28/12/10

Diario de un ama de casa desquiciada

La vida no sé si es curiosa o si es muy ella, el caso es que siempre impera sobre nuestra voluntad. Con ello quiero decir que me las prometía feliz delante de mi ordenador, sacándome trabajo atrasado de encima y acabando futuros trabajos a los que luego no tendré tiempo de dedicar, pero no ha sido así. Se requería mi presencia familiarmente, el router dijo basta y mi estado anímico necesitaba un descanso de todo, así que llevo más o menos una semana perdiendo el tiempo entre unas cosas y otras. Ahora, eso sí, todo el arrepentimiento me aflora y la necesidad de recuperar el tiempo perdido se alza en ristre. Y ¡aquí estoy!, actualizando mi blog a modo de calentamiento para embestir esas famosas listas que, no han aumentado, pero tampoco han disminuido.

Eso sí, he leído. He leído de aquella manera que me gusta leer a mí: medio estirada en el sofá y de forma seguida, empalmando un libro con otro. Parando para prepararme la comida y poco más. He leído y me he reencontrado, pues andaba un poco perdida en las necesidades de los demás y esto suele ocurrir cuando una no quiere enfrentarse con su propia vida.

El libro está bien, se lee muy rápido. No me ha apasionado como otros, pero estoy contenta de haberlo leído. Precisamente, conozco a una mujer que se halla un poco en esa situación y al ir montando el personaje me la imaginaba a ella. Se lee con una sonrisa en el alma, pero sin llegar a la carcajada. La historia no es más que el escenario para poder presentarnos al personaje así que casi ni me acuerdo de ella. Como su nombre indica pertenece al grupo de diarios, pero así como en Bridget Jones todo el rato eres consciente de que estás leyendo un diario, aquí la narrativa es mucho más cercana a la novela, al menos, yo me olvidaba que era un diario hasta que veía que cambiaba de nuevo la fecha del capítulo.

Justo acabarlo inicié la lectura de otro, que tengo a medias aún y del cual os hablaré más adelante, en el que sí que me estoy muriendo de risa, más que nada por la ironía con la que se nos explica la historia. ¡Qué gusto leer! De verdad, no entiendo cómo puede haber gente que no haya descubierto la magia de la lectura. Ya sé, porque lo veo, que se puede vivir sin ella, pero cómo yo no podría me es casi imposible sentir empatía por estas personas. Me gustaría que vieran el asunto desde mi perspectiva. En fin, supongo que si la lectura fuera placer de todos, aun serían más caros los libros. Mejor me callo.

7 comentarios:

Pena Mexicana dijo...

Chica! te lees... ¿relajada? En cualquier caso, das gusto :)
besos

Anca Balaj dijo...

No, Dintel, serían más baratos los libros: mira la televisión si es baratita y al gusto de las masas.

Que sigas panza arriba lo que te queda de fiestas (a freír espárragos las listas).

leo dijo...

Dintel, cómo me identifico contigo. No comprendo que haya gente a la que no le guste leer.
Feliz 2011: espero que el año nuevo venga cargado de buenas letras (leídas y escritas).

Ico dijo...

Para leer no hace falta tampoco gastar, basta con ir a la biblioteca municipal o a una tienda de segunda mano.. los mejores goces no cuestan dinero..
un beso y feliz año..

Sandra Sánchez dijo...

Ya me parecía a mí que estabas muy callada. bienvenida de nuevo.
Gracias por compartir tus lecturas, comparto contigo la opinión sobre el placer de la lectura, yo estoy muy enganchada ahora con "la mujer justa" de Sandor Marai que cuando termine comentaré también.
Feliz Navidad y Feliz 2011!!!
;)

Mármara dijo...

A veces, no hay mal que por bien no venga, defunción del router incluida.
Por lo de las lecturas, lo digo, clar, no por estos días de silencio obligado.
Ya me tarda que termines ese con el que te estás muriendo de risa.

Irreverens dijo...

Yo acabo de terminar El arte de amar, de Erich Fromm. Sí, ya sé que no es novela, pero oye, ¡qué libro taaaaan recomendable!