22/10/12

Lumbre entre cenizas

Me he propuesto de nuevo escribir cada día, como ejercicio, como había estado haciendo hasta hace un par de años. Me sentía bien con ello, llena, funcional. Me levantaba por la mañana con ganas de coger la pluma y escribir; notaba fluir dentro de mí un montón de cosas, ideas, sensaciones, montones de emociones que quería convertir en palabras. No me había notado nunca encallada. Me sentía con la fuerza de trabajar a la vez que tenía en mi mente el texto que estaba preparando. Gozaba esperando el momento de poder echar mano a mi libreta, a mi pluma, a mi ordenador. Ahora, me despierto perezosa, con el alma dormida y la mente con las ideas sedimentadas, reposando sobre su propio tapiz, desgarrada la creatividad, con la absurda idea de que ya no tengo nada qué decir.

Lo que nunca creí que me pasara, pasó. Pasó y se instaló de forma tan sutil que cuando me di cuenta había perdido el sentido de mi identidad, ¿o lo que perdí fue la identidad de mi sentido? ¡Qué más da! (pienso después de pensar), lo que importa es volver a enhebrar la aguja y zurcir el siete de estos años.

Aprendo a tener paciencia conmigo misma, tengo una buena maestra. Quiero volver a escribir sin coacción, con temática libre, textos bonitos, textos feos, mis textos en definitiva, sin tener la obligación de escribir lo que no quiero. ¡Qué malas son las simbiosis para el mundo del fluir! Mea culpa por permitir que pasara.

Mientras hablan, yo callo y me dedico a remendar mis propios jirones. Sé que algún día volveré a escribir como antes lo hacía y de nuevo, volverá a oírse mi voz. Qué tiemble la Tierra entonces.

3 comentarios:

maslama dijo...

jejjeje todo tiene su momento.. si te lo pide mucho el cuerpo, sin dudas ha llegado el momento de escribir

besos,

Tawaki dijo...

Hay momentos en los que escribir es una terapia, una verdadera catarsis, una forma de replantearse la vida.

Seguro que tinenes mucho que decir. Puede que tus palabras estén represadas, pero volverán a fluir como un río antes de lo que esperas.

Masakoy dijo...

Pues tienes toda la razón. Me pasa una cosa parecida pero en mi caso es que he diversificado demasiado, puesto muchas etiquetas. Así que te entiendo.

Hasta el infinito y más allá