16/11/12

Sin ánimo de ofender, vamos, sin ánimo

Escribo totalmente borracha, tal como la vida me trajo al mundo, jurando que “ni yo ni los míos” (¿qué míos?) volveremos a pasar hambre (¿qué hambre?). Mientras exista maldad en la Tierra saciados quedaremos (suena a máxima, debiera apuntarla).

Anuncio (qué teatral soy) que todos aquellos correos bomba que tengo pendientes no los voy a escribir (ahora me he vuelto vaga), me encanta mi nueva dipsomanía (qué poco cuesta destrozarse a una misma). Me siento Ave Fénix aunque solo en el momento de la caída y de la ignición (qué tía, aún me salen palabros). En mi espalda, cada uno de los latigazos recibidos (pues sí, a veces voy de mártir) y en el corazón (¿qué corazón?, acerico) clavados los afilados odios, clavados y hundidos (a tomar polculoelportaviones). Redobla en mi alma vuestros nombres (¿por quién doblan las campanas?), pues tengo puesta la silla en la puerta de casa para ver en primera fila el cadáver de mis enemigos pasar (el que nunca haya sido odiado que lance la primera piedra).

4 comentarios:

Ehse dijo...

Todos hemos odiado y todos hemos sido odiados. Un texto muy visceral, me ha gustado mucho.

Un abrazo!

maslama dijo...

paso de odios, me sientan mal al cutis :))

besos,

Anónimo dijo...

Hay días que sientan como la manzanilla, si tienes algo en el interior te hace vomitar.
y después paz y luego gloria.
Imagino lo agusto que te has quedado.
un buen post

ISA dijo...


Odio, lo que se dice odio, creo que no lo he sentido por nadie de 4patas (sí por una casa en la que haya vivido, por un mueble, por las figuritas de Lladró...), vamos, algo sin vida.

Mi "odio" se llama "indiferencia", con la que "castigo" a todo aquel/ aquella que me ha hecho algún mal alguna vez.
Es sumamente práctico
Te aseguro que es muy práctico