Tengo en mi interior temas que me atacan una y otra vez la
inquietud. Me parece que si no les dedico tiempo y los extraigo de mí a través
de la escritura no me van a dejar tranquila. Supongo que si algún día me hago
famosa y alguien se dedica a estudiar mi vida y mi obra, se concluirá aquello
de: “sus escritos contienen siempre uno de estos temas (…)” o “el tema A o el
tema B le acompañó durante toda su escritura”.
Si analizo poseo ya temas que son mis universales: el amor,
la muerte, la soledad, el intelecto, el lenguaje. Son los primeros que vienen ahora
a la mente. A medida que vivo debo ir cambiando su perspectiva, me imagino,
porque si no es así, qué cansina puedo llegar a ser. No me he parado a hacer ningún
estudio científico que me lleve a una buena reflexión. Hablo de memoria.
Tengo un nuevo tema que me interesa: es el de la culpa. Aún
no he escrito nada sobre ello, pero me ronda la idea desde hace tiempo. Supongo
que voy extrayendo conclusiones de las películas que voy viendo y de las
personas que viven a mi lado y de mí misma.
Ayer estaba viendo “Cadena de favores”. Una película
bastante interesante, aunque lenta, sobre la idea de bondad y maldad del ser
humano. En un punto, una hija le dice a su madre, después de mucho tiempo de no
verse: “te perdono”. Pues esta ha sido la chispa que ha hecho que quiera
escribir sobre este tema, un tema que llevo tiempo pensando y reflexionando en
silencio, sin comentarlo con nadie. Sin pedir opiniones ni perspectivas. A ver si
soy capaz de cazar las palabras precisas para poder plasmarlo.