Vuelvo a leer, poquito, pero leo. Añoro aquellas tardes de
sofá en las que me ponía a leer justo después de comer y cuando levantaba la
vista del libro ya había oscurecido y tenía que encender la luz para seguir
leyendo. Añoro también aquellos fines de semana en los que, sin obligación
alguna más que aprobar, me levantaba y me sentaba en mi escritorio a leer todo
el día, interrumpida solo por los momentos de ingestión.
Me duele mucho más de lo que soy capaz de admitir, ese amigo
lector que ha perdido la capacidad de lectura y sus libros se han convertido en
un recuerdo doloroso. Me duele porque soy incapaz de rozar la empatía por miedo
a que me pueda pasar a mí.
Vuelvo a leer, poquito, pero leo.
4 comentarios:
Me parece que el que ha sido lector lo será siempre, lo único es que hay veces en la vida que se es incapaz de coger un libro. A mi me ha pasado una vez en mi vida: cuando me separé del padre de mis hijos era incapaz de "leer" otra cosa que no fueran revistas del corazón, jajajaja, no te imaginas qué preocupación tenía. El asunto me duró 6 meses y nunca más.
Bss
No sé, me parece un entrada muy triste.No entiendo bien por qué no lees o no puedes leer en estos momentos... yo pienso que siempre se pueden sacar unos minutos al día...si no fuera así me parecería muy triste tu existencia porque transmites obligaciones que te impiden algo intrínseco a ti misma como el amor a la lectura. No lo entiendo bien,la verdad.
jooo no me extraña que te duela.... pero siempre te pueden leer y si no haz como Milton, que enseñó a sus hijas a leer cuando vio que se estaba quedando ciego. bueno, el muy cabrón no les enseñó griego y latin, solo les enseñó a juntar las letras para que le pudieran leer a el!!
eso está bien
asi que aunque sea poquito a poquito adelante
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