6/9/16

Reflexión

Hoy tengo un día reflexivo. Sí, no sé por qué pero hay días en los que te limitas a vivirlos y otros en los que, como si tu mente estuviera apartada de tu cuerpo, vives y piensas en lo que vives. Hoy es de estos últimos.

He vuelto de nuevo al trabajo, a los horarios, a las obligaciones, a llegar a casa cansada sin ganas de vivir la tarde (o lo que queda de ella), he vuelto a buscar de nuevo el silencio en los rincones porque me paso los días sin la falta de él. Ahora, derrengada en un asiento de la RENFE , pienso en cómo mi vida se ha vuelto una rutina, casi diaria, año tras año; me levanto a las seis para irme a trabajar y vuelvo a las seis, doce horas más tarde. Me arrastro por el sofá, ceno en dos mordiscos (el cansancio no permite más), a las nueve y media, tumbada en la cama intento dormir. Un día, y otro, y otro. Así van pasando los años y con ellos mi vida.

Envidio (no sé si de forma sana o no, ya lo discutiremos) a todas esas personas para las que cada día es un día diferente. Las que pueden ver la luz del sol y sentirla (hay días en los que ni miro por la ventana y cuando salgo del trabajo, descubro que es de día y hace sol, h a c e   s o l !!!!!).

Pienso en dejar este tipo de vida, en abandonar mi casa, mi trabajo, mis amigos y empezar en otro sitio donde nadie me conozca. Aprender a vivir con menos, lo necesario para subsistir y tener tiempo para vivir, para ver el sol y para charlar con aquel o aquella que se cruce en mi camino y me sonría como respuesta a mi sonrisa. ¡¡¡Dejarlo todo y marchar!!!

Ya he llegado a mi destino. Suerte que tengo pocos días de reflexión como este. Me toca sofá.

4 comentarios:

María dijo...

Vente a mi pueblo.

dintel dijo...

María, ¿qué hay en tu pueblo?

María dijo...

Tiempo para hacer cosas que te gustan.

Anónimo dijo...

O al mío, aburridisimo, de tanto tiempo se tiene para uno mismo, tanto que ya te acaban interesando las vidas de los demás. ..