Cómo amo las cosas pequeñas, esa mirada, ese gesto, ese
silencio que dice más que calla. He andado perdida pero ahora sé. Mil ratoncillos
diminutos pellizcan mis sentimientos en el estómago. Mi inconsciente me grita:
¡Venga, date prisa, empieza a hilvanar lo que sientes! ¿Y qué es lo que siento?
Entre tanto batiburrillo de sensaciones no logro encontrar la aguja. ¿Cómo voy
a remendar tanto girón de melancolía? Me da miedo dimensionar, no quiero perder
pie del suelo. Es arriesgarse mucho querer tocar esas cumbres erráticas que me
muestras. No me atrevo a reafirmar mis propósitos, no quiero engendrar falsas
ilusiones. Prefiero la consciencia de numerosas incertidumbres. Prefiero
esconderme tras la contundencia del efecto de tu mirada y dejar latir al
tiempo.
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