8/11/08

Depresivos

¡Qué miedo me dan las depresiones! No las propias, las ajenas. Las que sufren familiares y amigos. Reconozco que soy una inútil con respecto al tema, nunca sé que hacer, ni que decir. Con el tiempo, he aprendido que a un depresivo no puedes decirle “deja tu depresión, olvídate de ella y de tonterías y sal a divertirte”, porque precisamente la depresión es eso: una falta de fuerzas para afrontar la vida. Mucha gente piensa que el depresivo está así porque no hace el esfuerzo para estar de otra manera, porque no busca fuerzas dentro de sí para estar alegre y con ganas de vivir. Yo misma lo creí hasta hace poco, incluso me llegaba a enfadar con las personas depresivas porque pensaba que estaban bien como estaban o querían llamar la atención y por estos motivos no se esforzaban por cambiar, o sea, que estaban depresivos por opción propia.

No recuerdo qué resorte de pensamiento toqué para que evolucionara mi concepción con respecto al tema. Fue a la semana de haberse suicidado un amigo. Sabía que estaba depresivo, pero, vamos, ni pasó por mi cabeza que pudiera llegar a quitarse la vida. Cuando me lo comunicaron lloré poco, sentía rabia y enfado y muchas sensaciones más que nunca he sabido definir, las cuales impidieron que el dolor se manifestara.

Fui la última persona que habló con él. A tener una conversación, me refiero. Sentados los dos en un pub de su barrio, con sendos wisquis y unos cacahuetes para compartir, después de un par de años sin vernos, me contó cosas de su vida. Hacía poco que había salido de un centro de desintoxicación de medicamentos. Me estuvo narrando cosas muy insustanciales. Al final, me preguntó si le veía bien. “Físicamente te veo muy bien.” “¿Pero…?”, me preguntó él. Me conocía perfectamente y sabía que nunca le mentiría. “Pero… tus ojos no tienen vida”. En menos de 24 horas todo su cuerpo también dejó de tener vida.

A pesar de que nunca me he sentido culpable por esa conversación, pues tengo muy claro que cada adulto es dueño de sus actos, a pesar de eso, una pregunta me acompaña: “¿Debí mentirle?”.

Esa noche, entre wisquis, aún no entendía que la depresión es un síntoma a parte de ser una enfermedad. Una enfermedad que tienen siete octavos ocultos y uno que aflora entre aguas de la vida. Y es esa puntilla del iceberg la única que nos puede dar pistas de la existencia de una depresión. Y da miedo, sí. A mí me da miedo, sobre todo tirar de la punta y ver en su totalidad la dimensión de ese iceberg.

Seguiré pensando sobre el tema, porque, de alguna manera, con su muerte, ya forma parte de mi vida.

18 comentarios:

Blau dijo...

Dintel, a mi madre le han diagnosticado depresión, la lucha es muy dura, pero estoy convencida que solo ella, como ser humano, puede ganarla.

Vaya tema para un sábado!

Besito

Anónimo dijo...

Yo creo que el suicidio es un derecho intrínseco del ser humano. Entretenido blog :D Salu2

without dijo...

La enfermedad del siglo XXI, hay quien dice que para ella está la pastilla de la felicidad (aporte de un neurotransmisor que nos hace sentir bien).

En definitiva, sólo somos reacciones químicas.

Besos

Irreverens dijo...

Sin duda, la depresión sólo se puede combatir desde dentro. Por mucho que te digan y te obliguen a hacer, sólo sales de ella dándole un giro a tu forma de pensar.
Los casos más graves necesitan medicación para activar ese neurotransmisor que falla o falta. En otros muchos casos, el hablar con una persona que sea capaz de hacerte ver cómo procesas los estímulos para que cambies tu enfoque puede hacer maravillas.
:)
Hablo por experiencia propia y por casos muy cercanos a mí (mi tía y mi padre).

Y una cosa muy importante: no hay que forzar al depresivo a hacer cosas que no le apetecen, pero sí tenderle siempre la mano para cuando se vea capaz de cogerla.

Petons

soyborderline dijo...

Te recomiendo, si me permites, "Verónica decide morir", es una reflexión sobre si el suicidio es una libertad personal y que no tiene porque estar relacionada con la depresión.
Está la depresión como enfermedad, y depresión generada por otro enfermedad mental. LAs dos jodidas.
Creo que hay muy poca información sobre este tema, y el desconocimiento de la sociedad respecto a esto, y el miedo general que se tiene sobre las enfermedades mentales, aislan mucho más a estas personas enfermas, agudizando así su malestar y no encontrando comprensión ni resortes donde apoyarse.
Yo, que soy una persona con trastorno límite de personalidad, y que lucho contra uno de sus síntomas la depresión, te diré que el apoyo de la familia es fundamental, y que el milagro del amor, es lo que me hace permanecer estable.
Un saludo.

Spica dijo...

...demasiadas teorias sobre el tema...pero cuando se siente, no sirve ninguna de ellas...es una carencia de habilidades para salir del agujero que paraliza todos los músculos, incluso el corazón y el cerebro...los convierte en reiterativos, les anula visión periférica...
...y la maraña de la soledad y la impotencia, se va adueñando de los rincones...
...es para dar miedo...las ajenas y las propias...un abrazo...

Anónimo dijo...

Depresión....prendida de una visión falta de toda vida...
Chungo, muy chungo!!!

Besos

eFi dijo...

Tema que viví en la adolescencia con mi abuela y que es complejo.

