Me compré una libreta (otra libreta más). Esta está dividida
en cuatro pestañas, como si fueran los separadores del multifin. Me la compré
porque me gustaba, pero sin ninguna idea clara de en qué utilizarla.
Ayer por la noche, mientras intentaba dormirme entre calor y
poco cansancio (propio de los días estivales), se me ocurrió la idea de
escribir sobre cuatro de mis amores. Uno por separador. ¿Pero qué cuatro? Debía
elegir bien, aquellos que habían calado hondo en mí y que habían producido
grandes cambios en mi ser.
Me dormí contenta porque en seguida tuve claro sobre quien
escribir. Hoy, de día, con la luz eliminando la sombra de esa sensación que
provoca la noche de “poder con todo”, me veo incapaz de desnudar mi alma tanto y
para plasmar sensaciones profundas y desconocidas por el mundo en un papel.
¿A quién le podría interesar leer cosas tan personales? En
definitiva, tengo una nueva libreta cuyas páginas contendrán todo aquello que
soy incapaz de escribir.
2 comentarios:
Vaaamos, vaaamos. ¿Que a quién le podría interesar? ¡Eso no se hace dintel! "Tengo algo muy interesante que contar. Pero mejor me lo callo." brrr... Si has de dejarnos en ascuas, que sea por lo ardiente de las mismas :)
Alejandro A.D., deja, deja, hay cosas que me muero de vergüenza al pensar que las puede leer alguien.
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