29/6/08

Estimado Alonso

Alonso, mi estimado Alonso Quijano tuviste que inventarte a tu Dulcinea del Toboso, como parte motivadora de vida.

De alguna manera, ahora, me siento como tú, amando a la perfección y deseando complacerla en todo lo que le apetezca, sirviendo con devoción a mi dama. Y puede esto parecer que no sea manera de amar, pero, par diez, que lo es, tú lo sabes. Es la forma más bella de amar. Es sublimar el amor en cada mirada, en cada gesto, en cada beso. Es besar en verso y pensar en soneto. Es palabrar el acto y actuar la palabra. Es una forma desinteresada y completa de amarla, porque mi felicidad no depende de lo que ella me pueda dar, si no de mi misma. Y estoy rebosante, Alonso, estoy llena, muy llena de ella. Mi dama es todo lo que tú querías de tu Dulcinea.

Me siento fuerte para enfrentarme a siete mil molinos, fuerte para arrebatar el yelmo a Mambrino y fuerte para morir, loca de amor, porque en el lecho de muerte seguiré pensando en la suerte que he tenido en esta vida de haberme topado con mi Dulcinea.

Alcemos la copa y vaciemos esta esencia de un solo trago.

Va por ti Alonso y por nuestras Dulcineas!!!!!!!

27/6/08

Frase

Una crisis es una brecha y una posibilidad de fuga.

(A pensarlo)

25/6/08

Ni churras ni merinas... obedientes.


A la voz de ar!!!

Limpieza

No sé cómo has podido dormir, esa dureza tuya me hace más daño que nuestra propia realidad. Después de nuestra conversación de anoche, me he levantado temprano y me he puesto a barrer el amor desperdigado en cada rincón de la casa. He sacudido de la alfombra nuestra antigua pasión convertida, ahora, en polvo. De los rincones del comedor he barrido el sacrificio de los malos momentos y, bajo el sofá, el amor que caía solamente con mirarnos. De la cocina, he recogido las sobras de lo que nos hemos alimentado estos últimos días, enganchadas en el suelo por oleosas gotitas de esperanza. Barro despacio, sintiendo el entumecimiento del dolor en cada músculo. Hago pequeños montocitos que más tarde recogeré. El suelo de nuestra habitación está hecho un desastre, jirones y jirones de amor forman pequeños tamos que se mueven con el aire de nuestros pasos, juntarlos, se me hace una tarea difícil. Poco a poco he logrado apilar todo el amor que ensuciaba tu casa y recogerlo.

Vine con dos maletas y una mochila cargadas de amor y me voy con un par de bolsas de basura, no sin antes, haber fregado toda tu casa con mis lágrimas.

24/6/08

Llámame...

...pero llámame hija de puta, que es más familiar.

23/6/08

Mi primer día de playa

La realidad es que toda la infancia y la juventud la pasé en la playa. Era de aquellas chiquillas cuyo color castaño de pelo, en verano, se convertía en rubio por estar todo el día bajo el sol.

La realidad es que, después de tantos años seguidos en la playa, no quería ver un grano de arena, ni oír ninguna ola y, mucho menos, sentir el sol, ni el salitre en mi cuerpo. Debido a esto y a que empecé a tener pecunia propia, inicié mis viajes por el mundo. Cosa que en aquella época me llenaba bastante y me daba la sensación de que no necesitaba nada más.

La realidad es que, con el maravilloso euro, nunca más he podido viajar; bueno, miento; el Barcelona-Madrid y viceversa lo he hecho un montón de veces ensardinada en un viejo autocar, Un autocar de esos que cuando bajas de él te recuerda que la edad es directamente proporcional al entumecimiento rotular.

La realidad es que, este verano, viviendo en la más absoluta de las soledades y en la más absoluta de las miserias vacacionales me toca de nuevo y por obligación disfrutar de la hermosa playa que Barcelona me ofrece.

La realidad es que ayer domingo era un buen día para playear, ¿por qué no? Después de tantos años sin ir, tuve que buscar el biquini en el fondo del armario (no es la acepción glamurosa que le correspondería). Y claro, no lo encontraba; no lo encontraba. Al final, rodeando a unas demacradas naftalinas, en el ángulo izquierdo de uno de los estantes, me apareció esa tela naranja (sí, en su época me lo había comprado naranja) que indicaba que ahí estaba.

