Estupor y Temblores y me había gustado mucho; este me daba la impresión de que iría por los mismos derroteros. Me ha gustado, mucho para ser exactas. Mientras lo leía, pensaba: «qué bien escribe esta tía, pero qué bien escribe». Ha sido un verdadero deleite la lectura, corta, muy corta, de este libro. Ha sido como un aperitivo de vermouth rojo y berberechos con salsita Espinaler.

He encontrado muy bueno el tono del personaje principal, el que narra la historia. En algunos aspectos me parecía estar oyendo a Dexter. El tema es un poco macabro; y digo poco, porque con lo acostumbrados que estamos a la muerte (siempre que sea de alguien lejano), casi no me ha afectado su lectura.
Un caramelito para ser leído.

27/11/08

Deseo

El deseo es tanto que con sólo verla se convierte en humedad.

26/11/08

Sátira de la pequeñuela

Se nos ha enamorado la pequeñuela. Ha vestido sus palabras con poemas, sus días con flores y sus momentos con suspiros. Ha puesto toda su esperanza en este nuevo amor. Da igual la distancia porque es solvente para viajar lo que haga falta.

Ya no siente vacío por la noche porque desde la cama, el teléfono aporta carantoñas de su amada. ¡Qué terrible la distancia cuando se ama tanto!, piensa durante el suspiro que la transporta en brazos de Morpheo.

Le maravilla cómo brillan los días, las jornadas de trabajo y el camino hacia el súper. Durante todos estos años de soledad, nunca se había dado cuenta que su alrededor tuviera tanta luz, fuera tan hermoso.

Con sus amistades, pasó lo mismo, dejaron de ser cotidianas y anodinas y se sintió llena de ellas, casi desbordada. Estaba exultante, la pequeñuela Midas, todo lo que tocaba se convertía en poema y poema era amor, su amor, su lejano amor.

Consiguió juntar unos días y pidió unas vacaciones, necesitaba acortar distancias. La imaginación, amiga y mala consejera del corazón, la exaltaba con mil historias que la llenaban de gozo y le hacían sentir más feliz que a la lechera.

Por fin, llama la pequeñuela a la puerta de su amada. No se abre. No contesta. No debe estar en casa. Qué extraño. Qué curioso, si sabía que venía… Se sienta a esperarla con la puerta de respaldo.

Un siseo y aparece un sobre deslizado bajo la puerta. Abre la carta. Lee muy torpe y despacio. Mil palabras. Mil excusas. No te quiero entre líneas. El corazón se ha acelerado. Carraspea. Nudo en la garganta. Se siente imbécil. Dejada.

Vuelve a su casa la pequeñuela con la lección aprendida. Acompaña a su llanto unos versos de despedida, que algún famoso poeta pensó que necesitaría. Suspira de vacío la pérdida. Vuelve a su antigua vida. Rompe todos los espejos. No quiere ver que su cara ha perdido la sonrisa.

25/11/08

El color del cristal

Cuando me posiciono sobre algún tema, cosa que suele ser la constante de mi vida, y justificando mis pareceres y pensamientos lo defiendo, juego a adivinar por qué “petenera” me puede salir la gente para contraargumentarme.

Por muy creativa, imaginativa, fantasiosa, realista, minuciosa y meticulosa que pueda llegar a ser en la confección del espectro de las opiniones ajenas, siempre llegan a sorprenderme ya que me muestran gamas que no he contemplado. Esto me hace sentir muy bien: apoya la idea de que aún me queda mucho por aprender.

24/11/08

Yo soy mi propia mujer

Una compañera de trabajo me dijo, “estoy leyendo un libro, te lo pasaré cuando acabe. “ ¿Cuál es?, fue mi pregunta instantánea. “ Es la que Joel Joan está haciendo ahora en el teatro”. “Jo sóc la meva dona”. “Sí, esa”.

Aún no he visto la obra de teatro. Mis amigos del mundillo, que ya la han visto, me han comentado: “Joel está que se sale.” Ya, sólo, por ese comentario iré a ver la obra.
El libro es autobiográfico. En algunos momentos la lectura se torna trepidante y en otros absolutamente aburrida (siempre es bajo mi parecer). Pero ahora que me lo he acabado me ha dejado buen sabor. ¡A ver la obra de teatro! (seguro que me gustará más).

23/11/08

Shortcomings

Me costó entrar, no sé si porque leía cansada o porque me costó coger a los personajes. Leí un tercio de libro y lo dejé. Pero hoy me he leído de un tirón el resto, totalmente absorbida por la lectura. El protagonista no me ha caído nada bien, me ha parecido un inmaduro egoísta. Empiezo a pensar que la inmadurez y el egoísmo en muchas ocasiones van cogiditos de la mano.

El dibujo y su línea me han gustado mucho, creo que puedo definirlos por la sensación que me ha causado: pulcros. Con esta lectura, he aprendido dos cosas más sobre el cómic:
El habla metálica a través de un teléfono se representa con un bocadillo en puntas estrelladas.
Cuando se dibuja gente en el interior de un local (discoteca o pub) se pintan las paredes de negro.
Supongo que para la gente que entiende, mis descubrimientos deben sonar a tonterías, pero yo me siento orgullosa de ellos porque son mis primeros pasos.

22/11/08

Sonríe siempre

Ya venía gestándose desde hacía mucho. Te miraba con arrobo cada vez que sonreías y querías parecer lejana a lo que nos estaba ocurriendo. Siempre me has conmovido los cimientos, pero en estas ocasiones, logras que el reverso de mi piel, envidiosa de mis ojos, quiera salir por los poros para observarte. Me moría de ganas de preguntarte si me amabas, pero el miedo a recibir esa serie de respuestas que tienes para dominar la inocuidad en un futuro hizo que continuara disfrutando de tu sonrisa en silencio. Además, tenía ya la seguridad de que así era, me amabas. Creo que nuestro amor lo inseminó la primera mirada, directa pero lo suficientemente tímida como para no mirar más allá de la cara. Tu sonrisa abarcó las pupilas y el misterio del desconocimiento se difuminó en el acto. Ahí empezó la gestación de nuestro amor.

Lejos, ahora, de esos primeros días, me parece estar ardiendo y congelada cada vez que estoy contigo; ¡qué paradójico es el amor! Ardo de pasión mientras que congelo su ímpetu; moderar es de sabios y quiero que en nuestro amor no avizoremos tormenta alguna. Por lo que tengo el bosquejo de un plan: vivirte y dejarte vivir.

