Con el trabajo que tengo
y yo por aquí juntando palabras. A veces, es tan fuerte la necesidad de
escribir que lo demás se hace borroso a su lado y no queda otra que sucumbir
ante el teclado. Y esta no era mi intención premeditada. ¡Qué va! He vuelto por
el camino del trabajo a casa organizándome una lista mental de todo lo que
quería hacer antes de las nueve de la noche, por orden de prioridad.
Aquí estoy, sentada
delante del ordenador, con la ilusión que se me desate la escritura y pueda
teclear de forma compulsiva, como fue tildada una vez mi manera de escribir;
aporreando las teclas a gran velocidad para que no se esfumen de mi mente ni
las palabras ni las ideas. Intentando equiparar la velocidad de escritura a la
del pensamiento, cosa difícil.
Y me maravilla descubrir,
que sin tener nada que decir, digo. Porque, mientras no me aleje de mí, siempre
tendré algo que contar. Ese es el truco de mi escritura. Ese y procrastinar
todo lo que tengo que hacer que no sea sentarme delante de esta vieja y
conocida pantalla; delante de la cual me he pasado infinidad de horas, tanto de
día como de noche. Y mis dedos, reconocedores del tacto del teclado, se sienten
activos y felices, cómo en casa. Esa caricia en las yemas que me hace sentir
tan bien.
8 comentarios:
Madre miaaaa cuánto tiempo hacía que había perdido tu blog... Me alegro de reencontrarte Dintel. Lo enlazo en el mío.
Te sigo desde aquí, me he perdido mucho pero no tengo tiempo para ponerme al día (ya quisiera). Espero que te acuerdes de mí.
¿Quién dijo que los blogs habían muerto?? :)
Abrazo!
Sandra.
Todo eso que dices me ha ocurrido alguna vez, aunque... ¡Hace mucho tiempo...!
Un abrazo.
Me ha encantado ese " mientras no me aleje de mí, siempre tendré algo que contar"
Un beso
Eso, no te alejes de ti, ahí dentro está tu hogar. 😊
Besos.
¡¡¡¡¡Sandra Sánchez, hola!!!!! Qué alegría verte por aquí. Sí que hace un montón de tiempo que no coincidimos. ¡¡¡¡Cómo no me voy a acordar!!!! Han sido muchos años. ¡Eso, eso, revivamos los blogs!
Un abrazo.
Rafael, entonces me entiendes a la perfección.
Carmela, sí, a mí también me gustó.
Laura, uf, pues va a tocar hacer una buena limpieza de hogar, si me tengo que quedar ahí.
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