No quiero volverme una evasiva de lo que fui. Ni retrotraer
para empezar lo nuestro in media res. No quiero balancearme en el tópico del
amor y el desamor. Ni aferrarme a la idea de que la ruptura marque nuestro fin.
No quiero.
Quiero que la gente que me juzga viva toda una travesía de
la estupefacción al comprobar que mi alma intelectiva les muestra el apego
hacia ti. Inimaginable el amor que nos profesamos, sobre el lecho, bajo el
cielo, entre pieles. Inimaginables esos besos que nos damos, no con la boca, ni
con la intención, si no con las miradas que suspiran por cruzarse. Inimaginables
esos minúsculos y evanescentes malos humores de las circunstancias que no hacen
más que afianzarnos. Inimaginable nuestro pensamiento inseparable y coetáneo.
Como inimaginable también, el sentimiento desbordado que supera el superlativo
de amor.
Lo nuestro es porque tenía que ser.
4 comentarios:
jejeje ¿quién necesita un motivo, cuando tiene amor?
besos,
Dí que sí, que tenía que ser y punto, sin mayores motivos. Una explicación plausible.
Besos
Ay Dioses!!! La Mas Mejor de las Razones.
Besos y más besos
Pues sí, desbordado y lleno el sentir. Yo creo que no podría ser de otra manera
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