Si el dolor se instala a vivir conmigo para vigilar cada uno de mis movimientos, ¿cómo podré esquivarlo para encontrar la palabra? El silencio y la soledad, perros vigías de mi inquilino, no me dejan ni a sol ni a sombra. Me vigilan desde dos ángulos del tiempo, pasado y presente, mientras que su señor hace alquimia con mi vida.
No me busquéis más, no soy palabra sino una triste y cansada imagen.
12 comentarios:
Uy, qué triste, menos mal que no es real y que al fin y al cabo, digas lo que digas, son sólo palabras :)
yo me disfrazaría de risas, y me cargaría al inquilino.
no sé si son sólo palabras o es una verdad, siempre he creído que en la ficción se esconde mucha realidad...
sea lo que sea, es desgarrador. muy bueno
no se puede esquivar, hay que aprender a vivir con él
A ese inquilino me lo deshaucias ya!.
No hay inquilino tan resistente que no se los pueda ahuyentar.
Bso.
:( un abrazo.
De eso se trata, de ver por dónde y jugarle las vueltas. Tú eres sabia y sabes cómo.
últimamente se te lee más triste que de costumbre en tus escritos..espero que sólo sea casualidad
bss
Letras tristes y deprimentes....
Ni siquiera el dolor puede convertirse en compañero para siempre, ya dejará lugar a la alegría..
Yo creo que existen más ángulos de vida... ¿no?
Besos
acaso el dolor no vivió siempre con nosotros? sólo hay que aprender a vivir con él, como con un viejo marido loco...
bss!
Pues dicen que una imagen vale más que mil palabras...así que na, pa lante!!
(me ha gustado )
Publicar un comentario