1/11/08

la ramblita

El barrio donde he vivido hasta que me fui de casa de mis padres se ha hecho mayor. Me refiero a que su gente ha envejecido lo suficiente como para pensar que es un barrio de yayos. Los hijos nos hemos ido ya de casa y se han quedado ellos y sus plantas y sus viejos sillones y su nueva tele de pantalla plana o de plasma. Los jóvenes que hay por el barrio son hijos casados que han vuelto a casa de sus padres porque estos, o bien han muerto o bien han decidido retirarse a la segunda vivienda, en algún pueblo tranquilo.

Hace unos diez años, algún político que quería ganar sus votos decidió construir, en medio de una avenida ancha que tiene el barrio, una rambla para que pudieran sentarse en los bancos a tomar el sol, o pasear detrás de las primeras bicicletas de sus nietos mientras que intentando no farfullar demasiado cuando les advirtieran de que estaban a punto de atropellar a algún transeúnte.

La rambla quedó muy bonita; es de unos diez metros de ancho, bien asfaltada en color naranja, con los laterales protegidos con unos parterres en forma de montículo que los separa de las dos calzadas. Unos arbolitos supuestamente separados según estudio de jardinería se hallan plantados en estos parterres, cuya tierra queda cubierta con un frondoso césped de un verde oscuro que llama la atención.

Ahora la rambla, diez años después, es un claro ejemplo de la inexorabilidad del tiempo. Los árboles que en su momento eran delgaditos y jóvenes con incipientes copas se han hecho gordos y frondosos, por lo cual, a los viejecillos sentados en los maravillosos bancos de forja no les llega ni un rayo de sol; por otro lado, dada la orientación de dicha ramblilla corre un biruji que paquéoscuento. Esto junto con la impuesta sombra es causa de que se cree, como una voz espectral, una acompasada melodía de castañeo de dientes postizos. Los viejecillos, se sientan en los bancos a semanas intermitentes: una de banco y la siguiente de guardar cama. Del césped, ya no queda ni el recuerdo.

Pero no sólo eso, el señorarquitectodeparquesyjardinesdeloscojones no pensó que al estar los árboles plantados en los montículos, sus raíces profundas quedaban a la altura del asfalto naranja por el cual debían pasear los cansados y ajados viejecillos de mi antiguo barrio. Cosa, la falta de previsión, que ha provocado que las raíces hayan levantado todo el asfalto creando como una serie de nervios cóncavamente repujados que impide la circulación de alguien que no se haya iniciado en el equilibrio y el funambulismo. Por lo cual, toda la ristra de viejecillos circula en fila, arriba y abajo de la ramblilla, por el centro exacto de esta, que es donde las raíces aún no han alcanzado
la superficie, debiendo ceder el paso más de una vez a los viandantes que vienen de cara. Los triciclos de los nietos se han ido cambiando por bicis de trial, más propias para pasear por el lugar.

Ni que decir tengo, que más de un banco, de esos que imitan la forja (preciosos, sí), gracias a las raíces profundas, ha adquirido una inclinación parecida a la del Titánic en su momento más crítico. Por lo cual mis reumáticos y pinzados ex vecinos se las ven y se las desean para poderse sentar de una forma digna a su edad.

Lo bueno que tiene, porque también algo bueno debía de tener, es que los vecinos evitan circular por la ramblita los domingos por la mañana, no sea que con el tortel de nata en mano y sin poder apoyar las dos en el suelo en caso de emergencia lo hagan con los piños, que la pensión no da para otra dentadura.

Ahora que pienso, ¿habrá pagado el gremio de dentistas la dichosa ramblita?

17 comentarios:

Blau dijo...

Dintel, donde queda esa maravilla de ramblita??? hoy llueve y seguro es el día perfecto para pasar y ...

Feliz fin de semana!

Besos

Anónimo dijo...

De mayor, me mudaré a tu barrio, y en la ramblita seré funanbulista.
Aissssss mare!!!!!!!!

Besos

Mármara dijo...

Hasta que la jefatura de Parques y Jardines cambie de mano y a alguien se le ocurra que hay que serrar todas esas raíces, o talar todos esos árboles y sustituirlos por otros menos molestos. Por ejemplo.

Tanais dijo...

Pues que lástima la verdad...eso del pan para hoy y hambre para mañana no mola nada.

Anónimo dijo...

Mal de muchos, consuelo de tontos. Por aquí pasa lo mismo...

Miguelo dijo...

en mi ciudad no hay ramblitas asi... ju

Sandra Sánchez dijo...

La verdad es que has conseguido que mientras lo leía tuviera en mi mente una imagen muy surrealista de la rambla esa...(la he relacionado con los dibujos del último cómic que he comentado y le van que ni pintados jeje)...
;)

without dijo...

Hola Dintel,

El paso del tiempo es más evidente en la piel que en la piedra.

Besos

Rara Avis dijo...

cuando las cosas se hacen, comienzan mal, mal acaban desde luego ...

besitos grandotes guapa...

Mina dijo...

Bonita descripción de esa rambla con encanto, esa calle peatonal por definición tan propia de las tierras catalanas.
Besitos

Spica dijo...

...joe...pobres yayos...un abrazo...

isobel dijo...

no veas como te entiendo, a veces pienso que los que diseñan solo saben hacerlo desde el papel y el ordenador, no se dan cuenta de que el proyecto es para algo real y a largo tiempo, para disfrutarlo y no para mirarlo, tan difícil es utilizar un poco de juicio, si para ir a trabajar voy con las botas de montaña, para no matarme por el camino, es que lo de patinar nunca se me dio muy bien, besitos

Raquel dijo...

Una pena. Esa falta de previsión en muchos proyectos que se hacen... Y las consecuencias la pagan casi siempre quienes menos deberían.

Elipse dijo...

Ay...las ramblas,pensadas con una finalidad, para terminar siendo fatales!!

Pilar Cita dijo...

Los cargos políticos son tan efímeros, que sólo piensan en lo inmediato ... y eso cuando piensan.

AmetS dijo...

Ahi ahi, que se note como piensan a veces.... jajajaja
Esta claro que habria que cambiar tantas cosas que una no sabria ni por donde empezar...o quizas si...cuanto cuesta una caries?
jajajaja
;)

JESUS y ENCARNA dijo...

no te preocupes, que en cuanto tengan dinero, la vuelven a remodelar, que ya hay unos cuantos candidatos a las comisiones...
Muakas
Encarna