21/11/08

Ven

Arrulla con tu nana mi desvelo, acuna en tu amor mi temblor, que estoy suspendida en la oscura noche evitando la nostalgia. El ansia me persigue y la dirijo sin quererlo hacia ese norte magnético del deseo: tu cuerpo. Gozo y temblor en un mismo gesto. Golosina de mi noche es tu recuerdo. En mi fantasmagórica danza se halla el anhelo, en tu presencia, lo tierno.

Ven y sé mi justa recompensa, aquella dulzura que me corresponde, acompaña mis horas tristes acentuando mis átonas melodías; que yaga tu piel junto a la mía labrando todos mis sueños. Sólo así amanecerá mi alma, sólo así no viviré de recuerdos.

20/11/08

Descubriéndome

Estoy cansada y dolorida, me siento vulnerable, fácil presa ante cualquier pensamiento fortuito y lúgubre. Hoy he entendido el porqué de los cuernos.

Soy poseedora de ellos. Los serré con cuidado cuando se acabó la relación y los he puesto sobre el bufé del comedor: no quiero olvidarme nunca de ellos. Dolieron. Y lo peor no fue el dolor, sino el empezar a vivir en desconfianza. El no distinguir los fantasmas de la realidad. El querer y odiar a la vez. El convivir con la intranquilidad.

—¡Deja de atacarme con ese tema —me chillaste un día—, seguro que en tu carcaj han de quedarte otras flechas!

Ella siempre tan literaria, de qué libro sacaría esa frase que atravesó mi corazón como un disparo.

Pero hoy he visto claro lo que hace la gente, da comienzo a una nueva relación sabiendo que ello cambiará las cosas para siempre.

Estoy cansada y dolorida y me siento vulnerable porque pienso en la alevosía latente en su romance para destrozar lo que honestamente no se atrevió a romper, nuestra relación.

19/11/08

Haciendo un poema escribir un amor

Quítate los zapatos, lanza lejos tu falda, te propongo un desnudo. Déjame quitarte la blusa y arrojarla sobre los escalones del olvido, con tus miedos y reservas. De rodillas permíteme trepar hasta tus bragas y despojarte de ellas, para perder mi corazón en los pliegues de tu sexo, mientras, con la tinta transparente de mi boca escribiré un poema sobre tu cuerpo. Arrullarás mi persona con el ritmo que brota de tu secreto. La palabra no existe, sólo jadeo y silencio.

18/11/08

Secuela de una larguísima nota de rechazo

Mi amigo me dijo: te voy a dejar doy joyitas del cómic, así podrás ver también cómo se adaptan los relatos al cómic (anteriormente había leído la adaptación de una novela a cómic). Y, así fue, la tarde del viernes se personó con dos libros, uno delgadito que sólo contenía un relato (este) y otro mucho más grueso que si no recuerdo mal contiene ocho relatos de Bukowski.

El relato me ha gustado, sin lugar a dudas, y en realidad no es bien bien una adaptación a cómic; una página es de texto y la de al lado es un dibujo, y más o menos guardan esta frecuencia hasta el final del libro. Los personajes dibujados no tienen bocadillos que los hagan hablar ni nada por el estilo, aunque el recurso del dibujo pertenece al mundo del cómic.

No puedo comentar nada más: me ha gustado mucho. Se lee en nada. Y tengo muchas ganas de atacar el libro gordo.

17/11/08

Reina

La andanada que anoche embraveció el mar de mis sueños desnudó mi alma y denodadamente me atreví a pronunciar tu nombre. Y el cielo se cubrió de pequeñas esperanzas luminosas que me gritaban al unísono: te quiere. Te miré, y también tú expresabas la presunción.

Sin demora te entronicé en mi vida.

16/11/08

¿Sonámbula?

En la noche, me he despertado gótica, paseando sonámbula por las habitaciones mal iluminadas de la muerte. He vuelto a mi habitación y me he concedido un minuto eterno para tomar conciencia de lo que me ocurría. Al hacerlo, mi vida ha salido corriendo de la estancia y no he hecho ningún ademán por perseguirla. Sobre mi almohada veo un pugilato de sombras por conseguir la guadaña.

Miro por la ventana. Se despliega el día innumerable. Noto una alarma interior que me avisa de que todo es extraño. Quiero leer a través del cristal las páginas del paisaje, pero he perdido las gafas o nunca las tuve. Oigo el parpadeo de un río, no muy lejos pero no recuerdo que haya ninguno cerca.

Sé que la vida me fue dada para que la consumiera. Qué terrible sensación de inminencia y desamparo. Tengo la vaga conciencia de que conozco el fin. La tarde se alargará hasta su desfallecimiento. Me siento injuriada por el tiempo.

15/11/08

La ciudad de cristal


Ha sido curiosa su lectura. Lo que más me ha interesado es la adaptación de novela a cómic. Los libros de Paul Auster no me gustan demasiado. Los tengo aparcados para dentro de unos años, por si alcanzo la madurez necesaria para leerlos. Pero me pareció interesante leer este cómic. Es un lenguaje más ameno y que, actualmente, me interesa más. Bueno, lo doy por leído y ya está.

Con respecto al dibujo y a la utilización de las viñetas, me ha gustado, sobre todo una página en especial que está dividida en unas 16 viñetas (lo digo de memoria), el conjunto de las cuales sólo forma un dibujo.

