20/2/11

La escritora

Siempre andaba con una libreta en la mano y un bolígrafo en la otra, apuntando como una posesa palabra tras palabra. Se la podía ver muchos mediodías en el parque, mientras otras dependientas quedaban con sus novios para comer, ella se sentaba en un banco a escribir. Llevaba tanto tiempo haciéndolo que se conocía los bancos según les diera el son en invierno o la sombra en verano. A esa hora nunca había nadie, quizá un casual transeúnte que se sentara a descansar o a quitarse del zapato una piedrecita rebelde del sendero.

Por las tardes se la podía ver tomando café en la terraza de un bar, cubierta en invierno y bajo sombrillas en verano. Si te fijabas bien podías apercibir que las libretas iban cambiando con la semana y los bolígrafos también iban desfilando junto a ellas. Te imaginabas, sin poderlo evitar, en su casa, una estantería con todas las libretas perfectamente numeradas y ordenadas.

Pasaron los años y la chica se convirtió en una mujer y la mujer en una señora. Todo fue cambiando menos su costumbre de escribir; no levantaba la vista de la libreta como otros solían hacer para buscar una palabra concreta, para pensar o, simplemente, para descansar la vista. Parecía que su inspiración no tenía límites, que necesitara detener el tiempo para permitirse en escritura velocidad de pensamiento.

Hace un par de días que no la veo en el banco, ni en el café, por la tarde. Dicen que la encontraron muerta en su cama, rodeada de bolsas de basura llenas de libretas acabadas. Dicen, que por respeto, nadie leyó ni una línea, que quemaron sus escritos a la vez que la incineraban. Dicen las malas lenguas que desaprovechó su vida en palabras.

24 comentarios:

leo dijo...

Qué triste, jo... :´-(

Elena Casero dijo...

¡qué lástima! no quisiera yo que me sucediera eso.

Besos

Anca Balaj dijo...

Pero que muy malas lenguas: ninguna vida está desaprovechada si se es tan apasionada con algo.

இலை Bohemia இலை dijo...

Si ella fue feliz con esas palabras, ninguna vida será perdida...

Bss

a punto de dijo...

si al final tanta pasión acabó en bolsas de basura, sí, me parece un desperdicio...
besos..y gracias por pasar por mi casa :)

dintel dijo...

leo, triste para el que queda vivo...

dintel dijo...

Elèna Casero, no te está sucediendo...

dintel dijo...

aminuscula, opino lo mismo. Además, ¿qué es aprovechar la vida?

dintel dijo...

nandara, ;)

dintel dijo...

Bohemia, eso seguro.

dintel dijo...

a punto de, ¿y los momentos vividos? ¿Mejor el resultado que el proceso?

la cocina de frabisa dijo...

¿Se puede desaprovechar la vida en palabras? A lo mejor había perdido una, "simultanear".

Me gustó el relato, Dintel, es interesante. Bs

Raquel dijo...

Sí, el proceso de escribir, la riqueza del hecho, los momentos, la vida en la escritura...

momo dijo...

Seguro que los ratos que pasó escribiendo vivió en su mundo.
un beso

dintel dijo...

Isabel-Frabisa, también me gusta el relato, coincidimos. ;)

dintel dijo...

Raquel, el proceso, eso...

dintel dijo...

momo, ¿es bueno vivir en tu propio mundo?

Irreverens dijo...

Seguro que ella fue feliz.
:)
Lo que pasa es que lo demás no lo pillaron.

Sandra Sánchez dijo...

Dintel, me encantan estos relatos cortos. Este en concreto me ha hecho pensar porque coincide mucho con mi pensamiento, creemos que aprovechar la vida es ajustarla a lo establecido, a seguir normas escritas o no, a hacer en la vida lo que se supone que hay que hacer y yo pienso que no hay vida más aprovechada que la que te hace sentir feliz, a gusto contigo misma,una vida plena dedicada a la pasión que llevas dentro...
Lo único que siento en esta historia es que nadie hubiera leído lo escrito, estoy segura de que tenía mucho que decir y seguramente bien dicho...me he quedado intrigada...
;)

dintel dijo...

Irreverens, feliz y obsesiva, sí. ;)

dintel dijo...

PULGA, iba un poco por ahí.

Mármara dijo...

Cuando se disfruta con lo que se hace, jamás se desperc
dicia la vida, muy al contrario, eso es, precisamente, la vida misma.

illeR dijo...

Que nadie leyese sus palabras no quiere decir que desaprovechase su vida. El placer de escribirlas seguramente basto. Bonito (y triste) relato.

Ico dijo...

a veces el mundo propio es más satifactorio que el ajeno.. quién puede juzgar...