1/2/11

Injusticia

Cuando me chillan (y soy consciente de que sólo chillan los cerdos) se me contagia toda esa rabia y me altero hasta el mimo estado que la otra persona. Pero con más fuerza que ella, pues por muy exaltada que esté mantengo cuerda mi argumentación y en la lid por dominar el discurso, mi palabra es la que pesa y, por supuesto, la última en ser dicha. Consigo con ello bajar aires y humos para llegar, en la mayoría de casos, a que soliciten mi perdón. Me siento fuerte y viva, y mis ansias de discusión crecen a medida que la adrenalina ducha todo mi cuerpo, pues no voy a negarlo, me apasiona ese estado. 

Esto ocurrió hace un par de días. Fue un ataque injusto, por sorpresa, pero que no tardé en aplacar entrando en un razonamiento impepinable. Lo que lo hace diferente de otras veces es que fue tan injusto que hoy me siento triste, sin ganas de esforzarme, las palabras que me escupieron el otro día y pude controlar, a día de hoy, aun actúan como un látigo y creando una constante laceración en mi persona.

14 comentarios:

la cocina de frabisa dijo...

Pues, chica, eres inteligente, no hay duda, en los peores momentos, conservas la calma y por tanto te haces dueña de la palabra.

Yo lo intento, lo intento, lo intento, incluso alguna vez, lo consigo.

illeR dijo...

Hay un músico sevillano que me gusta mucho y al que conozco desde hace años que tiene una canción que dice lo siguiente:

Y si me ves por ahí portando una espada laxa no pienses que no puedo herir, para eso tengo las palabras

Y es que no hacen falta espadas para hacer daño, las palabras son más que suficientes...a veces duelen tanto que nos insensibilizan, no somos conscientes en ese momento y tardamos en darnos cuenta de su brutal efecto... Yo por mi parte aun no he sido capaz de perdonar esas palabras... las que se dicen de golpe, sin pensar, producto de un enfado, si... pero esas, esas que tardan en hacer daño, esas suelen ser más meditadas por parte del que las dice, sabe bien donde herirnos....no, esas no las perdono...

Pena Mexicana dijo...

Lamento tu tristeza pero quizá te haga sonreír el saber que me he tardado lo mío en aprender que en España se usa el verbo "chillar" en lugar de "gritar" y acudiendo a la RAE me enteré que son sinónimos... y ahora me tienes confundida con eso de que sólo los cerdos chillan... ¿es metafórico?
(¿eso que adivino en tu cara es una sonrisa?)

Blau dijo...

Querida Dintel, quien pudo ser tan tont@ para chillarte. Para que te alegres te dejo esto:

Viendo en Londres el Big-Ben...In-creible que de ahi se formase el Universo.

Un beso

Sandra Sánchez dijo...

JOE....espero no discutir nunca contigo...
;)

iTxaro dijo...

bueno pero como eres fuerte sabrás parar ese látigo que tan injustamente te afecta

un besazo

leo dijo...

A veces pasan estas cosas... Mejor no dejarse llevar por la ira. :-)

alejandra dijo...

Cada mañana amanece... y nada dura permanentemente...

Anca Balaj dijo...

Es que, por bien que sepamos manejar las situaciones y los argumentos, las violencia siempre nos deja bastante por los suelos.

ISA dijo...

Pues a mi cuando me levantan la voz me entra una frialdad que asusta. Me quedo callada y cuando acaba el otro lanzo alguna cosa bastante fuerte que se me ha ocurrido mientras el contrario/a perdía los papeles. Menos mal que han sido pocas veces en que me he visto en tal situación, porque como dicen mis hijos, cuanto más "flojo" hablo, más hiriente soy.
Glup

Mármara dijo...

¡Hala!, a pasar el borrador por las palabritas y a olvidarte de ello. Quien te trató de esa manera no merece ni un momento más de tu tiempo. Ni tú te mereces seguir reconcomiéndote por ello.

இலை Bohemia இலை dijo...

Suele pasar...pero no te fustigues al menos sabes mantener la calma...

without dijo...

"las palabras de burros no llegan al cielo"

María dijo...

Yo grito mucho... :-(