Las amantes tienen la sensación de que el tiempo transcurre rápido, ya que sólo la velocidad, después de todo, las puede transportar en el sentimiento. Parece que la somnolencia se ha disipado y en su lugar sólo se producen aterrizajes de un cuerpo a otro, en sucesión. Entra en calor la música del roce y en derredor los jadeos copulan con el aire para que al final, cuando los dos cuerpos exhaustos de las amantes yazcan uno al lado del otro, retomando fuerzas para un nuevo embiste, el aire adquiera su aspecto más brillante y seductor. Entre cuerpo y cuerpo, una coma que indica que aun no se ha concluido el amor. Llegados a este punto las palabras matan, los actos, no.
7 comentarios:
Esto también me queda muy muy cercano mucho más agradablemente...jaja...
;)
Los actos mienten menos que las palabras. Feliz año.
Es que los actos son muy sabios.
Buenas, de nuevo.
Los actos se recuerdan las palabras se las lleva el viento.
Besos x dos.
Jesus
"Por sus actos los conoceréis"... ;)
Qué bien descrito está ese aire post-coital. Y qué buen final. Un broche de oro, como todos tus escritos.
Pero de oro blanco, que me gusta más que el dorado :D
Besos
Los actos REmatan, para bien o para mal.
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