La realidad es que me tuve una alegría y una preocupación al descubrir que me venía bastante grande. Alegría porque no estaba más gorda que la última vez, si no todo lo contrario y preocupación porque, ¿qué me iba a poner, si el biquini me quedaba como la túnica al Demis Roussos? El caso es que una madre siempre es socorrida y solucionó el problema.

La realidad es que una vez en la playa, ¡cómo cambian los tiempos!, decidí hacer eso del top les; qué curioso una “tope les” haciendo top les, ejem (seguro que sólo me hace gracia a mí).

La realidad es que antes no había hecho porque eran otros tiempos y casi no se hacía; eso era de “guarras” (como lo denominaban los chicos). Por otro lado, yo, practicante de windsurf, me sentía mucho más cómoda para saltar olas con el biquini completo.

La realidad es que, ayer, ni corta ni perezosa las solté (no sé si debo ser más precisa y escribir “ las extendí”) con la más absoluta de las tranquilidades. “¿Y el pudor?”, pensé ante la sorpresa de que no me produjera ninguna sensación especial. “Así, las tendré bien morenas.” ¿Bien morenas? ¿Bien morenas? Animalica que es una. Hace unos años las hubiera tenido bien morenas porque tenían su turgencia y su saber estar. ¿Ahora? Se desparramaron hacia las axilas, no hubo manera de mantenerlas en su sitio, y lo que es peor, dadas a su tendencia a colgar, se marcaron toda una serie de arrugas que tras unas horas de sol, mi piel recordaba a la del negativo de una cebra.

La realidad es que las recogí junto con la toalla, me fui al chiringuito y pedí un Martini doble para intentar olvidar tanta realidad.

22/6/08

Perdida

Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde.

Creo que sí que lo sé pero nadie me cree.

21/6/08

Con trapo en mano

Enjugo las gotas de un amor. Son las que quedan sobre la piel de mi enteco corazón. Intimidante resulta notarlo huesudo, totalmente avaro de cariño, prieto en hirsutos sentimientos y oliendo a total impericia. Con la atención centrada en sobrevivir, no puedo abandonarme en la pena; esa es la calamidad universal del ser. Soltando mi risa epidémica, enjugo los melifluos jirones de amor, dejando al osario de mi corazón como recua de mi alma, lugar este en donde se hacinan los recuerdos como despojos de mi existencia.

19/6/08

Meme que pasó Blau

Cuatro trabajos que he tenido:
1.- Camarera
2.- Pintora de paredes
3.- Secretaria de dirección
4.- Vendedora de souvenirs

Cuatro películas que puedo ver una y otra vez:
1.- Magnolias de Acero
2.- Invasiones Bárbaras
3.- Cualquier película de Kate
4.- Cualquier película que necesite estudiar

Cuatro lugares donde he vivido:
1.- Barcelona

Cuatro programas de tv que me gusta ver
1.- Documentales
2.- Cualquiera sobre literatura
3.- Dibujos animados
4.- Series de la Fox

Cuatro lugares a donde he ido de vacaciones:
1.- Siria y Jordania
2.- Jamaica
3.- Canadá
4.- Louisiana y Mississippi

Cuatro de mis comidas preferidas:
1.- Steack Tartar
2.- Bacalao en todas sus modalidades
3.- Verduras
4.- Crêppes

Cuatro sitios web que visito a diario:
1.- Google
2.- Mi blog
3.- Rae
4.- Correos (ejem, es decir, el lugar ese de Internet donde se almacenan los e-mails)

Cuatro lugares donde quisiera estar ahora:
1.- En el corazón de la persona que amo
2.- En mi sofá con un buen libro
3.- Cocinando
4.- Encima de un escenario

Cuatro trabajos que me gustaría tener:
1.- Dibujante de animación
2.- Chef
3.- Escritora
4.- Pescadora

Cuatro famosos que he conocido:
1.- Bastante elenco del teatro catalán
2.- A uno de los impulsores de las Olimpiadas de Barcelona

Cuatro platos que detesto:
1.- Entrañas y demases vísceras.
2.- Carne de segunda
3.- Cualquier plato mal cocinado
4.- Cualquier plato que contenga pan mojado

Cuatro electrodomésticos que tengo, que sean fuera de lo común:
1.- Una plastificadora
2.- Un palomitero
3.- Dos focos de teatro(no sé si esto cuenta pero como se enchufa…)
4.- Una luz negra