14/11/08

Memencias

01. Nombre completo: Dintel, pa servirle.
02. ¿Por qué te pusieron ese nombre? Me lo puse yo después de mucho pensar su significado metafórico en mi vida.
03. ¿Le pides deseos a las estrellas? No, soy de lo más realista.
04. ¿La última vez que lloraste? Lloro cada mañana, sobre las cinco y cuarto.
05. ¿Pan con qué? Pan con nada, lo tengo prohibido..
06. ¿Te gustan los animales? Sí, sobre todo los roedores. Mi prefe, la suricata.
07. ¿Cuántos hijos tienes? He perdido la cuenta.
08. ¿Colaboras con alguna ONG? Ahora no, cuando joven, dirigía una.
09. ¿Si fueras otra persona serías tu amigo? Creo que no, soy una persona muy difícil!!!!!
10. ¿Tienes un diario de vida? Claro, tengo un diario de a bordo, como todo buen marinero.
11. ¿Eres sarcástico? Algo así..
12. ¿Harías puenting? Ya lo he hecho.
13. ¿Cuál es tu cereal preferido? Ninguno.
14. ¿Te desabrochas los zapatos antes de sacarlos? Claro, soy perfeccionista y metódica.
15. ¿Crees que eres fuerte? El ser humano es fuerte por naturaleza, a pesar de que muchas veces no se lo sabe ver.
16. ¿Tu helado preferido? El de menta y chocolate.
17. ¿Qué número calzas? 39
18. ¿Grupo de música preferido? No escucho el tipo de música que escucha la gente, no tengo grupo preferido.
19. ¿Qué es lo que menos te gusta de ti? Si he de ser sincera, me gusta mucho como soy. Lo voy modulando según aprendo.
20. ¿A quién extrañas mucho? A unas amistades que perdí.
21. ¿Cuál ha sido la última película que has visto? Incapaz de recordar el título.
22. ¿Qué color de pantalones y zapatos tienes puesto? Tejanos y los zapatos son unas kickers muy viejas de color perdido.
23. ¿Cuándo fue la última vez que hiciste el amor? Ayer por la noche.
24. ¿Qué estás escuchando en este momento? El ruidito de mi ordenador.
25. ¿La última persona con quien hablaste por teléfono? Con ella.
26. ¿Tu bebida favorita? En realidad, no tengo una bebida favorita. Me gusta beber según la hora del día lo que toca.
27. ¿Deporte favorito para ver por TV? Ninguno.
28. ¿Comida favorita? Me gusta mucho la buena comida (entiendase esa hecha con esmero y amor).
29. ¿Final triste o final feliz? Final coherente.
30. ¿Tienes mas-cotas? Intento salirme de cualquier cota.
31. ¿Día favorito del año? Ninguno en especial.
32. ¿Besos o abrazos? En principio, nada.
33. ¿Eres una persona alegre? Sí, mucho.
34. ¿Has viajado mucho? Sí, bastante.
35. ¿Una fantasía sexual? Muchas.
36. ¿Cual es la última comida que preparaste? Escalivada, antes de ayer.
37. ¿Color favorito? El rojo.
38. ¿Qué viste anoche en la tele? No veo la tele, de normal.
39. Algo que te haga perder los papeles: la incoherencia.
40. ¿Dónde es lo más lejos que has estado de tu casa?
Cerca de Alaska.
41. Algo que te daría morbo hacer…. No soy nada morbosa.
42. ¿Eres abiert@ a opciones sexuales como el sexo oral? Pregunta estúpida para una lesbiana.
43. Postre favorito:…. Fresas con nata.
44. Un sitio para desaparecer: Cualquiera, soy experta en hacerme invisible.
45. ¿A qué animal le tienes más miedo? Al inculto.
46. ¿No te gustaría morir sin probar? No entiendo la pregunta.
47. ¿Alguna vez te pillaron haciendo el amor? No.
48. Tu nivel de paciencia de 0 a 10: Depende de con qué y con quién.
49. ¿Qué libro estas leyendo? “Yo soy también mi mujer”(novela), “Shortcomings” (cómic) y “La cultura de la conversación” (ensayo).
50. ¿Alguna vez tomaste drogas? Nunca. El alcohol no lo considero droga.

Raquel, Hester, La+, ¿os apetece hacerlo?

13/11/08

Transporte público

A primera hora de la mañana, y cuando digo “primera” no exagero, porque es esa hora en que las agujas del reloj forman un ángulo de 180º, esa hora en la que aún no hemos puesto la maquinaria cerebral en funcionamiento y nuestros ojos siguen presentando la rigidez de haber albergado un par de nocturnas legañas, a esta hora en que el sueño a desaparecido pero su inercia no, a esta hora, esperándome un viaje de tres cuartos de idem, se sienta a mi lado un jovencillo con el Ipod a todo trapo y música máquina.

Todo el autobús pone cara de “Bienvenidomistermusicmecagoentó”. Imposible concentrarse en la lectura, imposible dormitar, imposible cualquier cosa que no sea dejar que ese no anhelado machaque musical te perfore las sensaciones del momento. Con sus efectos colaterales: chasquidos de lengua de las personas mayores y educadas, resoplidos de los que intentaban dormir, cambios bruscos de postura a ver si se daba cuenta. Nada. El musical pasajero ni se entera.

Qué unidos que estábamos los pasajeros de ese autobús, ateos y no ateos rezando la misma oración: “Que se baje en la próxima”.

12/11/08

Me duelen las yemas

Me duelen las yemas de los dedos, me he levantado con una extrema sensibilidad en ellas. Enseguida me he dado cuenta al retira la sábana que me cubría. He estado pensando si ayer cogí algo muy caliente o si toqué algún producto abrasivo. Pero no recuerdo nada.

Me las miro concienzudamente y sólo veo que están un poco más sonrosadas que el resto de la mano, pero no distingo ninguna anomalía más. Me las acaricio con el pulgar y noto escozor, puedo intuir alguna pielecilla que empieza a levantarse. Es deshidratación, seguro; deshidratadas de amor porque hace tiempo que no te acaricio.

11/11/08

Del silencio en ángulo oscuro

Hundida en el sofá del salón, me pregunto por qué he dejado resbalar la nostalgia más allá de lo debido. Ahora empezaría a culpabilizarme. En su momento, permití que se marchara sin pararle con un te quiero, ni con una mirada. De espaldas a ella, noté que, con la maleta en la mano, demoraba el adiós para darme una oportunidad de cambiar el rumbo de su decisión. Cualquier palabra hubiera servido. Pero fue silencio. Silencio y espalda. Soy poco decidida y tímida, de una timidez silvestre que raya la hosquedad, quiero hacer y no hago, y me autodisculpo, más tarde, cuando la pérdida es irremediable buscando toda una suite de teorías exculpatorias de mi conducta. No hago más que requebrarme con mis propios actos.

Hundida en el sofá del salón, resbalando la nostalgia por doquier, rocío con toda sarta de detalles la historia que pudo ser y por mi silencio no fue.

