2/12/13

Tachones en mis libretas mejor que en mi vida

Cuando nacemos, nadie nos dota de un bolígrafo rojo para las correcciones. Erramos y erramos y seguimos equivocándonos, quizá por esa falta de rojo que nos indica que debemos enmendar la falta anterior antes de provocar la siguiente. Si lo hiciéramos así, caeríamos en menos faltas. Pero el empuje al que la sociedad nos somete nos obliga a avanzar sin tiempo para reflexionar, sin poder retroceder (ni para coger impulso, se dice) y hacerlo, es ir contracorriente o ser fruto del mundo Zen, del Yoga, o de todas esas tendencias que frenan la vida y buscan el Yo.
¡Pero esto no es cierto! Porque la vida, que es sabia, no te permite pasar de una etapa a otra teniendo asuntos pendientes, ya que a pesar de la no existencia de correcciones en rojo, el fuero interno, instructor al que debiéramos escuchar más, nos marca todas aquellas cosas de nuestra vida que necesitan corrección. Es por esto por lo que escribo, porque entre palabras, siempre puedo mejorar mi pasado.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo soy más de Tipp-Ex.

maslama dijo...

jeje me gustó tu definición de las filosofías orientales, «frenando la vida y buscando el Yo». Sospecho que llega una edad en que se apaga el hambre de vivir, de acumular experiencias, y se empieza a reflexionar sobre lo ya vivido

besos,

Ripley dijo...

me ha encantado la entrada. ¡ qué razón tienes!

María dijo...

A mí me gustaba corregir en verde... Esperanza de corregir los errores.