Si, al síntoma en sí, le sumamos las infinitas actitudes personales, nos da un universo que podemos llegar a ver, pero nunca comprenderemos el 100% del mismo.

Un beso y buen finde...

marga dijo...

seguramente eso que vos viste en sus ojos era lo que él sentía: que su vida no era vida
y contra eso hay muy pocas cosas que se puedan hacer

desde luego está la medicina y los medicamentos y las terapias, pero si eso no puede...

Sandra Sánchez dijo...

Lo que más miedo da es que las personas cercanas se llegan a acostumbrar a ella y a veces no les da la importancia que tiene hasta que ya no tiene remedio (como el suicidio).
Molt fort.

josef dijo...

Ufff que subidón me ha dado al leer tu post. Como tú yo también hablé con una persona horas antes de que se suicidara y esa persona fue mi hermano. De mi hermano pensaba que era incapaz de coger una depresión; de mi hermano pensaba que era la persona más vital del mundo, y muchas cosas positivas más. Pero de esa última conversación hay un recuerdo que ensambla perfectamente con la que tú mantuviste con esa otra persona: Sus ojos; nunca había visto sus ojos tan...muertos, tan desorientados o abandonados. toda la expresividad de la enfermedad afloraba en ellos y decía: hastío, cansancio, incredulidad, pero sobre todo resaltaba lo que no decían...Lo pasé m,uy mla después y tras quince años açun sigo pensando en el porqué cuando no hay un porqué verdadero sino tal vez muchos, demasiados. Uno pudieron ser los medicamentos; algo en lo que también coincide con tu amigo... En fin yo soy depresivo, pero me sé cazar cuando me adentro en ese estado y entonces mi única solución es doparme de ansiolíticos; de unos que en concreto me dan resultado y aunque no supriman para siempre mi tendencia una cosa está clara: Suicidarse es terrible, pero sobre todo para quienes están cerca de la persona que se suicida; por eso yo nunca lo haré o así lo espero, porque quiero respetar a todas esas personas que me quieren y tal vez, porque soy un poquito cobarde? No lo sé. Un placer haberte descubierto, me guardo tu link para volver, y por supuesto, hablar de otros temas...

Raquel dijo...

A mí también me da mucho miedo. Solía reaccionar como tú, pensando que igual que yo salgo de mis días malos, la gente depresiva puede salir de los suyos. Se dice pronto. Hablando mucho con un amigo que lleva ya dos años con medicación (eso también es otro tema), comencé a entender un poco más desde su lado, los días en los que nada nada te mueve y en los que a pesar de lo fuerte que seas, el abandono te cubre. Demasiados cambios afectivos, demasiadas inconsistencias para luchar con ellas.
Las pastillas le estabilizan, sí, pero su chispa se ha perdido un poco. Al menos él está ahí. Blau debe saber de cerca lo difícil que debe ser para unos y otros cuando se vive con ello.

Alex Sual dijo...

Hola, Dintel...
Hace tiempo que sigo tu blog... pero esta entrada en cierto modo... me afecta...
Yo he sufrido depresión... sufro depresión... y sufriré depresión...
No es algo que elijas vivir... llega... y se queda muy anclado en el interior del alma...
Todo lo que te digan... todo lo que intenten las personas que te quieren para sacarte de una situación así... a veces es inútil... porque por más que lo intentas... no puedes...
Mi consejo: ponerse en manos de un experto, de un psiquiatra...
Sí, hay que tomar medicación, ser cautelosos, resetear tu cabeza y tu alma... llorar... sufrir... intentar quitarte la vida... gritar de impotencia... porque por desgracia... lo que te duele... no se alivia con una aspirina...
Tengo mi blog: Una enfermedad en primera persona: mi depresión (http://alex-sual.blogspot.com/)... allí hablo de lo que he vivido... de lo que vivo.. de lo que siento... de lo que es padecer esta enfermedad...
Suicidarse... puede parecer de cobardes... pero cuando el alma te está quemando por dentro... buscas cualquier salida... aunque sea el suicidio...
Un saludo..

dijo...

No tengo mucho para decir, o tal vez si. Hace más de dos años tengo dignosticada depresión, y estoy medicada. Da miedo, tampoco por mí, sino por saber como se sienten los demás, los que la tienen y están peor que yo.
besos amiga

AdR dijo...

Hiciste bien en hablar con él. Fuiste tú, y siempre que eres tú haces bien.

La única forma que conozco de salir de la depresión es hacer lo que hago, caminar.

Besos

Saltinbanqui dijo...

Depresiones...que dificil incluso hablar de ello. Animo para quien la sufra.

:)

JESUS y ENCARNA dijo...

Seguro que para ti tambien fue una experiencia terrible... la depresión es una de las efermedades más incomprendidad por los que tienen la suerte de no haberla padecido nunca... se necesita mucha fuerza, mucha ayuda y mucha suerte para salir de ellas.
Un besico madrugador.
Encarna

paseosinperro dijo...

A mi la palabra depresivo me parece dañina en si misma, ya no es un estado sino una característica de la persona ¿No es eso una etiqueta que condena? Luego está la palabra depresión, asociada a un estado, generalemete pasajero. Esta palabra me parece más acertada, pero tampoco me gusta, esta llena de connotaciones negativas, como el ser una enfermedad, algo que no está demostrado, no en el sentido de ser una alteración cerebral. Prefiero la palabra tristeza, mucho más acertada y productiva, o la expresión estar perdido. Estas no llevan veneno en si mismas