21/4/15

Ante el espejo

Uf, que pocas ganas tengo. Ahora resulta que toca examen de conciencia. Mejor peluquería o de tiendas. Pero debo tomarme en serio y si toca, toca. Buf, qué pereza ahondar en lo recóndito y surcar fondos que me resultan dolorosos. Respiro tres veces y me posesiono de valentía, pero qué miedo me da desvelarme. ¿No puedo dejarlo para otro día? No me conformo con vagas impresiones, pero ¿un examen de consciencia a palo seco? Mejor antes un gin tonic que enfatiza la retrospección. Es que hoy me encuentras con la voluntad atrofiada, casi inoperante. Vale, no me mires así, debo reafirmarme en mis propósitos y huir de la recursividad. Lo intento, pero, mal momento, tengo el interior impregnado de abulia existencial. Mal día me reclamas. No me mires así, te he dicho. No me vengas con exigencias o apago la luz. 

1 comentario:

Sandra Sánchez dijo...

Me ha encantado la entrada Dintel!
Ciertamente los espejos pueden resultar muy impertinentes, a veces aduladores, pero yo creo que las más son bastante críticos y si, como en este caso, exigen examen de conciencia, más nos vale que nos pillen confesados!!
(Genial!!)
Gracias a que publicas en FB me entero mejor de tus entradas, ;)
Por cierto, me encanta el cambio de imagen del blog.
Besos!
Sandra.