30/10/13

Trayectos y trayectorias

Sigo en los trenes, pero viajo de forma diferente, con los ojos cerrados hacia afuera y la mirada clavada en mi interior. He dejado de buscar historias y me dedico a entender la vida. ¡Terrible trabajo para un eslabón de ésta! Sin posibilidad de alejamiento para adquirir perspectiva.

Sigo viajando en trenes, pero ahora me resultan más vacíos que nunca. Dormito en sus asientos para evitar sentir. Un aletargamiento pretende solventar el cansancio; la edad pesa pero más pesan las últimas experiencias vividas. Más pesa haber atravesado el umbral donde se resta el entorno y personas que siempre estuvieron desaparecen, sin hacer ruido. Un día despiertas y ya no están. Se han ido y se han llevado esos mil lugares que compartisteis y esos millones de lugares que nunca vais a poder compartir.

Dormito en los trenes porque ahora me cuesta vivir y me molesta ver vida en los demás. Cierro los ojos para dejar de soñar.

1 comentario:

maslama dijo...

a veces en los trenes se puede intuir esa soledad asfixiante, tan común en las ciudades

besos,