1/1/15

Empiezo el año con un adverbio de negación. No; no pienso hacer un listado de propósitos para este nuevo año, ni nada que se le parezca. Así sea. No es negativismo, ni pesimismo, sino practicidad. Demasiados años haciendo listados cada vez más eternos porque se acumulan de un año a otro. Fin de la historia. Rompo con todo. Cambio radical. Yo también he cambiado, las circunstancias, ya se sabe. ¿Por qué no pueden cambiar mis ideas, entonces?

A coger el toro por los cuernos. Cada vez que la vida me enfrente a algo lo convertiré en propósito. ¡Qué mejor manera de burlar su ironía!

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