10/11/08

Almohadas

Cada mañana veo, mientras aún estoy negociando con mis legañas, en una de las ventanas del edificio de delante del mío, una señora cuya energía siempre me sorprende. Con la ventana abierta de par en par, sea invierno o verano, y ella habillada con la bata de grosor según indica el hombre del tiempo, aparece siempre aporreando una almohada y luego otra. Sacude con brutal energía el soporte nocturno de nuestros pensamientos, como para limpiarlo de todos aquellos que se nos han caído sin quererlo. Bate por un lado, apalea por el otro, vapulea de nuevo el primero, y aporrea, para concluir, con el envés. La zumba y la sacude y a la pobre almohada no le queda otra que estremecerse y convulsionarse hasta haber soltado, desde esa altura, cualquier símbolo de la noche.

Lo que me maravilla es que esa acción la realiza sólo para mí. Porque, levánteme a la hora que me levante, sale ella de la oscuridad que su habitación contiene, almohada en ristre cual saco de arena de un púgil, y sin ponerse los guantes para tan duro combate, contra ella arremete dedicándome el espectáculo.

Más tarde, cuando voy a hacer mi solitaria cama, al coger mi almohada, me la acerco a los labios para besar, con sumo cuidado y mucho cariño, las lágrimas nocturnas que me ha dejado la soledad. No se puede negar que hasta para esto soy sentimental.

9/11/08

C'est la vie

Te rodea esa vida que no es tuya. Con su incesante brillo de bienvenida te invita a que seas exquisitamente feliz. Te vapulea y consigue que al mismo tiempo te sientas atraída y repelida, siempre codiciando, siempre deseando. Sabe combinar los vacíos con oleadas de emociones y sólo necesita un santiamén para pasar de uno a otro. Se nos muestra con piel aterciopelada pero, a su vez, con pavimento duro, grabando con fatuo fuego recuerdos indelebles que condicionaran nuestro camino. Es irrelevante vivir la vida porque, en realidad, es ella quien nos vive y sabiendo esto me dejo vivir con un solo objetivo, arrebatarle la luz a las cosas para salir de mi oscuridad.

8/11/08

Depresivos

¡Qué miedo me dan las depresiones! No las propias, las ajenas. Las que sufren familiares y amigos. Reconozco que soy una inútil con respecto al tema, nunca sé que hacer, ni que decir. Con el tiempo, he aprendido que a un depresivo no puedes decirle “deja tu depresión, olvídate de ella y de tonterías y sal a divertirte”, porque precisamente la depresión es eso: una falta de fuerzas para afrontar la vida. Mucha gente piensa que el depresivo está así porque no hace el esfuerzo para estar de otra manera, porque no busca fuerzas dentro de sí para estar alegre y con ganas de vivir. Yo misma lo creí hasta hace poco, incluso me llegaba a enfadar con las personas depresivas porque pensaba que estaban bien como estaban o querían llamar la atención y por estos motivos no se esforzaban por cambiar, o sea, que estaban depresivos por opción propia.

No recuerdo qué resorte de pensamiento toqué para que evolucionara mi concepción con respecto al tema. Fue a la semana de haberse suicidado un amigo. Sabía que estaba depresivo, pero, vamos, ni pasó por mi cabeza que pudiera llegar a quitarse la vida. Cuando me lo comunicaron lloré poco, sentía rabia y enfado y muchas sensaciones más que nunca he sabido definir, las cuales impidieron que el dolor se manifestara.

Fui la última persona que habló con él. A tener una conversación, me refiero. Sentados los dos en un pub de su barrio, con sendos wisquis y unos cacahuetes para compartir, después de un par de años sin vernos, me contó cosas de su vida. Hacía poco que había salido de un centro de desintoxicación de medicamentos. Me estuvo narrando cosas muy insustanciales. Al final, me preguntó si le veía bien. “Físicamente te veo muy bien.” “¿Pero…?”, me preguntó él. Me conocía perfectamente y sabía que nunca le mentiría. “Pero… tus ojos no tienen vida”. En menos de 24 horas todo su cuerpo también dejó de tener vida.

A pesar de que nunca me he sentido culpable por esa conversación, pues tengo muy claro que cada adulto es dueño de sus actos, a pesar de eso, una pregunta me acompaña: “¿Debí mentirle?”.

Esa noche, entre wisquis, aún no entendía que la depresión es un síntoma a parte de ser una enfermedad. Una enfermedad que tienen siete octavos ocultos y uno que aflora entre aguas de la vida. Y es esa puntilla del iceberg la única que nos puede dar pistas de la existencia de una depresión. Y da miedo, sí. A mí me da miedo, sobre todo tirar de la punta y ver en su totalidad la dimensión de ese iceberg.

Seguiré pensando sobre el tema, porque, de alguna manera, con su muerte, ya forma parte de mi vida.

7/11/08

Nunca me abandones

Brutal. Es la única palabra que encuentro que defina este libro. Me ha herido lo indecible y ahora escribo esto compungida y aguantándome las lágrimas porque pienso que ¡vaya ridiculez de desmonte! Al principio, lo empecé a leer con ritmo normal, ahora un cuarto de hora, ahora tres cuartos, ahora un poco antes de ir a dormir… pero llegados a un punto, cuando ya la trama estaba sobre el mantel, no he parado de leer ni un minuto de los que tengo libre hasta que lo he acabado.

Cuando vi la peli de Un Mundo Feliz, realmente no entendí nada de nada. Fue más tarde, en un verano de hace casi 20 años, que cayó el libro en mis manos, que entendí, después de leerlo (elemental), toda la filosofía que encerraba y también se me encogió el corazón. Pero con este libro ha sido brutal. La gente de mi trabajo me decía por los pasillos, ¿por qué pones esa cara?, y les tenía que explicar el mal cuerpo que me quedaba después de leer un rato el libro.

Ahora viene lo mejor: me ha encantado. Y a pesar de ser un libro que creo que podría ser considerado de “ciencia ficción” (yo, personalmente, no lo he considerado así, ni lo he leído desde esta perspectiva) debo recomendarlo a toda costa.

El tono del libro es lo que más me ha desconcertado. No quiero explicar más porque pienso que aquellas personas que quieran leerlo deben hacerlo como yo, con desconocimiento de lo que se van a encontrar en su interior. Es en momentos como estos en los que me gustaría montar un grupo de lectura para luego comentar largo y tendido todas las impresiones, tanto a nivel literario como a nivel emocional.

