Estoy
llegando a mi fin. Mi interior se está apagando irremediablemente. Pensé que
podría salir de esta, pero estoy viendo que no.
Leí ayer:
“Todos
tenemos hogueras internas en las que nos consumimos sin saberlo pero sintiendo
las mordeduras del fuego en el alma… hasta descubrir… que todo lo que no es
amor, es miedo”.
Y por aquí
van los tiros: lo mío es amor y es miedo.
La ilusión
de vivir se está apagando, paso los días de una manera anodina y cadenciosa que
es el tempo que me marca el alma, o, al
menos, sale del lugar que debería ocupar esta.
Habitarme
durante el día es vacío pero durante la noche es peor. Llegar a casa y
descubrir que mi hogar eres tú y que tú no estás me entristece cada día. Una tristeza acumulativa que cala en todo mi
ser. Me siento en el sofá, mirando la pared de delante y dejo pasar el tiempo
sin ganas de hacer nada. Veo como va oscureciendo la tarde y como las sombras
se pasean hasta que la oscuridad se lo come todo. Me descubro más de una vez
hablando con su nombre, móvil en mano y mirando su ventanita de whatsapp. Debo
estar perdiendo el juicio, además de a ella.
En un
arranque, vacié todas las fotos del móvil, las suyas también. Excepto tres que
he mantenido secretamente escondidas y a las que cada mañana acudo a dar los
buenos días. Porque es a ella a la que doy los buenos días cada vez que me levanto,
y es a su recuerdo al que acudo cada vez que me desvelo, y me desvelo a posta cada
noche para poder acudir a él. También está esa vieja camiseta que quedó
olvidada en un armario sobre la que me lanzo para tener algo a lo que abrazarme
y paliar, así, la añoranza de su cuerpo.
Y así ya no
puedo seguir más. Veo mi vida a la deriva, hundiéndose poco a poco y sin ganas
de seguir achicando agua. Y no me veo pasando un año, otro año y otro sin ti.
3 comentarios:
Te leo y me siento reflejada, así pasan también mis días. Yo confío en encontrar en el paso del tiempo una manera de dejar de tocar ese fondo que tan bien describes.
Esto también pasará, dintel.
Un abrazo.
silbante, sigo con la esperanza de que el dicho sea cierto: "una mancha de mora con otra verde se quita".
Uhm, yo tengo mis dudas. Luego suele haber más damnificadas en las relaciones de tránsito. Pero habrá a quien le vaya bien. Un abrazo, dintel
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