Cuatro posibles primeras impresiones que causo: (esto creo que habría que preguntarle a los demás)
1.- Seria
2.- Borde
3.- Prepotente
4.- Noble

Cuatro copas favoritas:
1.- Ron añejo con cola
2.- Un buen vino (menos los rosados)
3.- Cava o un buen Champagne
4.- Cualquier licor que no sea dulce ni contenga anís

Cuatro olores favoritos:
1.- El de la piel de quien amo después de hacer el amor
2.- El de los libros
3.- El de la vida después de llover
4.- El del recuerdo

Cuatro cosas que me encanta hacer y que no tienen que ver con mi carrera:
1.- Hacer el amor
2.- Escribir
3.- Leer
4.- Dibujar

Cuatro cosas para las que estoy negado:
1.- Idiomas
2.- Entender las instrucciones de los aparatos eléctricos
3.- Ser social
4.- Comerme algo que no me gusta (en todas sus acepciones, ejem)

Cuatro cosas que colecciono:
1.- Libros

Cuatro canciones favoritas:
1.- I Don’t Know How To Love Him, Jesucristo Superstar
2.- Memory, Cats
3.- On My On, Los miserables
4.- I will survive
5.- No Matter What, Whistle Down The Wind

Cuatro libros favoritos:
1.- Madame Bobary, Flaubert
2.- Cien años de soledad, García Márquez
3.- Le gran Meaulnes, Alain Fournier
4.- La espuma de los días, Boris Vian

Cuatro invitaciones para este cuestionario
1.- Pulgacroft
2.- Conso
3.- Elipse
4.- Irreverens

(No tengo ni idea de si ya os lo han pasado)

17/6/08

Dejarte marchar

Difícil decir adiós y dejar marchar sin que tu cerebro se llene de añoranza y tu corazón se vacíe de amor. La repugnancia que ha surgido entre mi mente y mi alma detiene mi tiempo en tu ser. Quise acceso directo a tu pasado y sobre todo a tu futuro, buscando esa inexplicable sensación de totalidad, y al negármelo tú, me he quedado sólo con mis bastardos pensamientos. Una creciente negrura impregna todo mi proceder retrogradando mis pasos en la vida. Qué difusas se vuelven las lindes de nuestros objetivos cuando acotamos de semejante manera el sentimiento. Las obviedades son molestas por lo que mi elección no ha podido ser otra que dejar que te vayas y mi mente ha entrado en disertación con tu nombre, diciéndose largas parrafadas que, junto con la intromisión del corazón, no sirven para nada. ¿Qué tiene de reprochable esto? Sencillamente, que ya no puedo vivir. Me he quedado impregnada de ti hasta la médula y sin ti, no soy nada, (como reza la canción). Yo soy de esa clase de almas fieles a lo que siente el corazón.

15/6/08

A mi desgaire

A tu lado, en silencio, aguardo a que vuelvas tu inicua mirada sobre mí. Sólo me queda la impávida espera de la persona que ha perdido toda esperanza. Mi vida, ahora, remedo de lo que fue, pierde esencia con el transcurrir de los días. Te di cincel para que me labraras el alma, remozando, así, mi persona. Pero, subrepticiamente, me robaste el corazón para jugar con él, dejándolo, luego, desarropado a la merced de los gregarios buitres de mi propia conciencia. Y a pesar de todo, sigues siendo mi diosa; y a pesar de todo, no puedo olvidar mi atrición. Vivo haciendo acopio de mi propia vida, a ver si su natural impulso me invita al olvido. Pero, ¡oh, mi diosa!, solo soy capaz de murmurar las liturgias de temores que contigo aprendí. Con espectacular voracidad me alimento de tu recuerdo paseándome por el filo de mi propia hecatombe.

14/6/08

Vida en desuso

En este simulacro de vida que estoy viviendo, paseo con lucir sombrío mi persona por las calles de esta ciudad. Al atardecer, el cansancio y la brisa desgastada me incitan a que derrame un verso del estribillo que contiene el poema de mis deseos y me convierta en una gris contable de fracasos. Íntimos desmoronamientos corean la última hora de sol y cuando este se oculte, aparecerán los fantasmas para jugar con las piedras de mi pasado.

Con la luz, las alarmas trinaran de nuevo y el circo de los hombres volverá a levantar la carpa de la mañana con somnolencia y esfuerzo, veré que el nuevo día no me alumbra porque mi historia está hecha de sombras y se balancea al ritmo de unas insonoras notas que contiene una vieja partitura de vacío.

