Cuando el trabajo ataca, como en esta temporada, una forma de que deje de martillear mi cabeza es escribir una lista exhaustiva de todo lo que tengo que hacer. En un DinA4 apaisado coloco dos columnas: la de la izquierda es la del trabajo más inminente a tener acabado y la de la derecha es del trabajo que será el inminente cuando la primera inminencia esté acabada. Cuál es mi sorpresa cuando descubro que de la primera columna voy tachando trabajos hechos (cosa que produce gran placer) a la vez que voy añadiendo más (cosa que se acerca más a la desesperación). ¿Llegaré a tachar alguno de la segunda columna? Una nueva inquietud martillea mi cabeza.
11 comentarios:
Ánimo. Te recomiendo que los nuevos trabajos los añadas a la lista de la derecha, aunque los pongas como prioritarios. Así verás que vas tachando en la segunda columna y te sentirás más realizada (aunque estés haciendo lo mismo). Si no lo piensas lo consigues, que somos animales más simples de lo que parecemos...
Biquiños.
Ya son ganas de mortificarte por duplicado... una sola lista con fechas límite tendría la misma utilidad aunque psicológicamente sería menos angustiosa... o no?
besitos
ay ay ay, ¿tu sabes decir NO?? (me estoy acordando de esa vaca...)
Solución: Deja de escribir en la primera columna...
Demasiados quehaceres.
Haz una tercera columna con las cosas que NO te apetece hacer, :P
Apoyo la moción de Tawaki, ;)))))
Tranqui, pronto habrá vacacionesssssssssss
Una receta podría ser no esribir ninguna lista de más de tres ítems. Ni más de tres listas. Pon el tres cómo número tope. Lo demás, que espere y ojos que no ven, mente que no sufre estrés.
fuera listas, sorprendete.
;)
Vacacionessssssss
Yo solía hacer algo así colocando postits en la pared con tareas por hacer. Y quitarlos cuando éstas eran llevadas a cabo. Sin embargo, me di cuenta -. y me asusté- el día que vi mi pared entera de color amarillo.
Por eso yo no hago listas. Me frusta demasiado ver como crecen más rápido de lo que puedo ir tachando
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