5/11/08

Nuestra relación

Nunca había tenido una relación como la nuestra: tranquila, segura, sin altibajos, sin sorpresas ni cambios de humor repentinos, sin buscar enfrentamientos sino soluciones. Una relación con absoluta libertad de acción, basada sobre el pilar principar, el respeto. Una relación donde tus amistades son tuyas y las mías, mías y no las mezclamos todas en el mismo puchero sólo por el hecho de que nos queremos debemos dárnoslo todo. No, es que no es así. Nos queremos, sí, pero no nos lo damos todo. Ni mucho menos. Nos damos tiempo, pero no las 24 horas del día todos los días. Nos damos cariño pero no en exclusividad. Nos damos amor, cada una en la medida que es capaz de darlo, sin exigencias por ninguna parte. Nos damos sexo porque eso nos gusta mucho a las dos. Pero, sobre todo, nos damos espacio para poder ser nosotras mismas y no la persona que a la otra le gustaría que fuéramos.

Si sumamos todo esto da como resultado la calma, una vida tranquila y llena. Crecemos en cada cara de este poliedro que es la vida, nos contamos los problemas y nos ayudamos como buenamente sabemos, sin exigirnos, sin culpabilizarnos.

Es la primera vez que vivo una relación como la nuestra. Ahora sé con seguridad que la culpa de mis anteriores fracasos ha sido mía. Pero contigo es diferente: tú me has enseñado a vivirte y yo he crecido.

4/11/08

3/11/08

...

Me han robado el texto, lo tenía escrito en mi mente y ha desaparecido. No creo que me lo haya dejado olvidado en alguna parte, pero aún así he vuelto sobre mis pasos por todos los lugares que había pasado. He repasado, también, todos mis enemigos, aquellos que saben que el daño más grande que pueden causarme es dejarme sin palabras y, con ello, hacer desaparecer la sintaxis de mis sentimientos. Estoy rabiosa, no quiero negarlo, mi texto se ha convertido en algo sagrado para mí. ¿Quién me lo ha podido coger? Me han dicho que no me preocupe, que ya aparecerá, que lo más seguro es que lo haya traspapelado por los cajones de mi desordenado corazón. Pero sé que si ya estaba en mi mente es porque la razón cerró con llave mis entretelas privándome del arrepentimiento por lo que no se halla en mi corazón. Estoy segura de que lo ha cogido alguien pero no puedo entender por qué.

1/11/08

la ramblita

El barrio donde he vivido hasta que me fui de casa de mis padres se ha hecho mayor. Me refiero a que su gente ha envejecido lo suficiente como para pensar que es un barrio de yayos. Los hijos nos hemos ido ya de casa y se han quedado ellos y sus plantas y sus viejos sillones y su nueva tele de pantalla plana o de plasma. Los jóvenes que hay por el barrio son hijos casados que han vuelto a casa de sus padres porque estos, o bien han muerto o bien han decidido retirarse a la segunda vivienda, en algún pueblo tranquilo.

Hace unos diez años, algún político que quería ganar sus votos decidió construir, en medio de una avenida ancha que tiene el barrio, una rambla para que pudieran sentarse en los bancos a tomar el sol, o pasear detrás de las primeras bicicletas de sus nietos mientras que intentando no farfullar demasiado cuando les advirtieran de que estaban a punto de atropellar a algún transeúnte.

La rambla quedó muy bonita; es de unos diez metros de ancho, bien asfaltada en color naranja, con los laterales protegidos con unos parterres en forma de montículo que los separa de las dos calzadas. Unos arbolitos supuestamente separados según estudio de jardinería se hallan plantados en estos parterres, cuya tierra queda cubierta con un frondoso césped de un verde oscuro que llama la atención.

Ahora la rambla, diez años después, es un claro ejemplo de la inexorabilidad del tiempo. Los árboles que en su momento eran delgaditos y jóvenes con incipientes copas se han hecho gordos y frondosos, por lo cual, a los viejecillos sentados en los maravillosos bancos de forja no les llega ni un rayo de sol; por otro lado, dada la orientación de dicha ramblilla corre un biruji que paquéoscuento. Esto junto con la impuesta sombra es causa de que se cree, como una voz espectral, una acompasada melodía de castañeo de dientes postizos. Los viejecillos, se sientan en los bancos a semanas intermitentes: una de banco y la siguiente de guardar cama. Del césped, ya no queda ni el recuerdo.

Pero no sólo eso, el señorarquitectodeparquesyjardinesdeloscojones no pensó que al estar los árboles plantados en los montículos, sus raíces profundas quedaban a la altura del asfalto naranja por el cual debían pasear los cansados y ajados viejecillos de mi antiguo barrio. Cosa, la falta de previsión, que ha provocado que las raíces hayan levantado todo el asfalto creando como una serie de nervios cóncavamente repujados que impide la circulación de alguien que no se haya iniciado en el equilibrio y el funambulismo. Por lo cual, toda la ristra de viejecillos circula en fila, arriba y abajo de la ramblilla, por el centro exacto de esta, que es donde las raíces aún no han alcanzado
la superficie, debiendo ceder el paso más de una vez a los viandantes que vienen de cara. Los triciclos de los nietos se han ido cambiando por bicis de trial, más propias para pasear por el lugar.

Ni que decir tengo, que más de un banco, de esos que imitan la forja (preciosos, sí), gracias a las raíces profundas, ha adquirido una inclinación parecida a la del Titánic en su momento más crítico. Por lo cual mis reumáticos y pinzados ex vecinos se las ven y se las desean para poderse sentar de una forma digna a su edad.

Lo bueno que tiene, porque también algo bueno debía de tener, es que los vecinos evitan circular por la ramblita los domingos por la mañana, no sea que con el tortel de nata en mano y sin poder apoyar las dos en el suelo en caso de emergencia lo hagan con los piños, que la pensión no da para otra dentadura.

Ahora que pienso, ¿habrá pagado el gremio de dentistas la dichosa ramblita?

31/10/08

Viviendo del cuento

Es el primer cómic que me compro y en realidad no es un cómic. Me lo recomendó mi librera predilecta diciéndome que me iba a gustar mucho y así ha sido. Me ha gustado, sí, pero es un libro bastante especial. Habla sobre el diseño desde un punto de vista muy crítico e irónico (por esto me ha gustado).

La parte que menos me ha gustado, es que está lleno de faltas de ortografía. Supongo que tanto el autor como la editorial han considerado parte del diseño saltarse las normas ortográficas. El otro día hablaba del tema en un post y hoy me lo encuentro de cara en el libro que estoy leyendo. En fin… ¡todo sea por el diseño!

