La vida, o la muerte en este caso, no deja de sorprenderme. Te recordaba, de vez en cuando, de una forma difusa, cuando pensaba en cosas en de mi vida que hubieran ocurrido en aquella época, en aquel pasado. Pasados hay muchos, quizá demasiados para que una misma persona pueda recordarlos y hacerles el honor que se merecen. Así, que pasaste de estar en mi vida a ser pensamiento esporádico. De nada sirvieron tantos años compartidos, pues el tiempo se encargó de colocar (o descolocar, que me parece un término más adecuado) cada cosa en su sitio.
Hoy, cuando tu ausencia es irremediable, llevo clavada tu sonrisa en mi mente, esa perenne sonrisa de labios gruesos, como alguien bien ha dicho; y pensando en ti, me he dado cuenta de que siempre te recuerdo con ella. Dice mucho de una persona, por eso yo ya voy a callar, que nunca dejara de sonreír.
12-11-09
11 comentarios:
Vaya... descanse en paz.
Por cierto, confieso que yo, a lo único a lo que aspiro en esta muerte, es que se me recuerde por mi sonrisa. Y puestos a pedir, que la Muerte me visite también de manera inesperada.
Un beso, Dintel.
Me has puesto la piel de gallina, Dintel.
No estoy seguro de que la muerte nos sorprenda, más bien nos pilla desprevenidos.
Un beso.
Lo siento.
Esa sonrisa es un legado precioso.
precioso...
descolocar cada cosa "de" su sitio, más bien.
Los recuerdos son "traiciones" porque son traducciones, en cierta manera.
Abracitos salinos y violetas
Dintel, un besito
Un bonito homenaje que alguien te recuerde con una sonrisa en los labios es signo de que ha dejado una huella amable..
las personas nunca mueren mientras las sigamos recordando
Cuánta mezcla de sentimientos hay en tus palabras.
Te envío un beso reconfortante.
acaso alguna muerte es esperada? yo creo que puede ser previsible, pero no esperada
un abrazo
En realidad a esa "señora" nunca se la espera, pero desespera.
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