Metro cincuenta y ocho, eso es lo que mido. Desde hace un
montón. Recuerdo que en el cole de monjas, en primero y en segundo, en clase de
gimnasia nos ponían en fila de menor a mayor altura para hacer el
calentamiento; lo hacíamos haciendo pasos en fila, más rápido o más lento según
nos tocaba la maestra al piano, una monja ya anciana que parecía simpática pero
no lo era. A mí, nueva en el colegio, me daba un miedo terrible. Además, como
no entendía el francés, acababa de llegar a esa escuela, no entendía sus
órdenes, por lo que con mucha inseguridad me esforzaba en hacer todo lo que
hacían las demás. Pues en esa fila yo estaba de las últimas, es decir, era de
las altas de clase. Pero tuve esa suerte que tienen las mujeres, que cuando les
viene la regla, normalmente dejan de crecer y a final de séptimo principio de
octavo, ahí me quedé, en metro cincuenta y ocho.
Con esa altura no he tenido dificultades para nada, excepto
para vestir. Vestido largo y abrigos me quedan fatal. Lo del vestido largo no
me importa. No llevo nunca. Pero lo de los abrigos, sí. Me gustan los abrigos,
sobre todo cómo quedan a la gente alta. Cuando me los pongo yo parezco una
seta. Pero mi verdadera dificultad son las cremalleras de mis chaquetas.
Resulta que para que quepa mi “envergadura” metaforeemoslo así, la chaqueta me
queda algo larga y cuando quiero subir la cremallera debo subir la chaqueta por
lo que la dichosa cremallera, gran invento donde los haya, no está recta y
resulta imposible subirla. Entonces se me puede ver un baile histriónico alrededor
de mí tipo abejaruco en cortejo nupcial intentando estirar los brazos todo lo
que puedo para que la cremallera pueda estar recta.
Por lo qué: pido, solicito y suplico que ya que ha avanzado
tanto la tecnología se creen cremalleras con mando a distancia para poder
evitar este problema, que seguro que hay mucha gente que lo padece. Lo que
ocurre es que lo llevamos discretamente. Pero puedo jurar que he visto gente
bailando ese histriónico baile más de una vez en invierno a la salida de los
locales.
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