30/10/08

Pinito poético

Porque a veces soy como tú
y acarreo con lo que me echen,
en silencio y mansamente,
con las orejas bien erguidas
porque el orgullo no se pierde.

Soy diferente en el rebaño:
Callo
más que balo,
y a pesar de que soy obediente
nadie
rige mi mente.

Palo tras palo obedezco,
soy muy mansa
pero de corazón terco.
Fuerte y dura como el roble,
tierna e infantil
como el lobezno,
puedo provocar en la gente
cualquier sentimiento del espectro.

Pero qué burra me siento
cuando la noche me acecha
tan lejos de tu lecho.
Entonces, soy cobarde,
de corazón pequeño,
y necesito verte
y preciso con urgencia tu voz,
pues le tengo miedo a la muerte.

29/10/08

Domingo en soledad

Estirada en la cama, con una botella de litro y medio de agua Font Vella, con El País que muy matutinamente he ido a buscar (la cenutria de dintel se pasó el sábado diciendo que cambiaban la hora pero, al final, ella se olvidó de cambiarla), me dedico a leer el suplemento de belleza que acompaña al periódico. Normalmente se queda sin abrir porque no es un tema que me interese demasiado y suelo dejarlo para el final por si tengo tiempo, cosa que no suele ocurrir. La soledad de este domingo hace que sea lo primero que lea.

¡Qué depresión! No sé cómo puedo ir por la vida sin haberme operado como Marilyn. Será por eso que no me siento “arreglada”, como ella, simplemente con un pañuelo en la cabeza, unas gafas oscuras y los labios rojo…, esperad que busco el adjetivo…, eso, rojo flamígeo. Más bien, si yo me pongo eso me siento como una mona de Pascua.

Paso página y me encuentro que no tengo “la piel de luna”, tomaya, que mis melaninas y mis hemoglobinas, pigmentos estos deloscojones, han decidido mancharme la piel y, claro, sin un camuflaje antimanchas poco puedo hacer.

Y lerda que es una, para seguir en la línea, tampoco he adquirido el “Phyto Lip Shine” (eso de phyto me suena a cuando estudiaba botánica), por lo que no tengo “más color que mi gloss” (niputaidea, no preguntéis), ni tengo la sonrisa resplandeciente, ni los labios hidratados, con volumen, pringosos (cual la miel), ni suaves, ni protegidos. ¡Vayapordiós, qué perraca llego a ser!

Páginas más adelante me encuentro que hay una crema que “recupera la piel de tus recuerdos”. ¡Toma ya” Mi piel melanínicamente manchada también es alzhémica. Y tal la maravillosa crema que es “rectificadora sin cirugía”. He de confesar que aquí he tenido que detener mi lectura para controlar mi respiración y evitar que la taquicardia fuese a más. Sepáis, luego no me echéis en cara que no informo, que esta super cream “consigue rectificar aquello que nunca se ha alcanzado en quirófano”. ¿La inteligencia?, pregunto.

Entonces, como parece ser que sobran páginas y se tienen que rellenar, en una de ellas te recomiendan un buen baño, no más. Eso sí, con el título de “Terapia en la bañera: Manual de uso. ¿Cómo se prepara un baño relajante?” (y nada tiene que ver con masturbarse). Y en dicho manual, no hay más que un listado de diferentes productos con sus pertinentes marcas: exfoliante de Pichimonty, gel de Troplides a la esencia jamonosa, esponja natural de I ves Ras Kdo, jabones naturales, aceites, sales antiestrés (lógicas, con lo que estresa preparar un baño con todo esto sin olvidarte nada). Total, como preparar el caldo de Navidad.

Y llego a la página, y con ella acabaré, en donde quedan claros los niveles. El artículo (por llamarlo de algún modo) se titula: “Diez verdades y mentiras de la belleza” ¡Carambola! Copio textualmente:

Ser atractivo es una cuestión de centímetros y kilos. Falso.
Los retoques estéticos causan adicción. Verdadero.
Los tacones de diez cm son una moda inocente. Falso.
La crema perfecta es la más cara. Falso.


En fin, ¿qué sueldo debe cobrar una mujer (los hombres están empezando) para poder seguir los consejos de dicha revista? Entonces es cuando las mileuristas salimos a la calle con la famosa pancarta de “la arruga es bella y mi fealdad, también”, entonando el grito de “No me llames Marilyn, llámame Concha” (Guiño cariñoso a mi admirado Forges).

Nota Post Post:
No podía dejar de comentar la página 18, donde afirman la máxima: "El pelo corto es a la mujer lo que el largo al hombre: un acto contestatario”. Las doble página nos muestra siete fotos primer plano de unas bellezas, no despampanantes, pero yalasquerríayo, con unos ojos… unas naricillas… unos mentoncillos, que para qué mentarlos ,y, ya os lo podéis suponer, les queda el pelo corto chachipirulibalanbanbú. ¡Ay! Si esos cortes de pelo se los hiciera una chica de a pie, otro gallo cantaría y la llamarían bollera. En fin, callo ya, paso de meterme con la biocosmética o la cosmética verde… que me da que pensar… ¿Habrá cosmética para blogueras?

28/10/08

Abuso. Obtuso. Inconcluso.

Bebes. Llegas tarde. Todo tiene que ser ya. Te enfadas porque la cena está fría. Tiras el plato contra el suelo. Obligas a hacerte un par de huevos. ¡Los tuyos! Le gritas. Ella llora. Te sientes fuerte. La atraes hacia ti. La sientas en tus rodillas. Con una mano untas pan en los huevos. Con la otra le das una colleja para que calle. La manoseas mientras te llevas el pan mojado a la boca.

27/10/08

Normalidad

He pasado el día bajo la tiranía de la normalidad, ese monstruo pacífico y engañoso de piel anodina y viscosa a la que hay que decidir si plegarse o no. Las horas, más largas que de costumbre, jugaban con mi paciencia intentando acabar con ella. El suspiro ha sido mi más fiel compañero en esta interminable jornada. He anhelado la senescencia de este acendrado día desde el mismo momento en que el aire y el rocío de la incipiente mañana se han estado burlando de mí. Hace un rato, cuando los cielos viraban hacia el rojo he soltado un último suspiro deseando que mañana sea un día radiante de plenitud. Me he sentido melancólica; te he imaginado, en alguna parte, a lo largo de otra melancolía.

