10/4/13

Lydie


Paseando por el casco antiguo, nos acercamos a esa pequeña librería, catedral de cómic para mí, en la que suelen aconsejarme libros que son puro sentimiento y que me arrebatan desde la primera página. Fue aquí donde me descubrieron a Rosalie Blum, aquella trilogía que me dejó un sabor tan especial que me acompaña siempre. Lydie se ha colocado a su lado.El tono sanguino del dibujo me atrajo en seguida, sólo faltó que el chico de la tienda me dijera que Zidou, uno de los que firma esta novela gráfica, era una maravilla como guionista y escritor de historias. No dudé y lo compré. Se lee muy rápido, aunque necesita más de una lectura para quedarte con toda su profundidad coral. La historia que cuenta es sublime, delicada, de caricia lingüística. ¡Qué amarga dulzura! O, ¡qué dulce amargura! (no sabría decir cuál de las dos expresiones es la más adecuada). Una historia redonda de principio a fin. Una historia que hacer tambalear lo real y lo irreal. Deja un sabor a que la gente buena existe en este mundo a pesar de los pesares y te impulsa a querer ser buena, considerada y empática con tus semejantes.

La llevo en mi pensamiento porque me ha hecho crecer y soy consciente de este crecimiento. A veces pienso que soy una pastelosa, sentimentalmente hablando, y otras, que este tipo de sensaciones las provoca el escritor en la mayoría de los lectores.

Estoy deseando que pase un tiempo para volver a ella, a ver qué nuevas perspectivas me aporta. Leedlo, veréis qué caramelito tan especial.

9/4/13

Contra el mundo

Cuando alguien te ve como eres realmente y quiere estar contigo es algo muy poderoso. No se debe desperdiciar.

Y así lo hizo. Cogió el mundo por montera y sus cuatro escritos y cosió su vida a la de ella. Hizo oídos sordos al pugnaz discurso en boga dentro de lo que llamaban amistades, ahora desvestidas de tal mito, por la escuálida y mísera realidad del rechazo. Puso escudo auditivo a semejante trajín de comentarios fascinada por la importancia que había adquirido su vida, criticada y refutada, en las vidas ajenas, vacías a fuerza de murmuros. Tenía que haber previsto que la mejor forma de autoprodigarse era destrozar al prójimo, en este caso a ella misma, criticando haber sido capaz de abandonar una sólida vida para seguir un profundo amor. 

Escualos son amistades que no te apoyan en tu camino. Amor con amor se paga, lo demás, para los otros.

8/4/13

El tiempo mientras tanto

Me tendríais que ver ahora: buscando como una desesperada en varias de las libretas que tengo empezadas, el escrito sobre este libro, que estoy convencida haber hecho durante dos de mis viajes en tren. En el primero, no tuve tiempo de acabarlo. Días más tarde, recuerdo haberlo retomado para concluirlo. Pues bien, no lo encuentro por ninguna parte. Así, que tras perder un tiempo precioso detrás de hojear y ojear lo escrito me he decidido a volverlo a escribir.

No recuerdo cómo adquirí este libro, sólo que lo tenía desde hacía un tiempo en la librería del comedor. Llevo mucho tiempo sin leer. Ya no se puede ver por casa, como era costumbre, libros esparcidos por las mesas, por las mesitas de noche, por el sofá o por el mármol de la cocina. Ahora están todos, tanto los leídos como los que no, dispuestos ordenadamente en las estanterías.

Hace más de un mes, me fui fuera un fin de semana. No sé viajar sin un libro así que estuve eligiendo uno y fue este el afortunado. Debo confesar que lo elegí porque pesaba poco y en el bolso no me molestaba. Ya se me ha pasado la edad de ir cargada como una mula tanto de cosas útiles como inútiles. Llenar una maleta con el lema de “por si…” ya pasó a la historia.

El libro es sublime. Al menos, a mí me lo ha parecido. Es de aquellos libros que me hubiera encantado escribir a mí. La historia es dramática, pero la forma en que la explica es fresca, divertida y en muchas ocasiones irónica. La autora evita caer en el drama. El narrador utilizado es el que creo que debo utilizar en mi novela. No me he puesto a investigarlo mucho porque aun sigo liada con las obras de teatro, pero en cuanto acabe con ellas me pongo a releer el libro para definir bien a mi narrador.

Creo que os gustará el libro.

7/4/13

Basta de excusas

¡Ya está bien! Que las excusas tienen también su límite. Si no escribo es porque no quiero, basta de echarle la culpa a la falta de tiempo, al trabajo que aún me queda por hacer y a las obligaciones familiares. Si no escribo es porque no quiero.

Ahora mismo, he apartado el papel de trabajo que tenía delante del ordenador y he abierto un Word. Mis dedos corren veloces por el teclado, sin dejar que se escape ninguna de las ideas que les marca mi pensamiento. ¡Cómo añoraba esto!

Tengo una frase clavada en mi mente que me acompaña desde que era joven: “no te he podido llamar porque no he tenido tiempo”. Cuando me la decían mis amigos pensaba que era una excusa, siempre se tiene tiempo para llamar a alguien, aunque sea un momento. He crecido pensando que toda la vida iba a tener tiempo. Sé organizarme a la perfección y eso hace que me quede el espacio temporal que necesito para dedicarme a mí, a mis hobbies, a mi descanso. Pero, a estas edades aparecen siempre peros, desde hace unos meses, no tengo tiempo de nada. No sé exactamente por qué es; me he hecho mayor y tardo más en hacer las cosas, estoy cansada y voy posponiendo las obligaciones hasta el último momento, momento este en el que se me juntan todas, o alguien me roba horas sin que yo me entere.

Ayer, sábado, vi la película de Julia&Julie, de Merrill Stripe y Amy Adams. Me la he comprado la primera de una colección que hace tiempo decidí hacer y a la que he titulado “De Cocina”. La condición para formar parte de ella es que su temática sea sobre la cocina o cocinar. También decidí empezar otra que se titulara “De escritura”, y curiosamente, Julia&Julie pertenece al conjunto intersección de mis dos colecciones.

No voy a explicar de qué va la película, pero sí decir que una de las protagonistas se siente frustrada porque no consigue acabar nada de lo que comienza y decide ponerse un reto; paralelamente va explicando su experiencia en un blog. No os podéis ni imaginar las ganas que me cogieron de venir aquí y ponerme a escribir como hacía antes. Vamos, que ya veis lo que he tardado en hacerlo.

Me costó mucho dormirme pensando, entre otras cosas, que quería llevar a la realidad mis propósitos y mis proyectos, acabarlos y darles cuerpo y vida, que hasta ahora no he dejado nada a medias (bueno sí, mis clases de órgano, pero fue por el bien de los demás) y que necesito, es necesidad vital, cumplir mis ilusiones en esta vida, porque, estas, no dependen de nadie más que de mi tesón y mi trabajo para verse cumplidas.

Cuelgo el texto sin releerlo y sin corregirlo, hoy tenía muchas ganas de escritura mecánica.