12/6/08

No soy la única!!!

No soy la única que grita y no se le oye.

11/6/08

Ultimatum

Ayer le di un ultimatum:

— O te vas tú o me voy yo, pero ya no quiero vivir más contigo, sólo piensas en ti.

Continuó sentado en el sofá como si oyera llover, masticando con la boca abierta las patatas fritas mientras me observaba con cara de incrédulo, pensándose que todo iba a continuar igual, como siempre.

Esa noche encontró cerrada mi cama y a mí, atrincherada en ella, con todas las llaves necesarias para cerrarle mi vida, también. Aferrada a ellas me quedé dormida.

Cuando desperté, vi que había ganado la batalla, mi egoísmo se había ido, hizo sus maletas, cargadas con todo su propio interés y salió por la puerta de casa sin tan siquiera dar un portazo.

Y ahora ya puedo amarte, cariño, sin que yo misma interfiera en nuestro amor.

10/6/08

Siete minutos

Siete minutos para escribir, para desmenuzar el verbo amar y convertirlo en poema.
Siete minutos para sentir el deseo de encontrarnos en una y otra parte.
Siete minutos para compartir el silencio que, roto en pequeñas porciones, nos acerca.
Siete minutos para rozar nuestras manos, que se tocan inoportunas al final de cada palabra escrita.
Siete minutos para desearte.

7/6/08

Mar del Deseo

En este viaje que es la vida, que alguien inició sin pedirnos permiso ni dinero, en el que con ecos de otras voces llenamos las carencias de nuestro andar y con las manos duplicadas, de soporte para nuestro cansancio, recogemos frutos para alimentar nuestra consciencia, nos encontramos con sombras que irradian luz propia: el amor y el deseo.

Y aunque en nosotros existe la opción contraria de la vida en soledad, sucumbimos a estas sombras y adquirimos la necesidad de ser en otro. Es tan grande esta necesidad que inclina sin oposición a los débiles y fuerza sin remedio a los fuertes, a pesar de las pérdidas de carácter que ello comporte.

Sucumbidos, dejamos de andar y flotamos a la deriva entre deseo y deseo, varando, con suerte, en las orillas del amor para buscar con ansia su néctar y saciar la amarga sed que provoca el constante anhelar. Se producen salvajes naufragios en este Mar de los Deseos y reímos a salvo desde nuestra balsa pensándonos que no nos ahogaremos en él; el eco del horizonte nos devuelve el sonido de una risa sin convicción.

5/6/08

Mientras duermes

Despertarme en mitad de la noche porque tu calor se acerca al mío convierte en consciente el deseo de perderme en ti. Mientras duermes, la luz de una farola callejera se confabula conmigo y a través de la persiana mal cerrada me permite intuir las curvas de tu cuerpo que momentos antes de dormirnos, con las manos sobre ellas, dimensionaban mi anhelo. No me atrevo a tocarte, la placidez con que duermes me inmoviliza y, en silencio, siento como pide su ración mi sexo.

Me dormí llena de ti y de ti sigo llena, pero el deseo no quiere saber ni de capacidades ni de sentido común, sólo de eficacia y operatividad, y sacude mi razón con las esperanza de que, como anoche, mezclemos en nosotras nuestros yos para alcanzar el cenit y, con las miradas temblando por el esfuerzo, entrecrucemos nuestro amor, mientras nuestros cuerpos sudorosos entrecruzan el orgasmo.

Te contemplo sin atreverme a rozarte. Es mágico este momento en que estamos los tres: tú. yo y mi deseo.

3/6/08

Pensamiento al despertar.

Sé que no tengo suficiente vida para demostrarte lo que significa un "te quiero" tuyo.

1/6/08

Bienaventuradas las que chatean porque ellas entrarán en mi Reino

Apareció en mi vida, como todas las otras, a través del Chat. La verdad es que es un medio que me va muy bien porque puedo coquetear con más de una a la vez y es casi imposible que lo averigüen. Bendito Internet. Con un poco de organización, logro tirármelas a todas, e incluso, si me apetece, puedo salir con varias al mismo tiempo.

