Al día siguiente
Nos encontramos cara a cara, en el pasillo de siempre.
Intentamos no sonreír, no desvelar, esta vez más que amistad había amor, había
sexo. Nunca quisimos el amor sin sexo, ni el sexo sin amor. No hizo falta decírnoslo,
ni una vez, ni tan siquiera pensarlo. Nuestras miradas, maduras en cruzarse, lo
decían todo. Recorría, aun, el último soplo de mi aliento, tu cuerpo y el azote
de la brisa del recuerdo, percusionaba mi sexo, cuando nuestras nuevas miradas
se abrazaban en profundo deseo.
4 comentarios:
jejeje un post calentito para empezar el año..
besos,
Ese deseo es siempre apasionante
Me gusta la forma de empezar este año
El amor y el sexo, si van unidos mejor que mejor, pero en la vida pueden existir instantes y/o momentos donde el amor solo es impresionante y el sexo solo también lo es.
Un abrazo
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