7/1/24

Vacía

Y aquí estoy de nuevo como una loca escribiendo y escribiendo. Escribiendo de todo: cosas del trabajo, listas, correcciones de textos, mi último proyecto teatral, rótulos en unos botes, postales de regalos que aún me quedan por dar. 
Lo importante de hoy ha sido escribir.

El otro día en el avión, como no podía dormir fuese la hora que fuese y tenía la vista muy cansada de escribir y leer, recliné el asiento hacia atrás y empecé a recordar cosas de mi vida. Es una pasada cómo un recuerdo desempolva a otro. Viajé en el tiempo y en el espacio, de un tema a otro, llena de sentimientos encontrados y de asuntos, que no recordaba y que, algunos se habían quedado sin zanjar.

Me encantó vivir situaciones que tenía absolutamente olvidadas. Ya hace un tiempo que decidí apuntar estos recuerdos en mi diario. Pero me he dado cuenta de que cada vez que recuerdo no tengo el diario a mano para escribirlo y luego me es imposible volver a recordar lo que había recordado.

En fin, eso supone crear algún tipo de anotación, sea donde sea, para, llegado el momento, volver a recrear el recuerdo. En estas ando hoy, pensando cual es la mejor manera de no perder mis recuerdos olvidados. 

Aunque lo esté explicando con esta carencia de emoción, por dentro ando reconcomida por ser incapaz de acordarme de ni uno de aquellos recuerdos. Se quedaron en las nubes, nunca mejor dicho. ¿O es que en el avión, cuando está volando es cuando se recuerda mejor? Tendré que probarlo. Hoy, aquí, en tierra, ná de ná. Vacía de recuerdos, estoy.