Siempre consigo lo que quiero, es bien fácil. No me cuesta nada embaucarlas. Enseguida descubro cuales son sus debilidades. Pobres ingenuas, la mayoría de ellas desquiciadas y desequilibradas; les escribo un par de palabras dulces; me hago un poco la desgraciada, abandonada por amor y sufriendo por ello (les encanta la empatía con esto); les doy cariño, al principio poco, para luego ir aumentando la dosis, así les creo la adicción hacia mí; les regalo alguna que otra promesa que su antiguo amor no cumplió y, ya son mías. El truco es bien simple: que se sientan especiales. Son tan grandes sus carencias, que con mi buena intuición puedo hacer que se enamoren de mí casi sin trabajármelas.

Con ella, el coqueteo se convirtió en todo un arte. Me costó mucho descubrir por dónde entrarle. Era más joven que yo, con un desparpajo muy atrayente y sobre todo, muy lanzada. Se mantenía lejana, aunque juguetona. Cuando hablábamos en privado, notaba que me excitaba el hecho de intentar conseguirla. Me la tenía que follar aunque sólo fuera una vez. No es que me gustara, pero conquistar a través de este medio tiene su morbo y si encima, ella, es un cuerpo joven, morbo y medio. Ya dudaba de que pudiera conseguirla, cuando de repente, un día, empezó a hablarme de su familia; padre alcohólico, madre trabajando día y noche y ella llevando la casa y cuidando de todo el mundo, incluso de un hermano más pequeño. El pan nuestro de la familia desestructurada. Ahí cambié de táctica. Me volví más maternal cuando hablaba con ella, era lo propio para suplir las carencias afectivas que tenía. Empecé a preocuparme por si comía bien, por sus dolores de cabeza, para que saliera con sus amigos. En realidad, haciendo de “mamá” cada vez me ponía más hablar con ella. Disfrutaba de la dificultad de conquistarla. Yo le escribía palabras calientes para incitar a que ella también me las dijera. Me encanta sentirme húmeda. Al principio no conseguí nada, pero entonces ataqué directamente a lo sensible, a la fibra: le dije que me estaba enamorando de ella, que ya sabía que era mucho más joven que yo, pero que mentalmente me superaba en muchas cosas, que la admiraba sinceramente y que tenía mucho que enseñarme… se lo creyó, la pardilla. Es tan fácil, mi inteligencia siempre supera a estas carentes de amor. Tengo comprobado que si les dices que te gustan, enseguida se cuelgan de ti. Además, voy con la precaución de ir despacito al principio, soltando algún tejo que otro, para ir aumentando la intensidad de la relación, a medida que veo como la otra persona va acercándose a mí, hasta concluir con la declaración de mi amor absoluto. Lo tengo todo estudiado.

Conseguí que me diera su número de móvil y entonces sí que disfruté. Me estiraba en la cama, mientras hablaba con ella, conquistándola a cada palabra para culminar en una explícita provocación. Creo que ella ya se estaba enamorando de mí, porque se ofrecía a todo lo que yo le pedía. Es la estúpida manera que tenía de demostrar el amor que sentía. Y cuando yo estaba bien caliente, me tocaba y me masturbaba con ella al teléfono y le dejaba oír mis jadeos. Sé que eso la volvía loca. Acababa diciéndole que la amaba desesperadamente y que la deseaba, que ya no podía soportar más no tenerla entre mis brazos. Mi plan estaba funcionando. Cuando pensé que ya la tenía en el bote, me inventé una excusa para invitarla a pasar unos días en mi casa. Era la parte que más me gustaba: con un poco de toque amoroso conseguiría que se ocupara de mí y de mis necesidades.

Llegó en autobús a mi ciudad. Le había dado la dirección y le dije que no podía ir a recogerla porque trabajaba. Esa tarde mientras ella me mandaba mensajitos en el móvil: “estoy aquí”, “estoy acullá”, “estoy nerviosa y con ganas de ti”, etc., yo estaba dándole algún que otro repaso a una ex que tenía no muy lejos de mi casa, aprovechando que su novia sí que estaba trabajando (si lo difícil es tirártelas la primera vez, luego, todo es coser y cantar). No es que les quiera hacer daño, sólo es cuestión de que me encanta tenerlas detrás de mí y sentirme con el poder emocional sobre ellas. Si ellas son tontas y se dejan embaucar, ¿de quién es la culpa?