26/10/08

El Burda

Pensé que en mi juventud había puesto mucho empeño en recortar unos patrones que se ajustaran a mi vida, pero está claro que en algo me equivoqué. Voy arrastrando el bajo de mis celos que se descosen continuamente. La cremallera de la diplomacia no funciona bien y siempre acabo metiendo la pata. Tengo un agujero en el bolsillo derecho de la esperanza, por donde pierdo los intentos de lucha y las ganas. Se me caen los pantalones porque no se ajustan bien a la cintura del ánimo. Llevo la ilusión cosida al bies sesgando todas las cosas buenas de mi existencia. La amistad me queda corta de sisa y la rasgo sin darme cuenta, frecuentemente. Cuesta desabrochar los botones de la envida porque los ojales de la autoestima son pequeños y cerrados. La tristeza hace arrugas en la tela de mi semblante.

No fueron los patrones, me equivoqué al tomar las medidas. Mi vida no es de mi talla, me viene grande.

25/10/08

Basta ya

Mientras duermes, me he levantado a saborear con dolor los últimos tragos de amor que me diste ayer por la noche. Conoces mi sed y quieres saciármela, pero ya tu líquido, que un día fue ambrosía, no me satisface como antes. Me he empachado de ti. Hoy pienso dejarte. Me estoy armando de valor, en mi ordenador, entre estas palabras para decírtelo cuando despiertes. No es que haya otra, no, es que hay muchas más y he llegado a la conclusión de que no quiero perdérmelas. Pensé que eras mi puerto pero no quiero anclarme en ti. Quiero tener la libertad de navegar por el mar que me apetezca y atracar en los puertos que guste y contigo no puedo, te estoy viviendo como un lastre.

Sé que te dolerá, tú siempre has preferido la verdad a la mentira, ya basta de callar porque tus besos me tapen la voz. Te quise. Te quiero. Pero no eres lo absoluto, aún no.

24/10/08

Los ojos del hermano eterno

También me lo dio mi librero, pero esta vez no acertó. Me lo leí porque soy persona de leer casi todo, me guste o no me guste. Hay gente que considera que hay demasiados libros y poca vida para leerlos, por lo que es mejo leer cosas que gusten. A mí me da igual, prefiero no pensar en todo lo que dejo de leer porque me estresa y me pone de mal humor. He descubierto que aprendo igualmente leyendo cosas que no me gustan o que no estoy de acuerdo, por lo que no lo considero pérdida de tiempo. Porque en el fondo, lo que me gusta de la lectura, es lo que aprendo con ella. Es el aprendizaje y su proceso lo que realmente me apasiona. Y me apasiona de la lectura y de mil cosas más.

Este librito es una leyenda con todas las de la ley. Se lee mientras te comes un bocadillo y esperas los cinco minutos para eructar la coca-cola que lo acompaña. Como toda leyenda, lleva incluida la búsqueda de la verdad. Para quien le guste este tipo de lecturas con moralina incluida, pues no está mal.

23/10/08

Los hombres que no amaban a las mujeres

Toma este. ¿Me gustará? Creo que sí, es de los que enganchan.

Y vaya manera de engancharme; llevo tres días con él pegado a mí. Si tenía cinco minutos, o tres o uno o, apenas, segundos, habría la página por la que iba y a leer, aunque fuera sólo una frase. Le he robado tiempo a todo para pode dedicarselo a la lectura y ya no sólo eso, no, sino que al ser esta de misterio, he estado los tres días dándole al coco, haciendo hipótesis y conjeturas, de manera que tengo la impresión de haberme zambullido en este libro durante los tres días seguidos a tiempo completo.

No tengo ni que decir que he disfrutado tanto o más que cuando leía a Los Cinco o a Los Tres Investigadores. Creo que se nota en claramente en el párrafo anterior.

Lo que más me ha gustado es la distribución de los enigmas a lo largo de la historia. El trato de la información está muy bien llevado, bajo mi humilde parecer, que no perecer.

Un fin de semana largo, en una playa, con un buen jersey de lana para cuando empieza a atardecer, el otoño abrazando el paisaje y este libro y se tiene la sensación de que se vive bien. No me olvido la copa de vino, eso es indispensable. De todas maneras, por la época que es, al caer la tarde, es de bon vivant (cosa que me considero absolutamente) calentar el vino al fuego, en una olla, añadirle melocotón pelado, naranja o manzana junto con unas hiervecillas aromáticas que tienen los ingleses y disfrutar del ocaso, del libro y de la bebida.

Nota: esto de ocaso me ha sonado a jubilación. Lo que hace la costumbre en las palabras…

22/10/08

Tristeza personificada

El semáforo rojo ha impedido que pudiera coger el autobús. En la acera de enfrente, con involuntariedad, veo de reojo a la tristeza personificada: un hombre cuya altura vela la extrema delgadez con la que vive. Los brazos le caen paralelos al cuerpo, suspendidos e inertes. Viste una camiseta sucia en la que se adivina el color mostaza como original, y pantalones cortos de tela gris. Calza unas viejas sandalias y lleva el pie izquierdo enfundado en un calcetín corto, de deporte, con sus rayas azul y roja, totalmente estirado hacia arriba.

El semáforo cambia y toda la gente que se había aglomerado en la acera a esperar el verde se dispone a cruzar. Él permanece quieto, en su margen, con la mirada perdida, mientras la muchedumbre se entrecruza en medio del paso de peatones. A medida que se le va acercando, el hombre se aparta hacia un lado o hacia el otro, permitiendo que la gente pase sin rozarlo.

Una vez lo he rebasado, no puedo evitar girarme. El semáforo, rojo de nuevo. Me atrae su inmovilidad. Me fijo en las lineales cicatrices que fronterizan los brazos con sendas manos. Comprendo enseguida: se aparta de la gente porque no consiguió apartarse de la vida.

21/10/08

La chica que vende cupones de la ONCE

La chica que vende cupones de la ONCE en la caseta de la esquina de mi casa ve. El motivo que le ha llevado a este trabajo es una parálisis mental que le imposibilita el movimiento coordinado de sus extremidades.

Cada mañana, una viejecita acude a la caseta a la misma hora, las once y cuarto, hora en que yo tomo en el bar de enfrente mí único café del día. La chica que vende cupones de la ONCE abre la puerta de la caseta, sale, cruza la calle, entra en el bar y se dirige a los servicios con su torpe caminar, no sin antes mirar hacia mi mesa y sonreírme.

