10/9/19

Lo llevo dentro


Un día gris. Esta vez ha llegado septiembre y ha traído chubascos y lluvias; hasta un par de tornados. Por suerte y por extraño que parezca, aún no me ha pillado ninguno en la calle, de chaparrón, me refiero (aún no tengo síndrome de Doroty).

Ayer me avisaron: “A partir de las ocho de la tarde llueve” y eso hicimos, nos retiramos cada una a su morada. Y así, pude llevar a cabo mi acostumbrado, “buenas noches, sol”. En uno de los cómics que leí hace un tiempo, salía: dos personas tristes que desde el balcón despedían cada tarde noche al sol. Yo que me sentía así, la soledad a veces puede llegar a ser muy dura, tomé la costumbre de sentarme en mi pequeño balcón y esperar a que el sol desapareciera del trocito de cielo que me toca, deseándole cada final de jornada, buenas noches. Continúo haciéndolo cada vez que coincido en casa a esa hora.

 Llovió mucho más tarde, pero ni le presté atención. Estaba viendo los últimos capítulos de la temporada 7 de Orange is the new black. Me llevé una sorpresa al descubrir que en los tres últimos capítulos de la temporada empezaban a cerrar historias. Eso quería decir que se acababa la serie. Y así ha sido.
A la una y cuarenta y algo de la madrugada veía el último capítulo de la serie. Una vez en la cama, dispuesta a dormir, no pude. En mi cabeza daban vueltas todas esas mujeres y sus historias. Algunas acaban bien y algunas acaban mal y muchas, cuya situación podría decirse que no acaba bien, nos proporcionan un final aceptable y sonriente. La historia de la protagonista, Piper, una historia de amor donde las haya, ha calado bien fuerte dentro de mí: ese tipo de amor que supera todas las dificultades es el que quiero vivir yo.  Esto lo he descubierto esta mañana, cuando me he despertado y lo primero que he pensado ha sido en ellas.

Ahora vuelvo a estar huérfana de serie. Llevo el vacío que deja el finalizar una que te ha llenado y aportado un millón de ideas y sensaciones nuevas. Una serie con la que has reído, llorado y te has enfadado. Soy consciente de que no es una gran serie, y sé perfectamente por qué me gusta: es la historia de mujeres, me encantan las novelas, películas y series de personajes femeninos y me hace replantear mi propia vida.

Así que no me queda más que decir: “Buenas noches, Piper y Alex”.

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