Cuando llegué a casa me la encontré en el vestíbulo de la portería esperándome. Se puso en pie de un salto y se acercó a darme dos besos. La noté nerviosa y no desaproveché la ocasión, me puse a cortejarla desde ese momento; le cogí de la barbilla y la besé en los labios. Qué sabor tan dulce tenía, comparado con el de mi ex. Ahí tomé la decisión de lanzarme a conquistar jovencitas, son mucho más fáciles de engatusar y funcionan mucho mejor. Subimos al piso y no le dejé hacer nada. La fui empujando entre besos y caricias hacia mi habitación y ahí “hicimos el amor” (como lo calificó ella), una y otra vez, hasta que quedé bien saciada y me dormí. Al día siguiente me echó en cara, cariñosamente, eso sí, que no me había preocupado de si había comido algo el día anterior. ¡Qué le dieran por culo a la niña!

Me encantaba. Era joven y dulce y cayó totalmente rendida a mis pies. Yo prometiéndole el oro y el moro conseguí todo lo que quería de ella. Tengo un gran carisma para estas cosas. Como se sentía en deuda conmigo (esto les suele ocurrir a todas), porque estaba alojada en mi casa, era ella la que costeaba las compras y las cenas en restaurantes y las cañitas y las copas por ahí. Y cuando me iba a trabajar, ella se quedaba ocupándose de todas esas tareas domésticas que yo tanto odiaba. Ella muriendo de amor por mí y yo con una chacha gratis. Luego dirán que la vida es dura.

Una tarde, le pedí por favor que se fuera hasta correos y me buscara un paquete certificado que había llegado. Me excusé diciendo que me quedaba trabajo de ordenador por acabar. Después de estar chateando un buen rato, cosa que añoraba bastante, y, después de asegurarme que no perdía a ninguna de mis adeptas (hice ronda de privados y melosidades), con cuatro tonterías le monté una cena sorpresa. Preparé la mesa lo mejor que supe y puse dos velas blancas en medio (nunca he entendido por qué les encanta esa chorrada). Cuando calculé que ya estaba a punto de volver, cerré el ordenador y la esperé tranquilamente. No tardó en llegar, con el paquete. Se emocionó al ver la mesa preparada para dos. “La cogí en brazos del romanticismo y la seduje lo mejor que supe”. Ella temblaba como un flan, me daba la risa ver lo pava que era. En el momento más culminante de su sentimiento, tengo perfectamente calculado el punto, le pedí que fuera mi pareja. Se abrazó a mí e intentó besarme. La calmé diciendo que debíamos acabar de cenar. Esa noche, follé como nunca lo había hecho. Se entregó a mí, sin ningún tipo de contemplación y me dejó hacer.

Nunca había tenido la casa tan organizada ni tan limpia. Yo me largaba por la mañana y volvía a última hora de la tarde. Con la excusa de que no me daba tiempo de ir a comer a casa, a penas la tenía que aguantar. Eso sí, por la noche, era mía y de mis caprichos.

Todo iba muy bien. La muy inocente vivía en el engaño, eso sí, con su ridícula felicidad, y yo tenía absoluta libertad para todo. La tenía bien controlada con un par de besos al día. El problema vino cuando apareció en mi vida otra persona y empecé a faltar por las noches. Al principio, llegaba muy tarde, de madrugada, con la excusa de alguna cena de trabajo o algo así. Pero luego ya ni aparecía. Cuando pasaba por casa a cambiarme de ropa, ella, con los ojos hinchados por haber estado llorando me recriminaba mi ausencia y me decía que si ya no la amaba era mejor que lo dejáramos. Yo no quería que se fuera, me iba muy bien tenerla al frente de mi casa. Entonces, le decía todas esas palabras de amor que ella quería oír. Al final opté que la mejor solución en esos momentos era no contestarle sino hacerle el amor. Algo contra lo que no podía luchar y sucumbía. Se volvía a sentir querida de nuevo y yo disfrutaba de unos días más de tranquilidad.

Esto se repitió en más de una ocasión, hasta que me cansé de ella y ya me importó poco que se quedara o se fuera. En pocos días, seguro que alguien ocuparía su puesto. Aún me río al recordar el momento en que, con un portazo, se largó de casa diciendo que estaba harta de mendigar mis besos. Si es que todas son iguales. No sé qué esperan. Se fue aguantándose el llanto en un ridículo y patético gesto de dignidad ofendida. Y yo con ello recuperaba de nuevo mi libertad. Nunca aprenderé; no sé quién me manda liarme con semejantes especimenes.