En este viaje que es la vida, que alguien inició sin pedirnos permiso ni dinero, en el que con ecos de otras voces llenamos las carencias de nuestro andar y con las manos duplicadas, de soporte para nuestro cansancio, recogemos frutos para alimentar nuestra consciencia, nos encontramos con sombras que irradian luz propia: el amor y el deseo.
Y aunque en nosotros existe la opción contraria de la vida en soledad, sucumbimos a estas sombras y adquirimos la necesidad de ser en otro. Es tan grande esta necesidad que inclina sin oposición a los débiles y fuerza sin remedio a los fuertes, a pesar de las pérdidas de carácter que ello comporte.
Sucumbidos, dejamos de andar y flotamos a la deriva entre deseo y deseo, varando, con suerte, en las orillas del amor para buscar con ansia su néctar y saciar la amarga sed que provoca el constante anhelar. Se producen salvajes naufragios en este Mar de los Deseos y reímos a salvo desde nuestra balsa pensándonos que no nos ahogaremos en él; el eco del horizonte nos devuelve el sonido de una risa sin convicción.
19 comentarios:
Tan cierto, tan doloroso... fuertes, débiles, inseguros, vamos por el mundo, tratando de de no andar solos, cayendo, levantándonos... siempre, siempre
besos amiga
¿deseo? ¿qué es eso?, besitos
De una forma menos poética y muy a mi pesar yo diría que a lo que de verdad sucumbimos es a la fuerza irrefrenable de los instintos naturales que se disfrazan de enamoramiento...
El texto me ha gustado mucho Dintel.
Yo estoy convencida que cuando por fin se nos de bien saber hacia donde vamos o a quien queremos... será cuando todo case poco a poco...
Besicos
Estoy de acuerdo con que la vida es un viaje... contínuo.
Algunas veces, la única forma de sentirse, "a salvo" es escuchar ese eco, pero lamentablemente, por este mar, apareces en el vacio, y allí no se puede percibir el eco.......ni risas, ni lamentos, solo tú y la incertidumbre....
Amor y Deseo, ¿juntos o separados?
¿sombras irradiando luz propia?
Viaje recomendable realizarlo muy legeros de deseos.
Me ha encantado este post, precioso.
Amor, deseo, a veces te domina de tal manera que no te deja ni ser tu mismo, pero las sensaciones vividas en esos momentos hacen que ese detalle no tenga ninguna importancia
Besicos
Encarna
Yo no sé nadar, así que solo me quedo en la orillita.
Besos
Y si las sombras se sienten gastadas, si su luz está un poco apagada, si hace más ancla el miedo que no nos permite aventurarnos en ese mar???
Nada, solo algunas preguntas...
Un texto magnífico por cierto...
Que precioso el post y todos los que haces! cada palabra que dices es una verdad tan grande como la vida! y la vida es eso un camino con curvas y con montañas que ir sobrepasando lo mjor posible, uns veces el terreno sera más liso y otras más rugoso! pero siempre hay que andar por mucho que nos cueste, no nos queda más remedio!
Un besazo!
Pues sí: los deseos nos inclinan (a mí me inclinan, porque soy de las débiles).
Y los naufragios son muy dolorosos y, en cada uno, se nos va un poco de nosotros. Como dice conso, así es quizá como conseguimos ir ligeras de deseos.
Yo no tengo miedo a naufragar, sino, más bien, a no poder bajarme nunca de la balsa en las orillas del amor (o del deseo disfrazado).
...de amor y deseo...de esas cosas he comprobado que yo no entiendo...
Navegar en los mres de deseos es sólo para velientes,por las dudas llevo salvavidas!!
Dintel,en mi blog tengo un presente para ud,espero lo reciba,no está obligada a colgarlo,sólo es una forma de dedirle que me gusta mucho lo que hace!!
Un fuerte abrazo!!
Anhelar, es estar en continua búsqueda de plenitud cuando nos desbordamos por sentir.Desear es anhelar el objeto del deseo.
Tal cual. No sabes cómo me gusta encontrarme con textos que expresan tan bien lo que pienso. Lo que siento.
Saciar la amarga sed, escribiste. Y es que es en esa pulsación donde se engloba todo el deseo.
Besos
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