16/1/12

La historia se repite

¿Será que la rabia es mi motor de escritura? ¿Será que si mi vida es estable y monótona soy incapaz de escribir ni una sola línea? ¿Será que debo sentirme mal para poder sacar de mí todo ese fajo de pensamientos que me oprimen sentimiento, corazón y razón?

Vomito. Y vomito porque me duele. El dolor de alma me produce nauseas, es como si quisiera sacar todo mi interior, darme la vuelta, ser reversible. Hacer desaparecer en el propio agujero negro de mis entrañas toda clase de conciencia y hasta olvidarme de mí. Olvidarme con la quietud de la muerte ingrávida, silenciosa y oscura del universo.

Te odio porque te añoro. Y a ti, también. Y, a ti. Y, tú tampoco te libras. Os odio porque me habéis conducido al ostracismo de mi propia persona. Os odio porque un día os creí y ahora no os tengo. ¡Qué odio más inútil!, ni demostrarlo puedo.

Qué terrible autodestrucción desperdiciar noches de sueño en pensamientos deseosos de perderse en brumas etílicas.

8 comentarios:

Nosu dijo...

cuando sentimos es cuando más creativos estamos... eso creo, vaya.

Blau dijo...

Dintel, si te estas volviendo una ostra, mejor corre y vete al mar. Hala! run Dintel run

Irreverens dijo...

A mí también siempre me llamó la atención eso de que las palabras se agolpan cuando los ánimos andan revueltos.

Espero no estar incluida en ese grupo de odios personales.
;)

Raquel dijo...

Serán lo que sean pero siempre tus escritos tienen el alboroto, la calma, la inteligencia, la pasión o el abandono que tú les infundes. Ese es tu poder.

marga dijo...

no hay nada más inútil que el odio, cómo te entiendo!

Verónica dijo...

No dejes de escribir lo que te produce dolor porque guardarlo provoca que tu alma se destruya poco a poco...
Dentro de X tiempo descubriras que ya no necesitas desdoblarte para ser feliz.

besos

Anónimo dijo...

No dejes de deleitarnos con tus palabras, nunca.

Sandra Sánchez dijo...

Me ha encantado!