A veces me levanto por la
mañana sin ganas de vivir. No encuentro las fuerzas por ningún lado y las
sábanas se pegan a mí, no por sueño, que también, si no como si fueran la
muleta que necesitara. Busco en mi interior y abro todos los grifos que
encuentro para que fluyan las ganas. Aprieto todos los interruptores de mi
mente, por si alguno activa la ilusión. Pero no sirve de nada.
Con cadencia mortuoria,
me dirijo a la ducha, abro el grifo y dejo caer el agua para que vaya
adquiriendo la temperatura deseada. Mientras tanto, me quito el pijama y me
miro en el espejo. Aparentemente, es la imagen de siempre. Solo los ojos,
dichosos espejos, no muestran el acostumbrado brillo. ¡Puñetera sequedad de
desilusión! La ducha, en vez de sentarme bien, me viste con mil gotitas de
tedio que al contrario de resbalar hacia el desagüe se anclan por toda mi piel.
La toalla no es capaz de sacarlas. Al frotar, siento la rasposa esperanza que
me altera y me obliga a abrir los ojos. Supongo que para ver que hoy será un
mal día.
Pero, ¿es que existen
días buenos sin tu amor?
1 comentario:
love is all you need :))
besos,
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