Ánimo ninguno. Todo el tiempo del mundo y no me apetece
hacer nada. Salir pronto del agujero. Acojo resignada el abandono. Todo el que
siembra recoge. Y a mí me obligaron a sembrar a destiempo. Por eso ahora sólo
recojo hierbajos y brotes secos.
A veces pienso que yo no pedí vivir, sin embargo, me toca
hacerlo.
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