Te propongo un reto: mírame a los ojos y si en el fluir de tu mirada, no se te escapa el amor, me acercaré a ti poco a poco, te besaré en los labios, daré media vuelta y desapareceré de tu vida, sellando con ese beso mi definitivo adiós.
Y nunca sabrás, que moriré pensando en mi existencia como un
fracaso, pues no he sabido mantenerte a mi lado y que habré muerto, aterrada
por el miedo al no tenerte.
Y habré vivido con el corazón maquillado, para que nadie
viera las ojeras de mi alma, de tantas noches de insomnio repitiendo tu nombre,
mi mantra, hasta que el sol desgarre de nuevo mi esperanza y, en secreto silencio
se despedace la imagen que de ti recuerdo.
Pero, si en esa última mirada, me noto, por ti, acariciada,
cojámonos de la mano y saltemos a una nueva órbita, para amarnos y querernos,
como solo tú y yo sabemos.
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