Tu gesto, tu mirada y tus palabras ralentizaran el caminar
de la noche y la sábana, ebria de tanto amor y sonrojada por el sexo pedirá rozar
tus labios suavemente con su embozo. Aún, bajo el hechizo de tu cuerpo, ambas,
sábana y yo, abolido el tiempo, derramaremos pasión cubriendo de besos tu lecho,
cubriendo de ardor tu deseo.
3 comentarios:
Dintel, que sorpresa, vuelves con tus preciosos escritos. Bienvenida!
sí, en cuanto la pille por banda...
Ayyy si las sábanas hablaran...
;)
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