La viejecita se ha plantado delante de la puerta de la caseta, la sabe no cerrada y parece que eso la pone en tensión. Empieza a arreglarse nerviosa el vestido cuando considera que la chica tarda en volver. Se estira la falda para abajo, se recoloca los hombros se pellizca la blusa para colocar holgar el tejido; todo esto, sin apartar la vista de la puerta del bar.

La chica sale del servicio, me mira y vuelve a sonreírme y con su cadente baile asonante se dirige a la puerta de salida.

Cuando alcanza de nuevo la caseta, da un beso a la viejecita, que tiernamente la retiene para alargar un poco más el beso. Antes de irse, la viejecita, comprueba que esté cerrada correctamente la puerta y se va caminando por la acera, cargando el peso de la edad sobre la pierna izquierda.

De aquella manera que sólo el tiempo sabe hacer, he incluido, sin darme cuenta, esta escena en el protocolo de mi café.

Hoy no ha venido la viejecita, al principio, extrañada he pensado que se retrasaba, pero enseguida he tenido claro que no vendría. Mi café se ha quedado frío en la mesa.

Al salir del bar, me he acercado a la caseta de la ONCE y le he preguntado a la chica si quería ir al servicio.

—No es necesario —me ha contestado con una triste sonrisa—, tenía una necesidad imperiosa de sentirse útil.

20/10/08

Mi estimada lengua

El domingo por la mañana, en El País digital, leí una noticia (no he sido capaz de encontrarla y lindarla) sobre el nivel de escritura que tienen los estudiantes y realmente me parece alarmante lo que ahí se nos explicaba. Lo más alarmante, a mi modo de ver, es el hecho de buscar un culpable a la baja calidad lingüística con la que los alumnos afrontan su primer trabajo o la universidad. Esa culpa, en primera instancia, ha sido engatusada a los maestros y profesores que han tenido. ¡Cómo no! La culpa siempre la tiene la escuela. Ese centro obsoleto que no sabe parchear los problemas sociales que existen en sus alumnos. ¡Pobres maestros! Leerán el artículo y callarán. Ni uno dirá nada de las acusaciones que les hacen porque están tan acostumbrados a tener la culpa de todo, que una más no engrosará el montón de pecados. Pero, aunque no todos los maestros tienen esa calidad lingüística requerida, sí, la mayoría, así como la mayoría siente la terrible impotencia al darse de cabezazos contra una sociedad en la que, realmente, cada vez importa menos cómo se hable.

El artículo, que me pareció muy interesante debido a mi amor hacia la lengua, continua analizando quién tiene las culpas de este relajamiento lingüístico. Y estas, como si de un pastel se tratase, están repartidas.

Añadir que, por la tarde, en un anuncio en televisión (Antena 3, creo) se anunciaba un portal en el que podías bajarte juegos y te regalaban una entrada de cine y no sé qué pamplinas más. No tiene desperdicio la jerga con la que habla el chico, supongo que para delimitar hacia quién va dirigido dicho anuncio.

El artículo ha calado lo suficiente en mí como para despertarme esta mañana y ser lo primero en lo que piense. Soy persona de aquellas que no tiene la ortografía bien afianzada, a pesar de ser una gran lectora y de los millones de esfuerzos que hago por fijar palabras en mi mente y evitar así la garrafal falta. No he conseguido escribir sin faltas en toda mi vida. Y es de honor agradecer al corrector de mi tratamiento de textos y a la Rae, a la cual vivo encadenada, porque me evitan muchas de estas. Si vierais mis escritos en las libretas… están llenos de faltas.

Viendo la imposibilidad de solucionar el problema, empecé a buscar las causas, y parece ser que no son otras que cuestiones de hemisferios cerebrales. Me ha satisfecho esa explicación y con ella me he quedado. No sé si algún día escribiré sin faltas de ortografía, porque siempre me aparecen las mismas dudas, pero ahí tengo puesta mi meta lingüística.

En cuanto a frase, el orden de esta, la claridad en la exposición y la buena argumentación, creo que día a día voy avanzando mucho. Así que puedo sentirme contenta, más que nada, porque la lengua en mí está viva.

Hábitats

Aquí, en los foros, lo salvaje no busca moraleja ya que dispone de su propia razón. La lectora de foros se olvida a menudo que a necesidades diferentes, conductas diferentes, y se enfurece porque en el fondo le nace una incomprensión. En realidad, la mayoría de post son melodías distintas con la misma lírica; la agresividad del medio conduce a la supervivencia del más fuerte. Se forman unas parejas que disfrutan del sexo, mientras que el resto de los miembros pasará a ser pasto, energía para el medio.

En los foros, la muerte acecha a aquellos que no saben buscar la perfección y vivir en el equilibrio. Sólo los brillantes tienen cabida en el universo de las bestias. Amar y cazar son las herramientas de continuidad del foro. La recompensa del orgasmo se ha convertido en el reclamo suficiente para que valga la pena luchar en el campo del amar. Mientras, en el cazar, se esquilma todo lo nuevo a modo de bautismo foril.

Tácticas enrevesadas crean relaciones imposibles y un laberinto de intereses a cuatro bandas en las que todas intentan conseguir el trozo más grande del pastel. Las equivocaciones y los errores son frecuentes y necesarios porque la debilidad de unas será la fuerza de las otras.

Shhhh, silencio, la canción de la noche esconde una batalla para elegir a la reina del foro, ganará aquella que utilice el perfume más engatusador como extravagante ardid.

19/10/08

¿Quién eres tú?

¿Quién eres tú para decirme adiós cuando yo no quiero irme de ti? ¿Quién eres tú para darle finitud al amor que te profeso? ¿Quién eres tú para decidir que mi tiempo a tu lado ha concluido? ¿Quién eres tú…?

Sigo con la rabia pegada a mis entrañas y con la incredibilidad a flor de piel. He intentado romper tu imagen en mi mente en mil pedazos, pero obstinada se niega a fracturarse. Te bequé con tiempo para que recapacitaras y volvieras pero desdeñaste todo lo que vino de mí. Se me han hacinado tus sensaciones en el alma desencadenando un sentimiento que ha evolucionado de amargura a ironía y de ironía a sarcasmo.

Veo en tu exquisita elocuencia del silencio, como ya me tenías olvidada antes de pronunciar tu adiós. Cuando te hagas vieja y torpe y sin respuesta, tal vez recuerdes este instante y mi tristeza.