22/12/23

Orden y concierto

Siempre que tengo que trabajar en casa, no puedo hacerlo si antes no la tengo toda recogida. 

 

Necesito tener el plato del desayuno y la taza limpios y todo lo que he utilizado en su sitio. Necesito tener la cama hecha, la ropa recogida y la habitación ventilada. El comedor sin ninguna mochila apoyada en las sillas. Necesito, también, tenerlo ventilado y con los cojines del sofá mullidos y sin ninguna deformación.

 

Cuando mi casa está totalmente a mi gusto, entonces y solo entonces, puedo concentrarme en mis labores. 

 

Normalmente, durante el día trabajo en una mesita que me monto en el comedor, al lado de la puerta corredera que da a la terraza. Me encanta trabajar con la luz del día. Si ya ha anochecido, prefiero hacerlo en mi despacho, da al interior y de día entra muy poca luz, tan poca, que se necesita encender la luz eléctrica. 

 

Cuando trabajo y me trabo en lo que estoy haciendo, me suelo levantar de la silla y contemplar las diferentes estancias de la casa; todas ordenadas y limpitas. Me hace sentir bien y eso me catapulta a destrabarme y continuar trabajando. Soy de las personas que piensa mejor cuando están de pie y andan.

 

Viendo esta necesidad de tener la casa siempre bien arreglada, desde hace tiempo decidí que no me iría a dormir sin tener todas las cosas en su sitio, sin tener la ropa preparada para el día siguiente. Sin tener todo lo que necesito en mi trabajo preparado en la mochila o el macuto que haya decidido llevarme… Y me encanta, antes de ir a dormir, dar una vuelta de reconocimiento para ver y sentir el placer de vivir en un lugar ordenado.

 

No sé si solo me pasa a mí, pero cuando optimizo alguna estancia y cambio las cosas de sitio porque creo haber encontrado alguna manera mejor de ubicarlas, al cabo de un rato de haber acabado, entro en la habitación a mirarla. Una vez, y otra y otra… y me llena de gozo ver lo genial que ha quedado.

 

En fin, os cuento esto porque hoy ha sido un día de optimización y ahora, estoy deseando acabar este escrito para ir a ver de nuevo cómo ha quedado el despacho. Me voy, ya no aguanto más.

4 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Te entiendo muy bien.
No soporto el desorden.

Me altera.
Me hace sentirme mal y diría que hasta sucio...

Necesito las cosas en su sitio, limpieza, orden.
Tengo tendencia al minimalismo en todo y debe ser porque hasta lo barroco y lo abigarrado me sienta mal.

dintel dijo...

TORO SALVAJE, yo no soy minimalista, tengo un montón de libros y objetos, pero nada, nada abigarrado. En eso coincidimos.

Somnis Neverending dijo...

Hosti
Ets el meu ídol.
No vinguis mai a casa meva perquè et donarà un patatús.
Jo potser també necessito fer això que dius però soc incapaç, no em dona la vida...

dintel dijo...

Somnis Neverending, jajajajajajajaja...